viernes, 18 de mayo de 2018

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 18 MAYO 2018

Donde este tu tesoro, allí estará tu corazón
Santo Evangelio según San Juan 21, 15-19. Viernes VII de Pascua.


Por: H. Michael Vargas, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, enséñame a conocerte para poder amarte con pasión.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 21, 15-19
En aquel tiempo, le preguntó Jesús a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?" él le contestó: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".
Por segunda vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?" Él le respondió: "Sí, Señor; tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas".
Por tercera vez le preguntó: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?" Pedro se entristeció de que Jesús le hubiera preguntado por tercera vez si lo quería, y le contestó: "Señor, tú lo sabes todo; tú bien sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas.
Yo te aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías la ropa e ibas a donde querías; pero cuando seas viejo, extenderás los brazos y otro te ceñirá y te llevará a donde no quieras". Esto se lo dijo para indicarle con que género de muerte habría de glorificar a Dios. Después le dijo: "Sígueme".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Hoy, es el momento para hacer una pausa y preguntarnos, ¿dónde está mi corazón? ¿Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta? Ninguna, muchas, o quizás no las suficientes. Lo curioso es que, en las respuestas que demos, conoceremos muchas cosas sobre nuestra vida, pues realmente donde esté eso que consideramos como un tesoro, allí también estará nuestro corazón y, con ello, nuestra vida, nuestra alegría, nuestras motivaciones, nuestra realización personal, en fin nuestra felicidad.
Lo sorprendente del Evangelio, en primer lugar, es comprender donde está fijado nuestro corazón y para ello debemos de prestar mucha atención, pues en la vida nadie ama verdaderamente aquello que no conoce; sí, es un hecho, nos puede resultar atractivo, podemos sentir alguna inclinación, pero realmente sentir amor hacia ello implica un paso más, por lo cual debemos entrar en oración y preguntarnos a nosotros mismos o mejor preguntarle a Jesucristo, Señor, ¿dónde está mi corazón? ¿Está en el lugar correcto? ¿O me estoy equivocando?
Es claro que ante este encuentro personal, no debemos de temer a las respuestas que puedan surgir, pues a pesar de que creamos que no amamos correctamente, a pesar de que cometamos errores, a pesar de nuestros pecados, Jesucristo siempre estará ahí para preguntarnos, realmente, ¿me amas? ¿Realmente me amas más que éstos?
"La medida del amor es amar sin medida…" (San Agustín).
¿Cuál es hoy la mirada de Jesús sobre mí? ¿Cómo me mira Jesús? ¿Con una llamada? ¿Con un perdón? ¿Con una misión? Sobre el camino que Él ha hecho estamos todos bajo la mirada de Jesús. Él mira siempre con amor. Nos pide algo y nos da una misión. Jesús viene al altar en la eucaristía: "Señor, Tú estás aquí, entre nosotros. Fija tu mirada sobre mí y dime qué debo hacer, cómo debo llorar mis errores, mis pecados; con qué valentía debo ir adelante en el camino que Tú has hecho primero". En este día nos hará bien releer este diálogo con el Señor y pensar "en la mirada de Jesús sobre mí".
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de mayo de 2015, en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Buscaré un momento durante el día para preguntarme, ¿dónde está mi corazón?
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

FELIZ VIERNES





jueves, 17 de mayo de 2018

PAPA FRANCISCO, DOLIDO POR LA VIOLENCIA EN TIERRA SANTA, DIOS TENGA PIEDAD DE NOSOTROS


El Papa Francisco, dolido por la violencia en Tierra Santa: “Dios tenga piedad de nosotros”
Redacción ACI Prensa
Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




El Papa Francisco reconoció sentirse preocupado y dolido por el empeoramiento de la violencia en Tierra Santa y en Oriente Medio.

Al finalizar la Audiencia General de este miércoles 15 de mayo, el Santo Padre pronunció un mensaje en el que señaló que “estoy muy preocupado y dolido por el empeoramiento de las tensiones en Tierra Santa y en Oriente Medio, y por la espiral de violencia que nos aleja cada vez más del camino de la paz, del diálogo y de las negociaciones”.

“Expreso mi gran dolor por los muertos y por los heridos, y permanezco cercano con la oración y el afecto a todos aquellos que sufren. Repito que el uso de la violencia jamás llevará a la paz. La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia”.

