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viernes, 12 de marzo de 2021
MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 24, 12 DE MARZO
AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 12 DE MARZO
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
Marzo 12
Jesús prometió a sus devotos todas las gracias necesarias al estado de cada uno, poniendo la verdadera paz en las familias, consolándonos en todas nuestras penas, y sobre todo en la hora de nuestro paso a la eternidad, sea San José el especial encargado de este momento. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
PEREGRINACIÓN ANUAL A FÁTIMA SERÁ VIRTUAL POR LA PANDEMIA DE COVID19
Peregrinación anual a Fátima será virtual por la pandemia de COVID-19
Redacción ACI Prensa
El Obispo de Leiria-Fátima (Portugal), Cardenal António Marto, anunció que este 2021 la peregrinación anual a Fátima se realizará de forma virtual debido a las restricciones que hay en Portugal por la pandemia, sin embargo, alentó a los fieles a vivir una auténtica peregrinación espiritual incluso sin estar presentes en Cova da Iria.
En la nota pastoral “Ocho días de peregrinaje espiritual al Santuario de Fátima”, el Cardenal Marto señaló que la diócesis se ve imposibilitada de realizar la peregrinación de manera presencial por la necesidad de “cuidar el bien común de la salud” de todos los fieles.
El Purpurado dijo que estas medidas son dolorosas y mueven la añoranza al santuario, con la comunidad reunida allí en oración.
“Les pido su generosa adhesión a la propuesta y su compromiso de vivir esta extraordinaria peregrinación espiritual al Santuario de Nuestra Señora de Fátima. También involucren a los niños, en este camino diocesano con sabiduría pedagógica y ternura comunicativa”, pidió.
El Purpurado prometió que rezará en la soledad del santuario a los pies de la Virgen de Fátima por el fin del “flagelo de la pandemia”.
“El último día iré al Santuario de Fátima llevándolos a todos en mi corazón y allí rezaré por ustedes y por el fin del flagelo de la pandemia, confiándonos a todos a la protección de la Madre del Cielo y nuestra patrona”, prometió.
Finalmente, el Cardenal Marto invitó a los fieles a realizar estos ocho días de peregrinación espiritual entre el 14 y 21 de marzo, donde se contará con videos de apoyo publicados en las redes sociales de la Diócesis de Leiria-Fátima.
La peregrinación finalizará con el rezo del Rosario a las 10:15 a.m. (hora local) y la Santa Misa a las 11:00 a.m., que será presidida por el obispo diocesano en la basílica de Nossa Senhora do Rosário, en el Santuario de Fátima.
La Diócesis indicó que durante la Eucaristía se contará con un “pequeño grupo de personas” presentes, entre los que se contará al clero y los scouts.
miércoles, 10 de marzo de 2021
DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ
DOLORES Y GOZOS A SAN JOSÉ
Fuente: Oblatos de San José
Provincia "Santo Toribio de Mogrovejo" - Perú
1. Purísimo esposo de María, glorioso San José, mucho sufriste por motivo de la divina maternidad de tu esposa. Pero también gozaste inmensamente, cuando el ángel te reveló ser voluntad divina que te quedaras con María y le hicieras de padre de Jesús.
- Por este dolor y este gozo, consuélanos con la gracia de una vida santa y una muerte dichosa como la tuya entre Jesús y María.
Después de cada oración rezar el Gloria al Padre o cantar:
Salve, padre del Señor,
oh guardián del Redentor,
salve, esposo de María,
fue tu huésped mi Jesús.
2.- Gran patriarca San José, la pena que experimentaste al ver nacer a Jesús e tanta pobreza, se cambió en gozo al estrechar en tus brazos a Aquel a quien los ángeles proclamaban Salvador de los hombres.
- Por este dolor y este gozo, concédenos que, al terminar nuestra vida, nos podamos unir al coro de los ángeles y disfrutar para siempre de la gloria celestial.
3.- Glorioso San José, fiel cumplidor de la voluntad de Dios, la sangre preciosa de Jesús derramada en su circuncisión te entristeció; pero el nombre de Jesús, que le impusiste por orden divina, te colmó de alegría.
- Por este dolor y este gozo, concédenos que, después de haber purificado nuestra vida de todo pecado, podamos morir invocando el santo nombre de Jesús.
4.- Santo fidelísimo, glorioso San José, que llegaste a conocer el misterio de nuestra redención; la profecía de Simeón que preanunciaba los sufrimientos que Jesús y María iban a padecer, te sumió en el dolor. Pero te alegraste al conocer que por aquellos dolores las almas se salvarían.
