sábado, 5 de octubre de 2013

IMAGENES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA








































PLEGARIA DE CONFIANZA al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


PLEGARIA DE CONFIANZA
 al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 

¡Oh Corazón de María!, el más amable y compasivo de los corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los miserables pecadores; yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos a quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos sois mi refugio. mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros: ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación llegue a mi alma, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones coaligadas para mi eterna perdición me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

En la hora de mi muerte, en aquel momento espantoso de que depende mi eternidad, cuando se aumenten las angustias de mi alma y los ataques de mis enemigos, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía.

Y cuando mi alma pecadora se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de toda su vida, venid Vos a defenderla y a ampararla. y entonces; ahora y siempre, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Estas gracias espero alcanzar de Vos, Oh Corazón amantísimo de mi Madre a fin de que pueda veros y gozar de Dios en Vuestra compañía por toda la eternidad en el cielo. Amén.

ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

¡Oh Corazón de María!

¡Oh Corazón de María,
Madre de Dios y Madre nuestra!
¡Corazón amabilísimo,
objeto de las complacencias
de la adorable Trinidad,
y digno de la veneración
y ternura de los ángeles
y de los hombres!
¡Corazón el más semejante
al de Jesús, cuya imagen más perfecta eres!
Corazón lleno de bondad
y en gran manera compasivo
de nuestras miserias!
¡Ah! Hacednos sentir ahora,
¡oh Virgen piadosísima!,
la dulzura de vuestro corazón maternal
y la fuerza de vuestra intercesión
ante el de Jesús. Amén

jueves, 3 de octubre de 2013

¿QUÉ ES EL SANTO ROSARIO?


¿Qué es el Santo Rosario?

Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz. 

La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le estan dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la mas importante de todas. 

El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal. 

En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos. 

La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario. 

La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rapidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados. 

Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar preminente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santisma Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es asi como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santisima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes. 

Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religion Catolica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdadades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podria decirse que es la oracion mas facil para los sencillos y humildes de corazon, es la oracion mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios. 

El Santo Rosario prolonga la vida liturgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduria cristiana a los grandes interrogantes de la existencia. 

El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que llegamos a Jesús Salvador a través de Maria Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se genero una gran devoción por la Virgen Maria; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explicita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: Maria es Madre de Dios Redentor es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo. 

El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santa Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida, Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y nos una mas estrechamente a Maria para vivir auténticamente nuestro cristianismo. 

TAMBIÉN MADRE DESPUÉS DE LA MUERTE: VIRGEN MARÍA


También Madre después de la muerte
Padre Tomás Rodríguez Carbajo


A María se le invoca de muchas maneras, según la necesidad en que nos encontremos. Su acción benéfica es sobre toda la Iglesia, en el cielo la proclaman Reina de todos los Santos: Los Apóstoles, los Mártires, los confesores, las Vírgenes, etc...; en la tierra ocupa un lugar destacado entre los cristianos, pues, a Ella se acude por su condición de Madre de Dios (por lo tanto poderosa), y de los hombres (de ahí que sea misericordiosa).

Además del Cielo y la Tierra la Iglesia tiene otro componente, que es el Purgatorio, hasta allí llega la acción benéfica de la intercesión de María, pues, es Madre de la Iglesia.
El pueblo fiel ha vinculado la intercesión benéfica de María en favor de las ánimas del Purgatorio con al advocación de Ntra. Sra. del Carmen.

Allí donde hay una necesidad, está presente María, y las ánimas del Purgatorio necesitan una pronta y eficaz intercesión, pues, en la medida en que uno se aproxima a su último fin, más ansias se tienen de disfrutar de aquello “/qué está al alcance de la mano". Los sufrimientos que padecen los que se purifican en el Purgatorio son horrorosos, ya que intuyen a Dios como Supremo Bien, sumamente deseado y aún no plenamente poseído.