Asimismo, invitó “a todas las partes involucradas y a la comunidad internacional a renovar su compromiso para que prevalezcan el diálogo, la justicia y la paz”.

Tras rezar un Avemaría el Papa exclamó: “Dios tenga piedad de nosotros”.

El Santo Padre se solidarizó así con los fallecidos y los heridos en los violentos choques producidos esta semana en la franja de Gaza, Palestina, entre manifestantes palestinos y soldados israelíes.

El pasado lunes 14 de mayo, al menos 60 palestinos perdieron la vida y otros 2000 resultaron heridos después de que el ejército israelí abriera fuego contra manifestantes que protestaban de forma violenta por el traslado de la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv hasta Jerusalén.

Este hecho, que los palestinos consideran ofensivo, pues reclaman Jerusalén como capital del futuro Estado palestino, se produjo, además, coincidiendo con las celebraciones del 70 aniversario de la creación del Estado de Israel.

Aunque Israel trasladó todas sus instituciones políticas a la ciudad de Jerusalén en el año 1967, en que se anexiona la ciudad hasta entonces bajo soberanía jordana, la comunidad internacional sólo reconoce Tel Aviv como su capital. De hecho, hasta el traslado de la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, todas las embajadas internacionales se encontraban en Tel Aiv.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 17 MAYO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 7ª semana de Pascua
 Hoy, jueves, 17 de mayo de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (22,30;23,6-11):

En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos.
Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos.» 
Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?» 
El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárselo al cuartel.
La noche siguiente, el Señor se le presentó y le dijo: «¡Ánimo! Lo mismo que has dado testimonio a favor mío en Jerusalén tienes que darlo en Roma.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R/.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan mis entrañas,
y mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (17,20-26):

En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, porque me amabas, antes de la fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.» 

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 17 de mayo de 2018
Eguione Nogueira, cmf



¡Hermanas y hermanos! ¡Paz y bien!

Estando con unos pocos discípulos a su alrededor, Jesús mira la multitud de sus futuros seguidores, nos mira a nosotros. Él fue enviado a todos, incluso a cada uno de nosotros que hemos respondido a su llamada, y a todos les dará su palabra, el nombre y la gloria para que tengan vida. Siguiendo la dinámica de la hora como centro de la historia, podemos contemplar a Jesús rezando por cada uno de nosotros. Sus palabras resuenan en nuestros corazones. Sabemos que no estamos solos, que cada uno de nosotros constituimos, con nuestros dones, la presencia de Jesús en el mundo para que su palabra siga expandiéndose cada vez más.

Cuando transmitimos sus palabras estamos reverberando su voz en el tiempo y el lugar donde nos encontramos. Es en este sentido que debemos entender la petición “que todos sean uno”. Pero la unidad que Jesús pide tiene como modelo la unidad que existe entre el Padre y el Hijo: “como tú, Padre, en mí, y yo en ti”, es decir, el Hijo glorifica al Padre y el Padre al Hijo. Todo lo que Jesús hace procede el Padre y vuelta al Padre. Y lo que Jesús quiere es justamente eso: que cada persona entre en esa unidad, que cada cristiano pueda tener la conciencia que sus acciones, procedes de esa unidad, tienen origen y destino divinos. Si el discípulo es capaz de conformar su vida con la de Jesús, todos podrán reconocer en él la presencia del Hijo, y, por la presencia del Hijo, la del Padre.

Por eso, podemos decir con el salmista: “«Tú eres mi bien.» El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré” (Sl 15).

Como la acción de Jesús, también la nuestra está muy limitada a un espacio y un tiempo determinados. Él desea contar con otros, desea contar con nosotros, para continuar su obra en el mundo. No importa que tengamos límites. Él lo sabe. La decisión de anunciarle llena nuestra vida de confianza y esperanza por un mundo mejor, no importa si lo que hacemos es muy poco, pues, como dice el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium “Al que arriesga, el Señor no lo defrauda, y cuando alguien da un pequeño paso hacia Jesús, descubre que Él ya esperaba su llegada con los brazos abiertos. Éste es el momento para decirle a Jesucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores»” (EG 3). 