- Por este dolor y este gozo, haz que también nosotros pertenezcamos al número de aquellos que, por los méritos de Jesús y la intercesión de María, resucitarán para la vida eterna.
5.- Solícito custodio del Hijo de Dios, glorioso San José, mucho tuviste que sufrir para defender y sustentar a Jesús, especialmente en la huida y permanencia en Egipto; pero también te llenaba el alma de consuelos el tener siempre a tu lado la confortadora presencia de Jesús y María.
- Por este dolor y este gozo, consíguenos que, victoriosos delas insidias del mundo y de las asechanzas del demonio, en unión con Jesús y María, consagremos nuestra vida al servicio de Dios y de los hermanos.
6.- Glorioso San José, protector de los hogares, tu alegría al retorno de Egipto fue conturbada por el temor de Arquelao; pero te causó mucho alivio la apacible residencia en Nazaret, donde Jesús quiso ser por ti educado a una vida de trabajo y obediencia.
- Por este dolor y este gozo, alcánzanos ser librados de todo temor y angustia, para poder así cumplir nuestros deberes en la intimidad de la familia y en el trabajo, bajo la mirada amorosa de Dios.
7.- Glorioso San José, modelo acabado de toda santidad, durante tres días con inmenso dolor buscaste a Jesús extraviado sin culpa tuya; pero experimentaste suma alegría al encontrarlo en el templo entre los doctores.
- Por este dolor y este gozo, te suplicamos, nos ayudes a no apartarnos nunca de Jesús por el pecado. Si por nuestra desgracia le perdiésemos, haz que con humildad le busquemos hasta encontrarlo, especialmente de nuestra muerte, para gozar contigo en el cielo.
ORACIÓN FINAL:
V. EL Señor lo constituyó protector de su casa.
R. Y dispensador de todos sus bienes.
ORACIONES A SAN JOSÉ
¡Oh San José!
estamos aquí todos para ti
y tú sé todo para nosotros.
Tú indícanos el camino,
sostennos a cada paso,
condúcenos adonde
la Divina Providencia quiere que
lleguemos; sea largo o corto el
camino, fácil o difícil, se vea o
no se vea con ojos humanos
la meta, deprisa o despacio,
nosotros contigo estamos
seguros de caminar siempre
bien. Amén
(San José Marello)
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a sus hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado San José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia
y valentía, y defiéndenos de todo mal.
Amén.
(Papa Francisco)
MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 22, 10 DE MARZO
MEDITACIÓN DE CUARESMA
Día 22º. Miércoles 10 de Marzo.
Desagravio. ¡Señor perdónales porque no saben lo que hacen! Estas fueron casi las últimas palabras que Jesús dijo antes de morir en la Cruz. Dios perdona siempre que le pedimos perdón, pero desafortunadamente no todos los hombres tienen la costumbre de pedir perdón y de terminar con cosas o actitudes que ofendan al Señor. Ese cine que proyecta películas desaconsejadas, una conversación salida de tono, cuando se leen noticias en las que se informa de alguien que asesina o secuestra, cuando te enteras de alguien que roba o engaña, cuando pasas por delante de uno de esos sitios en los que se ofende a Dios, ¿te acuerdas de pedir perdón por esa gente que no sabe lo que hace? ¡Jesús perdónales porque no se dan cuenta!
Coméntale a Dios con tus palabras algo de lo que has leído. Después termina con una oración final.
AÑO DE SAN JOSÉ, 10 DE MARZO
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
Marzo 10
América Latina, que desde los comienzos de la evangelización selló la alianza con el Señor, tiene que renovarla ahora y vivirla con la gracia del Espíritu Santo, con todas sus exigencias de amor, de entrega y de justicia. San José ayúdanos en esta tarea. Amén.
(P. Florentín Brusa, cmf)
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 10 DE MARZO DEL 2021
Lecturas de hoy Miércoles de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, miércoles, 10 de marzo de 2021
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (4,1.5-9):
MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Ahora, Israel, escucha los mandatos y decretos que yo os enseño para que, cumpliéndolos, viváis y entréis a tomar posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar.
Mirad: yo os enseño los mandatos y decretos, como me mandó el Señor, mi Dios, para que los cumpláis en la tierra donde vais a entrar para tomar posesión de ella.