Para todo cristiano María es roca de refugio y escudo de protección, que nos ayuda a superar las dificultades, protegiéndonos de los peligros y también avivando los deseos de lucha contra todo lo que nos quiera separar del amor de Dios.
El acudir a María como Abogada en favor de las ánimas del Purgatorio hace que nosotros de una manera más o menos consciente hagamos una profesión de fe en la Mediación Universal de María.

Sería una ofensa a María el que no admitiésemos en Ella una singular protección sobre esa parcela del Reino de Dios, que sufre mucho más que cualquier necesitado de la tierra. María ama con un amor que es reflejo del que Dios nos tiene, por eso nos ama 10 indecible, y su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres y no finaliza con la muerte, también es Madre después de la muerte.

AMA A LOS HOMBRES - MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE



MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE
AMA A LOS HOMBRES
3 de octubre  


Autor: Phil Bosmans

A las cosas puedes tratarlas sin amor. Puedes derribar un árbol, arrancar una mata. Puedes romper un vaso, tumbar una silla...
A las cosas puedes tratarlas de cualquier forma, aunque no te sea del todo indiferente ver pisotear una flor.
A los hombres puedes "manejarlos" solamente con amor.
Si no eres capaz de amar a los hombres, quédate sentado en tu rincón y ocúpate de ti mismo o de cosas fútiles y sin vida.
Pero deja en paz a la gente.
Quizás trabajas en la administración, ves únicamente papeles, formularios o números y nunca se te ocurre pensar en el ser humano que tienes delante. Trabajas en una oficina, en una escuela, en una fábrica o en una tienda y en todo el día no encuentras hombres, sólo máquinas parlantes.
Detrás de cada rostro busca al hombre.
Ama al hombre, sea alto o bajo, guapo o feo, alegre o serio, amable o antipático, feliz o desgraciado.
Tu amor le hará bien.
Tú también sabes reconocer si alguien se interesa en ti 
por amor o por otras razones.
Si uno te aprecia, es atento y afectuoso.
Te hace pasar un momento agradable.
Lo mismo sucede con las personas con las que tú tienes que tratar.

¿Quién necesita de nuestro afecto y de nuestra simpatía?
¿Quién es maltratado desde nuestras actitudes?

Un Ave María para que seamos más comprensivos los unos con los otros

NO HE VENIDO A SER SERVIDA SINO A SERVIR

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
No he venido a ser servida sino a servir
Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio de Gozo. La Visita de la Virgen a su prima Isabel.
 
No he venido a ser servida sino a servir
Estamos en Octubre, mes dedicado al Rosario, una hermosa oración que, acompañados de la Virgen, recorremos el camino de Jesús.
Durante este mes, como cada año, publicaremos estas sencillas meditaciones de cada misterio del rosario, para profundizar y rezarlo con más alegría.


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De tal palo tal astilla, o de tal astilla tal palo. El hijo y la madre tan parecidos, no sólo en la cara sino en la vida. Dos vidas paralelas.

Dos personas que vinieron a inaugurar una nueva forma de vivir: No la del egoísmo, sino la de la generosidad y la entrega. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

María es un sí a Dios, un sí a Jesús y un sí a los hombres.

Un sí a Dios: Hágase en mí según tu palabra. Pero no una vez o por un rato, sino en todas las oportunidades y siempre. María el encanto de Dios. Mirarla es sonreír. La única criatura que ha agradado a en todo y siempre a Dios. Hermana nuestra, intercesora, pararrayos. Nuestra raza ha producido monstruos horrendos. Pero la figura de María le cura a Dios de todas las heridas que le provocan los hombres.