Vuestro hermano en la fe,
Eguione Nogueira, cmf
eguionecmf@gmail.com

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 17


Décimo séptimo día: Explicación de las letanías



Virgo fidelis

Virgen fiel. María, siempre fiel a la ley del Señor, lo fue también a los designios de la providencia. Dios le hizo saber, de un momento a otro, por su esposo José, que había que huir con el niño Jesús a Egipto. María no busca en lo absoluto comprender la voluntad del Señor, y sin razonar sobre los obstáculos que parecen presentarse en un viaje tan penoso, largo y peligroso, María obedece, parte, y la orden de Dios le sirve de razón. Instruida por las profecías acerca de los tormentos que Jesucristo, su Hijo debía soportar, tenía el alma triste, pero la sumisión estaba de acuerdo con la voluntad de Dios Altísimo. ¡Fidelidad preciosa de María! ¡Quien podrá admirarte suficientemente, cuando la condujiste al pie de la cruz y a recibir los últimos suspiros de su Hijo!

Speculum justitiae

Espejo de justicia. María es el espejo de las virtudes más perfectas, porque, destinada a la gloria de ser la  Madre de Dios, cuya dignidad supera incomparablemente todas las grandezas humanas, y que es la más alta a la que puede ser elevada una criatura, debió ser enriquecida con las virtudes que convenían a esta sublime elevación, y si según Tomás de Villanueva, san Juan, sólo por causa de su calidad de precursor del Mesías fue santificado en el seno de su madre e hizo cosas tan extraordinaria, que entre todos los hijos de las mujeres, según el testimonio del Salvador, no hubo nadie más grande que Juan Bautista.¡Qué decir de la santidad de aquella que concibió y llevó en seno al autor de todas, la virtud de la santidad misma, en fin, el Verbo Eterno que es Dios!

Ejemplo

Un soldado, apellidado Beau-Séjour, rezaba todos los días siete Pater y siete Ave, en honor de las 7 alegrías y de los siete dolores de la Santísima Virgen. Nunca se olvido de satisfacer esta obligación, y si se acordaba, luego de haberse acostad, que no lo había hecho, se levantaba al instante y rezaba esta oración de rodillas. Un día de batalla, Beau Séjour se encontró en la primera línea de combate, en presencia del enemigo, esperando la señal de ataque, se acordó que no había dicho su oración acostumbrada; de inmediato comenzó a decirla haciendo la señal de la cruz. Sus compañeros, dándose cuenta, empezaron a burlarse y las burlas pasaron de boca en boca, pero Beau-Séjour, sin inquietarse, continuaba su oración. Una vez terminada ésta, los enemigos hicieron la primera descarga; y Beau Sejour, sin haber recibido no un solo disparo, quedó solo en la línea. Vio muertos, a sus lados, a todos aquellos que antes de reían de él y se burlaban de su devoción. No pudo dejar, estremecerse ante tal vista y, de reconocer  la mano de la poderosa Protectora que lo había. El resto de la batalla y aun de la campaña, que mató mucha gente, no recibió ni una sola herida. Habiendo recibido finalmente su baja, volvió a su casa y publicó por todos lados las alabanza de María, de quien se reconocía deudor de vida y salud (Récits d’histoires).

Seamos fieles a nuestros ejercicios de piedad hacia María y nos será fiel a la hora del peligro.


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 16


Décimo sexto día: Explicación de las letanías


Virgo potens

Virgen poderosa: María, que es la Reina de los ángeles y de los hombres, es la soberana de todas las criaturas, y reina al costado de Aquél que esta sentado por encima de los querubines, que mueve los cielos, que cambia los tiempos, que manda los vientos y a las tempestades, y que altera los elementos. Ahora bien, como todo es posible en el cielo y sobre la tierra al Amo de la naturaleza, toda la naturaleza debe obedecer, toda la naturaleza debe  obedecer a aquella a quien él mismo estuvo sometido. Por eso, los ángeles y los santos, que son testigos del gran poder de María, se apresuran a rendirle los homenajes y la obediencia que le deben.