Observadlos y cumplidlos, pues esa es vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos, los cuales, cuando tengan noticia de todos estos mandatos, dirán:
“Ciertamente es un pueblo sabio e inteligente esta gran nación”.
Porque ¿dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?
Y ¿dónde hay otra nación tan grande que tenga unos mandatos y decretos tan justos como toda esta ley que yo os propongo hoy?
Pero, ten cuidado y guárdate bien de olvidar las cosas que han visto tus ojos y que no se aparten de tu corazón mientras vivas; cuéntaselas a tus hijos y a tus nietos».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 147,12-13.15-16.19-20
R/. Glorifica al Señor, Jerusalén
V/. Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
V/. Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza. R/.
V/. Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos».
Palabra del Señor
«No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas (...), sino a dar cumplimiento»
Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez
(Sant Feliu de Llobregat, España)
Hoy día hay mucho respeto por las distintas religiones. Todas ellas expresan la búsqueda de la trascendencia por parte del hombre, la búsqueda del más allá, de las realidades eternas. En cambio, en el cristianismo, que hunde sus raíces en el judaísmo, este fenómeno es inverso: es Dios quien busca al hombre.
Como recordó San Juan Pablo II, Dios desea acercarse al hombre, Dios quiere dirigirle sus palabras, mostrarle su rostro porque busca la intimidad con él. Esto se hace realidad en el pueblo de Israel, pueblo escogido por Dios para recibir sus palabras. Ésta es la experiencia que tiene Moisés cuando dice: «¿Dónde hay una nación tan grande que tenga unos dioses tan cercanos como el Señor, nuestro Dios, siempre que lo invocamos?» (Dt 4,7). Y, todavía, el salmista canta que Dios «Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel; con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos» (Sal 147,19-20).
Jesús, pues, con su presencia lleva a cumplimiento el deseo de Dios de acercarse al hombre. Por esto, dice que «no penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento» (Mt 5,17). Viene a enriquecerlos, a iluminarlos para que los hombres conozcan el verdadero rostro de Dios y puedan entrar en intimidad con Él.
En este sentido, menospreciar las indicaciones de Dios, por insignificantes que sean, comporta un conocimiento raquítico de Dios y, por eso, uno será tenido por pequeño en el Reino del Cielo. Y es que, como decía san Teófilo de Antioquía, «Dios es visto por los que pueden verle; sólo necesitan tener abiertos los ojos del espíritu (...), pero algunos hombres los tienen empañados».
Aspiremos, pues, en la oración a seguir con gran fidelidad todas las indicaciones del Señor. Así, llegaremos a una gran intimidad con Él y, por tanto, seremos tenidos por grandes en el Reino del Cielo.
lunes, 8 de marzo de 2021
UNA BUENA ORACIÓN DE SANACIÓN PARA CUARESMA
Una buena oración de sanación para cuaresma
Si aún no encuentras qué sacrificio de cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea...
Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: la-oracion.com
Ayer me dijo una persona: "No se me ocurre ninguna buena idea para mi sacrificio de cuaresma. ¿Me sugiere algo que usted crea que le agrade a Jesucristo?"
A los sacrificios de cuaresma se les da con frecuencia un enfoque negativo: cosas a las que hay que renunciar. Personalmente prefiero el enfoque positivo: vencer el mal con el bien (Rm 12,21), hacer el bien.
Abstinencia, ayuno, abnegación, renuncia, son palabras que se ponen de moda en cuaresma. Renunciar a cosas agradables es difícil, supone sacrificio. También supone sacrificio ser generoso, salir de sí mismo y pensar en el bien del otro antes que en el propio.
Cuando Jesucristo tenía la cruz delante dijo que él daba su vida voluntariamente: "Nadie me la quita, yo la doy por mí mismo." (Jn 10,18a) Fue un acto de generosidad. El sacrificio de Jesucristo fue poner amor y poner el mayor amor posible.
Si aún no encuentras qué sacrificio de cuaresma puedes ofrecer a Jesucristo, tal vez te interese esta idea: Orar por tus enemigos y por aquellas personas que te han hecho sufrir o te resultan pesadas. "La oración de intercesión consiste en una petición en favor de otro. No conoce fronteras y se extiende hasta los enemigos", nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el n. 2647.
¿Y por qué lo propongo como sacrificio de cuaresma? Porque cambiar la herida en compasión y purificar la memoria transformando la ofensa en intercesión (cfr. Catecismo 2843) es un camino de conversión.