Un sí a Jesús: Soy tu madre, tu compañera, tu sostén hasta la muerte. Lo tuvo en brazos cuando era un bebé desvalido, lo defendió de la espada de Herodes, lo acompañó en su vida pública con su oración y fortaleza: Jesús hombre, el Siervo de Yahvé incomprendido se cobijó a la sombra reconfortante de María, encontrando el único alivio en la tierra, porque su padre lo “abandonó en la tierra”. “Dios mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”

María cuidó de un hijo de Dios “abandonado” por el Padre y perseguido por los hombres. Es difícil imaginar hasta qué punto María ayudó a Jesús hombre en su dura travesía por la tierra. Le acompañó en la cuesta más dura, en el último trecho hacia el Calvario. María supo sostener con su oración y su presencia y con todo el amor de una madre a un dios semiagonizante que sudaba sangre en Gethsemaní. Y dio aliento a su hijo Dios crucificado para que terminara de entregar su vida por os hombres. En el templo lo entregó de niño en sus brazos. En el Calvario lo entrego de hombre en sus mismos brazos. “Padre, te ofrezco lo que queda de mi hijo en altar destruido de mi corazón de madre”.

Jesús murió en el lecho duro de la cruz. Pero cobijado por el amor y el abrazo heroico de María. Retuvo en sus ojos un mar de llanto con la compuerta de su fortaleza, para no herir más al herido de muerte.

Cuando Jesús expiró, se rompieron los diques y María se convirtió en un mar de lágrimas. Jesús da gracias a María por haberlo ayudado a subir al Gólgota, por haberlo ayudado a morir como un crucificado. En la cruz no quedaba nada de la omnipotencia de Dios y nada de la dignidad del hombre. Era la aniquilación total. Jesús no hubiera podido sólo. Quiso necesitar la ayuda de María no sólo para nacer, sino para morir. Fue corredentora porque ayudo al Redentor a redimirnos.

Un sí a los hombres: No sabemos lo que le debemos a Dios. Ni sabemos lo que le debemos a María. Somos muy desagradecidos por ser muy ignorantes de tanto amor. “Ahí tienes a tu hijo, a tus hijos. No te dé pena de cómo son. Ámalos y cuídalos, como si fuera yo mismos”. María ha tomado en serio como al mismo Dios el cuidar de ti y de mí. No cabe duda que uno de los momentos en que Dios me ha amado más es cuando me dijo: Ahí tienes a tu madre. Desde entonces hay un amor en mi vida, el más puro, el menos merecido el de la madre más maravillosa. El corazón que amó a Dios me a mí como madre. ¡Bendito el momento en que esto empezó a suceder!. La madre de Dios es mi madre.

Ella me sostiene con su oración y amor a lo largo de mi vida, en mis problemas y sufrimientos y en la hora de mi muerte
Si servir hace felices, María fue la mujer más feliz, porque fue la mejor servidora. El método ha funcionado siempre, igual que el del egoísmo jamás ha funcionado ni funcionará. El de servir al prójimo crea hombres y mujeres felices. Se sirve rezando por los infelices; se sirve sufriendo por los pecadores; se sirve dedicando tiempo, mi tiempo, al apostolado; se sirve dando algo mío, y se sirve, sobre todo, dándose a sí mismo con amor al prójimo.

Donde está María las personas y las cosas cambian

Nazareth es un pueblo bendito por Ella y por Jesús y José. ¡Qué trilogía! Nunca tan pocos han hecho tanto por toda la humanidad. La casa de Zacarías no fue la misma desde que en ella se hospedó María. El nivel de gozo y serenidad subió al máximo. La boda de Caná, que hubiera acabado en un naufragio por escasez de vino, terminó siendo la boda más feliz, donde se sirvió el vino mejor del mundo. Por Ella. La vida de Jesús en este mundo hubiera sido insoportable sin Ella. Pero la vida de Jesús, la dura vida terrena del Hijo de Dios fue maravillosamente soportable por aquella flor de Nazareth.

La vida de un cristiano, la tuya, la mía es muy diferente: amable, dulce, llevadera, cuando María convierte nuestra pobre agua en dulce vino. María es la alegría de vivir para quien la toma simplemente en serio. Invito desde aquí a todos los tristes, pesimistas, amargados a que toquen a la puerta de María. Verán renacer la esperanza.