Virgo clemens

Recurran, pobres pecadores, recurran a María, cuyo trono es accesible a los desventurados, y no duden de la buena voluntad y del poder de esta Madre de clemencia, que está siempre dispuesta a recibir y que Jesús no tiene nada que rehusar a aquella por cuya intercesión hizo su primer milagro y que Él destinó para ser abogada de los pecadores. Recurran a María, ustedes que son sus fieles servidores, recurran a ellas con confianza; que si los grandes pecadores encuentran en ella los auxilios que necesitan, ustedes no dejarán de recibir los favores que ella concede, particularmente a aquellos que la aman y que la sirven, imitando sus virtudes.

Ejemplo

Juan, Emperador de Oriente, dio una prueba sorprendente de la devoción que tenía a las imágenes de la madre de Dios. Los escitas habían irrumpido violentamente en la Tracia; concretando una usurpación digna de su mala fe, se convirtieron en los amos. El Emperador, en estas circunstancia que le hacía perder una bella provincia de su imperio, recurrió a la Reina del cielo; y por la intercesión visible que recibió su ejército, rechazó a los bárbaros y los puso en fuga. Entonces, lejos de ser ingrato hacia su libertadora, quiso cederle los honores de esta victoria. Hizo colocar su pintura sobre un carro de triunfo magníficamente tirado por cuatro caballos blancos, montados por los príncipes de su Imperio; y él, presidiendo todo su cortejo, iba a pie, con la cabeza descubierta, delante del carro de triunfo, con una cruz en la mano, otorgando a María toda la gloria. Honremos, a ejemplo de esos grandes personajes, en todas las formas que dependan de nosotros, a las imágenes de la Reina del cielo.

Pidamos a María proteger a la Iglesia y a las familias cristianas contra nuestros enemigos


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 17 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
17 mayo



La condición de discípulo incluye la exigencia de renunciar a todo aquello que pueda oponerse al seguimiento de Jesús.

Jesús no sigue los criterios del mundo; elige a los pobres, sencillos, rudos, ignorantes pescadores, carentes de toda humana formación e influencia, ya que los hombres no se convertirán con argumentos y palabras humanas, sino solamente por la gracia de Dios.

Tú también has sido objeto de esa predilección del Señor. Tú debes responder a ese llamado con la misma rapidez y generosidad con que respondieron los apóstoles; quizás a ti no se te exija la renuncia a todas las cosas; pero, sin duda, tu elección para el apostolado supone renunciar a cosas legítimas, a fin de poder ejercer tu apostolado más eficazmente.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 16 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
16 mayo



Las palabras de Jesús son vida y comunican vida; no podemos permitir que solamente queden escritas; es preciso vivirlas con la mayor intensidad posible.

Para vivirlas, hay que conocerlas y en consecuencia hay que leerlas y meditarlas con frecuencia; por eso te aconsejo como término de estas reflexiones evangélicas que no se te caiga de las manos el santo Evangelio; ha de ser tu libro de cabecera y tu compañero de viaje, tu más frecuente consejero y tu alivio más seguro.

Los demás libros, por buenos que sean, son siempre la palabra del hombre; el Evangelio es la Palabra de Jesucristo.


P. Alfonso Milagro

FELIZ JUEVES




martes, 15 de mayo de 2018

IMÁGENES DE SANTA MARÍA, RUEGA POR NOSOTROS
























5 MOMENTOS EN LOS QUE PUEDES RECURRIR A LA VIRGEN MARÍA


5 momentos en los que puedes recurrir a la Virgen María



Por: Andrés D' Angelo | Fuente: Catholic-link.com 




Hablar de mi Mamá del Cielo es difícil para mí. Tengo que reconocer que soy parcial. ¡Amo a la Virgen María con todo mi corazón! María es la mujer por excelencia, es la mujer más sublime que salió del amor de Dios Padre. Y siendo tan sublime como es, se requieren grandes místicos para describirla, y para cantar sus alabanzas.

Como no soy un gran místico y estamos en el mes de María, al no poder cantarle grandes alabanzas a mi Madre, sí puedo decir, en voz baja, una oración de acción de gracias por ser Ella tan humana como sublime.

Probablemente nuestra Madre haya hecho muchas cosas sublimes en la Tierra. Los Evangelios recogen algunas de ellas para darnos indicios de cómo era: Las bodas de Caná para ver en Ella a la intercesión todopoderosa que hizo adelantar su hora a Nuestro Señor; o junto a la Cruz en el Calvario, para ver en Ella, con su corazón atravesado por una espada, a aquella que primero unió sus dolores a la Pasión de Nuestro Señor para abrirnos las puertas del Cielo.

