LA VIDA ES UN SOPLO...
Se dice que todo pasa, es verdad. Pero ¿te parece que todo pasa del todo? Yo creo que no.
Es verdad que todo pasa y que todos pasamos; pero nosotros, al menos, no pasamos del todo; hay algo que queda detrás de nosotros, como un rastro, como una semilla, como un germen, que a su debido tiempo deberá desarrollarse.
El poeta Núñez de Arce cantó que:
“¿Qué es nuestra vida?
El sueño de un momento;
onda que pasa, sombra que se aleja;
ave tímida y muda, que no deja
ni el rastro de sus alas en el viento.”
¿Y las buenas obras? ¿Y las malas obras? ¿No dejan rastros que perduran? ¿Te satisface vivir unos pocos años y luego pasar al vacío infinito y al total olvido? No creo que ningún corazón humano quede satisfecho con esa perspectiva.
“Recuerda que mi vida es un soplo” (Job 7, 7) Es una necedad poner la meta en esta vida, que es pasajera, que no es la definitiva, que ha de ser superada por aquella que es la verdadera Vida.
El caminante no se fija tanto en el camino, cuanto en el término al que debe arribar; tu camino es esta vida. Tu meta, la eternidad.
(Alfonso Milagro. Los cinco minutos de Dios. Editorial Claretiana.)