Y amar a María es la cosa más sencilla, más dulce, más inefable. El primer mandamiento de “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...” podríamos adaptarlo así:”Amarás a María, tu Madre, una milésima menos de la que amas a Dios”.

Bendita tú que has creído...

Tu fe gigantesca borra la incredulidad aterradora de millones de ateos e incrédulos. Y Dios lo sabe, lo mide. Bendita por ti y bendita por nosotros, que tanto tenemos la cerrazón de Tomás. Tú dijiste, antes que él, sin pedir tocar ni ver:”Señor mío y Dios mío”, cuando aquel Dios era sólo un puñadito de células en tu seno.

Jesús diría a Tomás y a todos los incrédulos: “Dichosos los que sin ver creyeron”. En aquel momento la alabanza era para ti y para Juan. Después sería para todos los creyentes. Dichoso el que sigue creyendo en la Eucaristía, en la Iglesia, en Jesús, en María.

Creer es un acto de amor y confianza en el amado; no en lo que yo veo o palpo o discurro, sino en su palabra. Creer es fiarse, es amar, es entregarse sin agarraderas. La fe fue toda tu vida la estrella polar. La fe te salvó de la desesperanza y del orgullo; de la rutina y del cansancio. La fe es la victoria que vence al mundo. Tú eres la mujer vencedora por excelencia.


Mi alma glorifica al Señor...

Debías cantar muy bellamente. Me gustaría oírte cantar uno de tus canciones favoritas, el Magnificat con el alma encendida de amor y gratitud a tu Creador. Sabías agradecer: Te nacía del alma como fuente a flor de corazón. Sabías ser humilde: Eras la humildad encarnada y transparente. Conocías tu grandeza, pero sabías que era regalo, y así lo proclamas: “Soy grande, andaré boca de todas las generaciones, porque Él es bueno y grande”. Yo sé que das las gracias a quien te reza un avemaría.

Te llamas esclava, palabra sublime de amor. Ser esclavo del amado representa la plena disponibilidad, el sí total; por eso al llamarte esclava te declarabas totalmente a las órdenes de tu amado, Dios.

Del amor hiciste tu identidad. Te podemos llamar Amor como san Juan llamaba a Dios. De amor llenaste la vida, y, así, esa vida se tornó maravillosa como todo lo que toca el amor. De amor viviste , y de amor moriste. Y de amor vivirás eternamente en el cielo; enamorada para siempre de tu Dios y enamorada de tus pequeños. Enséñanos a amar, a vivir de amor como tú.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    IMAGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA











    miércoles, 2 de octubre de 2013

    IMAGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA






    IMAGENES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA

















    ABANDONARSE EN DIOS, MEDITACIÓN 2 DE OCTUBRE


    Meditaciones del Mes de Octubre, Mes del Santo Rosario
    ABANDONARSE EN DIOS
    2 de octubre  



    Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos.
    Toma este barro y trabájalo como arcilla
    entre las manos del alfarero
    dale una forma y después, rómpela,
    si quieres como es despedazada la vida de tantos hermanos.
    Pide, ordena ¿Qué quieres que haga?
    ¿Qué quieres que no haga?
    Ensalzado o humillado, perseguido,
    incomprendido, calumniado,
    alegre o triste, o inútil para todo,
    sólo diré, a ejemplo de tu Madre:
    “Hágase en mí según tu palabra”.
    Dame el amor por excelencia,
    el amor de la cruz.
    Pero no de las cruces heroicas
    que podrían nutrir mi vanidad,
    sino de las cruces vulgares que, sin embargo,
    llevo con repugnancia.
    De esas que se encuentran cada día en la contradicción,
    en el olvido, en los juicios falsos,
    en la frialdad del alma,
    en los desaires y desprecios de los demás;
    en el malestar y defectos del cuerpo,
    en la oscuridad de la mente y en el silencio y aridez del corazón.
    Entonces sólo Tú sabrás que te amo,
    aunque ni yo lo sepa, con eso me basta.