Curiosamente, algunos de esos episodios tan sublimes son episodios de lo más corrientes: una mujer visita a su prima para asistirla en su parto, un niño se pierde en medio de una fiesta religiosa, una madre va a una boda con su hijo…, no parecen los episodios de una novela épica, sino los menesteres cotidianos de una familia cualquiera en un tiempo cualquiera. Detrás de estos misterios que contemplamos en el rosario, hay una mujer que por haber sido concebida sin mancha de pecado original, hace sublime lo cotidiano. Que todo lo que toca lo convierte en Divino. Ella es tan sublime como el Cielo, y tan cotidiana como el pan.

El Evangelio y el rosario nos proponen la contemplación de los grandes misterios de la vida de María: la anunciación-encarnación, el calvario de su corazón de madre, su asunción. Son todos misterios que uno no termina nunca de meditarlos. ¡Pero también nuestra Madre del Cielo vivió una vida completamente humana, con las mismas dificultades que nosotros pasamos a diario. ¿Cómo no pedirle que nos socorra cuando la vida se pone difícil, o monótona, o triste, cuando ella pasó por esas mismas dificultades, arideces o tristezas? Ella nos comprende totalmente, y, como mediadora de todas las Gracias e intercesora todopoderosa, está dispuesta a pedirle a su hijo por nuestras dificultades, no importa cuán triviales nos parezcan, a ella todas le parecen importantes.



1. En nuestros momentos de duda
Cuando contemplamos a María en la anunciación, la vemos casi siempre en el «Fiat»: «Hágase en mí según tu palabra». Y nos olvidamos que ella también dudó. La Madre de Dios era una niña de acuerdo a nuestros parámetros modernos. La enormidad de lo que le estaba diciendo el Ángel tiene que haber conmovido su espíritu, tanto que inmediatamente le pregunta: «¿Cómo será eso posible, si no conozco varón?». Cuando dudemos, cuando sintamos que lo que Dios nos pide es demasiado; invoquemos a María y pidámosle que nos inspire ese «Fiat» que ella supo dar.


2. En los momentos que tememos al dolor
Cuando Simeón le profetiza a María que una espada le atravesaría el corazón, ¿qué habrá sentido la Virgen? Ninguna madre del mundo querría saber que su hijo sería signo de contradicción, y aunque María aceptaba la voluntad del Padre con sumisión perfecta, ¿no se habrá entristecido su alma? Cuando estamos paralizados por el temor, cuando tenemos pánico de que la Cruz que nos espera va a ser demasiado para nuestros hombros; pidámosle a nuestra Madre que nos dé la fortaleza que nos falta.


3. Cuando creemos que perdemos a nuestros hijos
El Niño Jesús perdido y hallado en el templo. Sus padres terriblemente ansiosos lo buscan entre los parientes y recorren el camino de vuelta a Jerusalén hasta que finalmente lo encuentran entre los doctores. ¿Qué habrá pasado por el alma de la Virgen mientras no lo encontraba? ¿Qué habrá pasado cuando lo encontró en medio de los notables de Israel? ¿Miedo, ansiedad, culpa por no haberlo cuidado? Cualquier madre que pierde a un hijo casi inmediatamente piensa: «qué mala madre soy, no supe cuidarlo». Tal vez esos pensamientos pasaron por la mente de la Virgen. Cuando creemos que nuestros hijos «toman un mal camino», cuando estemos angustiados porque no sabemos hacia dónde se dirigen nuestros hijos; invoquemos a la Madre y pidámosle que nos calme y que guíe a nuestros hijos en sus dificultades.


4. Cuando estamos a los pies de la cruz por la enfermedad de alguien a quien queremos
La profecía de Simeón finalmente se hizo real. Todo el dolor del mundo se abate sobre el Inmaculado Corazón de María. Su hijo es «varón de dolores», y ella es «mujer de dolores». A la que se le ahorraron los dolores del parto, debe haber sentido ese dolor como un profundo desgarro del alma. ¿Qué padre que ve sufrir a su hijo no le ofrece a Dios cambiar de lugar con él?  Cuando tenemos a un hijo enfermo, sufriendo, subido a la cruz, ¡invoquémosla! ¡Ella sabe que los padres sufrimos como si fueran propios, porque Ella hizo propios los sufrimientos de Nuestro Señor.