    ¿En qué me resisto a Dios?
    Un Ave María para que nos dejemos conducir por el Señor

    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE


    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA  FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE

    ¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.

    ¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.

    ¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.

    ¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. Amén.

    martes, 1 de octubre de 2013

    ABECEDARIO CRISTIANO - MEDITACIÓN 1 DE OCTUBRE


    Meditaciones del Mes de Octubre, Mes del Santo Rosario
    ABECEDARIO CRISTIANO
    1 De octubre  


    A-laba a Dios en cada circunstancia de la vida 
    B-usca la excelencia, no la perfección. 
    C-uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas. 
    D-evuelve todo lo que tomes prestado. 
    E-ncomienda a tres personas cada día 
    F-iate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia 
    G-ózate con los que se gozan y llora con los que lloran. 
    H-az nuevos amigos pero aprecia a los que ya tienes. 
    I-nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador. 
    J-amas pierdas una oportunidad de expresar amor. 
    L-ee tu Biblia y ora cada día. 
    M-antente alerta a las necesidades de tu prójimo. 
    N-o culpes a los demás por tus infortunios. 
    O-lvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona . 
    P-romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes. 
    Q-ue se te conozca como una persona en quien se puede confiar. 
    R-econoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores. 
    S-é la persona más amable y entusiasta que conoces. 
    T-rata a todos como quisieras que te traten. 
    U-nete al ejército de los agradecidos. 
    V-ístete de misericordia, humildad y paciencia. 
    Y- no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan. 
    Z-áfate de las garras seductoras de Satanás.

    ¿Qué letra del abecedario cristiano, me sobra o me hace falta?

    Un Ave María a la Virgen por los que han olvidado que, como todo ser humano, son limitados y débiles.

    lunes, 30 de septiembre de 2013

    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA POR LA SALUD DE LOS ENFERMOS


    ORACIÓN NUESTRA SEÑORA,
     SALUD DE LOS ENFERMOS 

    María, Madre amadísima, te invoco confiadamente como salud de los enfermos. Eres Madre de bondad, especialmente para quienes están bendecidos con la Cruz, en particular la enfermedad.

     Humildemente te pido esta gracia (Mencione el favor que desea). Madre del Perpetuo Socorro, te ruego que presentes mi petición a tu Divino Hijo. No será rechazada si te dignas rogar por mí, porque tu intercesión es poderosa ante Dios. Con la confianza de un niño, me abandono a la santa voluntad de Dios. El cuidará de mis deseos. Madre de Misericordia, yo te amo; en ti pongo mi confianza. Por tus manos ofrezco a Dios todos los sacrificios que haya de soportar con todo el amor de mi corazón. Que todas mis penas se conviertan en un acto de amor a Dios, de reparación por mis pecados, y mérito por la salvación de las almas, en particular la mía. Enséñame a tener paciencia y conformidad con la voluntad de Dios, imitándote a ti,

     Madre Dolorosa. V. Ruega por nosotros, 
    Señora Nuestra, salud de los enfermos. R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

     0remos: Te rogamos, Señor Dios nuestro, que nos bendigas a nosotros tus siervos, con salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, Salud de los enfermos, seamos libres de las tristezas presentes y disfrutemos de las alegrías eternas. Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.

    CAMBIA DE ESTRATEGIA


    CAMBIA DE ESTRATEGIA (Reflexión)

    Había una vez un ciego que pedía limosna en una calle transitada, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

    Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

    Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.

    El ciego, reconociendo sus pasos, le preguntó si había sido él quien había reescrito su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.

    El publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Escribí "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"

    El ciego agradeció su ayuda al publicista y este sonrió mientras se alejaba. También agradeció a Dios que pasara por allí este creativo, que le había ayudado a incrementar sus ingresos.

    Moraleja: Cambia de estrategia cuando algo no te salga, en vez de lamentarte. Así verás que puede que resulte mejor de esa manera. Y no te olvides de pedirle a Dios ayuda y agradecerle mucho su permanente escucha.

    domingo, 29 de septiembre de 2013

    MEDITACIÓN DEL AVE MARÍA

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Para meditar las palabras del Ave María
    Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros. Dios te salve, María, llena eres de gracia.
     
    Para meditar las palabras del Ave María
    Para meditar las palabras del Ave María
    Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario


    Dios te salve

    Te saludo con todo mi amor
    y con toda la alegría de mi corazón.´
    Dios te salve, Bendita.
    Y bendícenos a nosotros,
    los hijos de la Bendita entre todas las mujeres.
    Todos tus hijos del mundo,
    en las ciudades populosas, en los valles y montañas de los cinco continentes
    te saludan a diario cuando rezan el avemaría.
    Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices,
    Oh Madre bendita.
    Sí, bendita mil veces, bendita para siempre.
    Dios te salve…


    María

    Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María, Virgen María, Santa María de Guadalupe.
    Tu nombre ha poblado de bellas iglesias
    las ciudades y las montañas.
    Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura
    los jóvenes, los adultos y los niños,
    Tu nombre lo llevan con orgullo santo
    millones de mujeres del mundo cristiano.
    Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti.
    Necesitamos de verdad en nuestro mundo
    muchas Marías que tengan un corazón
    parecido al tuyo.
    María bendita, míranos con tus ojos de cristal,
    con tus ojos purísimos de paloma,
    y llénanos de tu perfumada presencia,
    de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor.
    Dios te salve, María…


    Llena eres de gracia

    Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios,
    de su amor inefable, de su santidad.
    Más santa y pura que todos los santos,
    más que los querubines y serafines.
    Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro
    son el encanto de tu Dios.
    Y el encanto de nosotros también.
    Nos colma de tanta alegría
    saber que nuestra madre es tan santa,
    tan bella, tan pura y tan sencilla.
    Así te saludó el ángel: Llena de gracia,
    impresionado de tu alma.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…


    El Señor es contigo

    Esta frase de la Biblia
    siempre va después del “No tengas miedo”.
    Desde que naciste Dios ha estado contigo,
    porque te cuidó como a su perla preciosa,
    a su rosa exquisita.
    Él te preparó desde muy niña con sus manos santas
    para que fueras después su Madre santa.
    Todo el amor infinito de Dios
    cuidando una flor llamada María.
    Estuvo contigo en tus años de infancia
    cuidando a la niña más bella,
    más santa, más querida.
    Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma
    y tu cuerpo bendito y santísimo para la maternidad.
    El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel
    y él sabía lo que decía.
    Contigo estuvo en los años de tu embarazo,
    dentro de tu seno, haciéndose un niño
    por amor a nosotros.
    Toda tu vida terrena estuvo contigo.
    Y Tú estuviste con Él.
    Fuiste madre, nueva Eva, corredentora.
    Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti.
    También estuviste Tú con Él,
    hasta que murió en el patíbulo
    y pasó de los brazos muertos de la cruz
    a los brazos vivos y amorosos de su madre.
    Estuvo contigo en los años de tu soledad,
    santificando a su madre amadísima,
    para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y blanca como la luna.
    Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo….