5. En los momentos que salimos al encuentro y no somos comprendidos
En Caná de Galilea la vemos preocupada como auténtica madre, por el éxito de una fiesta de bodas. ¿No es conmovedor su gesto? Ella sola se da cuenta de que no tienen vino y le pide a Jesús que convierta el agua en vino. Jesús parece contestarle destempladamente, incluso la llama «mujer», como poniendo distancia. Sin embargo, ella inmediatamente le dice a los sirvientes que «hagan lo que Él les diga». Muchas veces, cuando salimos al encuentro de los demás, sentimos que rechazan nuestra ayuda, y a veces nos pagan mal con bien. ¡Es el momento de invocar a Nuestra Madre y pedirle que nos dé fuerzas para «hacer lo que Él nos dice».

MAYO, MES DE MARÍA, DÍA 15


Décimo quinto día: Explicación de las letanías



Virgo veneranda

Virgen venerable. Leemos en la Escritura que cuando Betsabé se fue a encontrarse a Salomón para hablarle, este rey se levantó prestamente para hacerle los cumplimientos que merecía, y que después de haberla saludado respetuosamente, la sentó en un trono que hizo colocar al lado del suyo, con el fin de honrar públicamente a la autora de sus días. Ahora bien, si este honor convenía a la madre de un Rey, ¿qué gloria, qué distinción conviene a aquella que, por su calidad de Madre de Dios, tiene derechos incomparablemente más santos y mas claros a los honores? Igualmente, Jesucristo para honrar a María, le concedió todos los privilegios y la preeminencia que convenía a tal hijo conceder a tal Madre. Igualmente, ella forma en el cielo un rango aparte: tiene un orden separado, siempre, debajo de Dios, pero siempre por encima de o que no es Dios.

Virgo predicanda

Virgen digna de alabanza. Esforcémonos por ofrecer a María el tributo de nuestras alabanzas y, a ejemplo d esta señora que exclamó al ver al salvador: Dichosas las entrañas que te tuvieron y los pechos que te amamantaron; celebremos su gloria y su honor, porque todo es honorable en ella, que el cielo y la tierra no presentan un objeto más digno de nuestros homenajes y de nuestras alabanzas, después de Dios, que María.

Ejemplo

El admirable san Luís, honor y ejemplo de los reyes, tenía una devoción tan tierna y tan viva por la Santísima Virgen, y tanto amor por su humildad, que para honrarla y para imitarla, hacia reunir todos los sábados, días consagrados a María, una multitud de pobres en su palacio, en su apartamento mismo. Ahí, siguiendo el ejemplo del Salvador, les lavaba los pies en una vacía y los secaba con sus manos reales; enseguida, les besaba con  un respeto que hacía ver que reconocía en ellos a los miembros de Jesucristo; después de aquello, para juntar la caridad con la humildad, los hacía comer, y los servía él mismo en la mesa. Terminaba con una rica limosna que distribuía a cada uno de ellos, siempre en honor de la Reina del cielo y de la tierra. Había deseado morir un sábado, como para coronar con el homenaje de sus últimos suspiros todos los honores que había rendido cada semana  de su vida ese día. Fue escuchado. María quiso que ese día de honor para ella fuese también el de la entrada al la gloria al cielo para su fiel servidor.
Merezcamos, por nuestra caridad, que los pobres nos alaben delante de Dios


Traducido del francés por José Gálvez Krüger para ACI Prensa

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 15 MAYO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
15 mayo




A los que aman de veras, Cristo les encarga una misión: la de hacerlo amar.

Apostolado es hacer amar a Cristo; el apóstol se fragua en el diálogo con Cristo. Quien ama, va más allá de lo mandado; hace lo que más le agrada a Cristo, a quien ama.

Sólo puede ser apóstol quien sabe amar, pues para ser apóstol de Cristo, se necesita identificarse con él en el pensar, en el querer y en el obrar. Mal hablará de Cristo quien no esté identificado con él. Si todos han de amar a Cristo, el apóstol debe sobresalir en este amor.


P. Alfonso Milagro
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