    Bendita Tú eres entre todas las mujeres

    ¿Qué es Eva comparada contigo?
    ¿Qué son las mujeres de la tierra junto a Ti?
    Tú eres la imagen perfecta, única
    de la mujer que quiso crear.
    Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías,
    al menos deben serlo, parecerse a Ti
    que eres el modelo preciosísimo
    de la mujer cristiana.
    Querer llamarse como Tú es una buena elección.
    Pero parecerse a Ti debe ser su ideal.
    Modelo de niña y mujer,
    adorable modelo de madre y esposa.
    Porque Tú pasaste por todas las etapas
    del crecimiento de la mujer,
    enseñando cómo se puede ser una gran mujer,
    una mujer santa, un apóstol de Jesús,
    y, además, una mujer feliz...
    Con muy poco presupuesto, en una casita humilde,
    pero donde estaba Dios,
    y donde Dios está nada hace falta.
    La pobre casita de María rebosaba de amor,
    de santidad y de felicidad.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo.
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres…


    Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

    Bendita la flor, bendito también el fruto.
    Jesús, el amado del Padre
    ha nacido de Ti como la rosa del rosal.
    La rosa pertenece al rosal.
    Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo,
    fruto de tus purísimas entrañas.
    Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús,
    pues Él, además de ser hijo tuyo,
    es tu Dios omnipotente,
    del que te consideras su esclava.
    Jesús y Tú sois, además, de nosotros.
    Jesús, porque Tú nos lo diste,
    en un gesto de amor único y lleno de misericordia…
    Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre,
    en Madre nuestra.
    Entre las palabras que siempre meditas
    en tu corazón, están éstas:
    “Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”.
    Para nosotros esta sola frase constituye
    todo un evangelio, una buena nueva.
    Si Jesús es nuestro, si María es nuestra,
    ¿qué dificultad nos podrá derrotar?
    ¡Qué poco felices nos atrevemos a ser
    cuando nos han dado la llave de la felicidad,
    de la felicidad completa y eterna!
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo,
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres
    Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.


    Santa María

    Si María es tu nombre,
    santa, santísima es tu sobrenombre,
    La cualidad que siempre va con tu nombre.
    Por eso tu nombre nos produce inmensa alegría
    y al mismo tiempo gran respeto.
    Santa María, dulce María, eres bellísimo jardín
    donde crecen las flores más bellas.
    Espiga dorada pletórica de fruto,
    mística rosa, perfumada y más pura
    que todas las rosas del mundo.
    Santa María, dulce Madre, Virgen pura,
    Reina bellísima y sencilla campesina
    de la entrañable campiña de Nazaret.


    Madre de Dios

    Te amamos como Madre nuestra
    y te veneramos como madre de Dios,
    grandeza incomparable que te ennoblece
    y nos llena de orgullo santo,
    porque nuestra madre es también madre de Dios.
    Para tan alto privilegio se requería
    una Madre virgen
    una virgen santa
    una mártir del alma
    una criatura llena de gracia
    y una humildísima esclava del Señor,
    que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra.
    ¿Cómo pudiste poseer al mismo tiempo
    la máxima grandeza
    y la más fina y profunda humildad?
    Dios te consideró digna madre suya.
    Aceptó ser Hijo de tus entrañas.
    Te hizo grande el que todo lo puede
    y tú te hiciste pequeña como una esclava
    al completo servicio de tu Señor.
    Madre y esclava del Señor.
    Como Madre de Dios
    me infundes un respeto inmenso.
    Como esclava del Señor una ternura infinita.


    Ruega por nosotros, pecadores

    Somos tus hijos pecadores
    Somos hijos pródigos que hemos recorrido
    los senderos del pecado y del hastío.
    Fuimos hijos de una madre pecadora,
    antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada.
    Ruega a tu Hijo omnipotente,
    Tú que eres la omnipotencia suplicante.
    Ruega siempre para que no nos engañe más
    el padre de la mentira.
    Dile a Jesús que no tenemos vino,
    que se nos ha terminado la alegría y el amor.
    Pide para nosotros el milagro de la resurrección
    cuando caemos muertos de cansancio y de dolor.
    El que dijo ser la resurrección y la vida es hijo tuyo.
    El que dijo ser la Verdad y la Vida, te llama Madre.
    Entonces, suplícale que nos otorgue
    la resurrección y la vida.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores…


    Ahora…

    El día de hoy,
    El día de las oportunidades de santificarnos
    o de pecar.
    Hoy, el día al que le basta su afán.
    El único día que tenemos en las manos.
    Que lo llenemos de amor y de bondad.
    Ahora líbranos de caer en la tentación.
    Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos,
    Hoy que no endurezcamos el corazón,
    Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo.
    Ahora, en este presente que se transforma
    constantemente en futuro.
    Hoy, que el día de hoy amemos, nos santifiquemos,
    Seamos instrumentos de la paz de Jesús.
    Hoy, en esta pequeña vida que es el día presente.


    Y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    En ese momento en el que se juega
    nuestra salvación eterna.
    Ese último día que sepamos decir
    un último “Te amo en este mundo”
    para repetirlo en la otra vida por siempre.
    Ruega por los que en ese momento
    no están preparados,
    para que si no vivieron en gracia,
    mueran en gracia de Dios
    y no vayan al eterno dolor.
    Ruega por los niños cuyo primer día de vida
    coincide con el de su terrible muerte.
    Así como lograste que el buen ladrón
    se arrepintiera el día de su muerte,
    consigue esa misma gracia a los pecadores
    más rudos, a los que no aceptan a tu Hijo.
    Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal
    para salvarles de las garras de Satanás,
    de la eterna condenación.
    Ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC



    Durante el mes de Octubre meditaremos los Misterios del Rosario y las Letanías. Meditando en cada uno de ellos, rezaremos con más alegría esta oración que tanto le gusta a María Nuestra Madre

    sábado, 28 de septiembre de 2013

    ¡ MADRE, DANOS TU MIRADA ¡

    Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
    ¡Madre, danos tu mirada!
    ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!
     
    ¡Madre, danos tu mirada!



    Fragmento de la homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. 22 septiembre 2013 


    En (Cfr. Hc 1, 12-14) nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los Apóstoles, en espera de la efusión del Espíritu Santo (Cfr. Hc 1, 12-14). María reza, reza junto a la Comunidad de los Discípulos y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su misericordia. ¡La potencia de la Oración! No nos cansemos de llamar a la puerta de Dios. ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!

    Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre, en cambio, en el Evangelio, acogemos sobre todo la última mirada de Jesús hacia su Madre. Desde la cruz, Jesús mira a su Madre y a ella le confía el Apóstol Juan, diciendo: "Éste es tu Hijo". En Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de Amor de Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre. María habrá recordado otra mirada de Amor, cuando era una jovencita: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer grandes cosas también con nuestra debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamemos a la puerta de su corazón.

    Encontremos la mirada de María, porque allí está el reflejo de la mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira.

    Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en cada encrucijada de nuestro camino. Es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestros pecados. Y para encontrar este Padre, lleno de amor, hoy le decimos: ¡Madre, danos tu mirada! Lo decimos todos juntos: ¡Madre, danos tu mirada!

    En el camino, muchas veces difícil, no estamos solos, somos tantos, somos un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de modo fraterno. ¡Mirémonos de un modo más fraterno! María nos enseña a tener esa mirada que busca acoger, acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos, los unos a los otros, bajo la mirada materna de María! Hay personas que instintivamente no tenemos en cuenta, y que sin embargo tienen más necesidad: los más abandonados, los enfermos, aquellos que no tienen de qué vivir, aquellos que no conocen a Jesús, los jóvenes que están en dificultad, que no tienen trabajo. No tengamos miedo de salir y mirar a nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. Y no permitamos que alguna cosa o alguno se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen.

    ¡Madre, danos tu mirada! ¡Que ninguno nos esconda tu mirada! Nuestro corazón de hijos sepa defenderla de tantas palabras que prometen ilusiones; de aquellos que tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden cumplir. Que no nos roben la mirada de María, que está llena de ternura. Que nos da fuerza, que nos hace solidarios entre nosotros. Digamos todos: ¡Madre, danos tu mirada! 
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