Es también oración de sanación, porque una oración así sana las heridas del corazón, purifica el rencor, prepara al perdón, ensancha el corazón.
"Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca "no su propio interés sino el de los demás" (Flp 2,4), hasta rogar por los que le hacen mal". (Catecismo 2635)
Lo más difícil de este sacrificio es hacer la oración con un corazón que ha conocido la conversión. Cuando hagamos oración por las personas que nos resulten pesadas o nos hayan hecho daño, hay que hacerlo poniendo buenos sentimientos. No es un: "Te suplico, Señor, que esta persona se muera cuanto antes, pues no la soporto", sino de verdad poner amor, como Jesús: "El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte, fue escuchado por su actitud reverente, y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen" (Hb 5,7-9).
¿A quién se le ocurre orar por los enemigos, por las personas insoportables, por quienes no nos perdonan, por aquellos que nos han herido, por quienes nos ofenden y hacen daño, por los seres queridos que nos hacen sufrir? A un buen cristiano.
Poner amor como un acto generoso y gratuito es un modo de construir la civilización del amor. La civilización del amor también se construye orando por aquellos a quienes hemos hecho sufrir y por quienes nos han hecho sufrir. Como dice la canción: Si amo la flor, amo también sus espinas. Sólo el amor nos hace grandes, sólo el amor hace ver que es precisamente lo que duele lo que hace al hombre amable entre los seres.
Te propongo que al terminar de leer este artículo pienses en alguien que te cueste tratar, o en alguna persona que te haya hecho daño, o en alguien que se dedique a ofenderte, y que reces por él. Y puedes rezar también por aquellos que sienten lo mismo respecto a ti. Hacerlo todos los días de cuaresma sería lo mejor.
MEDITACIÓN DE CUARESMA, DÍA 20, 8 DE MARZO
MEDITACIÓN DE CUARESMA
Día 20º. Lunes 8 de Marzo.
El pobre es el egoísta. "Hay diversas clases de pobreza -cuenta la madre Teresa de Calcuta-. En la India hay gente que muere de hambre. Un puñado de arroz es precioso, valiosísimo. En los países occidentales, sin embargo, no hay pobreza en ese sentido. Nadie muere de hambre y ni siquiera abundan los pobres como en la India... Pero existe otra clase de pobreza, la del espíritu que es mucho peor. La gente no cree en Dios, no reza, no ama, va a lo suyo... Es una pobreza del alma, una sequedad del corazón que resulta mucho más difícil de "remediar".
¿Puedes tener tú esa pobreza? Pídeles a Jesús y a María que nunca caigas en esa pobreza de espíritu; que te ayuden a quererles cada día más y a acudir a ellos ante cualquier necesidad, y que te ayuden a querer a los demás. ¡Jesús, María, que no olvide rezar ni por la noche ni al levantarme! Que sea generoso: porque el verdaderamente "pobre" es el egoísta.
Continúa hablando a Dios con tus palabras.
AÑO DE SAN JOSÉ - DÍA 8 DE MARZO
Año de San José
San José, hombre justo y modelo de virtudes, es el Patrono Universal de la santa Iglesia, y por lo tanto de todos nosotros. Es el santo que tuvo en la tierra la misión más grande y noble: proteger al Niño Dios y su Santísima Madre.
Marzo 8
Como nos recuerda el concilio Vaticano II, cuando los padres van por delante con su ejemplo y oración familiar, los hijos y cuantos conviven en la misma familia encuentran más fácilmente el camino del sentido humano de la salvación y de la santidad. Glorioso patriarca, concede a las familias esta gracia para que puedan alcanzar la vida eterna. Así sea.
(P. Florentín Brusa, cmf)
HOY ES LA FIESTA DE SAN JUAN DE DIOS, PATRONO DE LOS QUE TRABAJAN EN HOSPITALES, 8 DE MARZO
San Juan de Dios
Estuvo de soldado bajo las órdenes del genio de la guerra, Carlos V en batallas muy famosas. La vida militar lo hizo fuerte, resistente y sufrido.
La Sma. Virgen lo salvó de ser ahorcado, pues una vez lo pusieron en la guerra a cuidar un gran depósito y por no haber estado lo suficientemente alerta, los enemigos se llevaron todo. Su coronel dispuso mandarlo ahorcar, pero Juan se encomendó con toda fe a la Madre de Dios y logró que le perdonaran la vida. Y dejó la milicia, porque para eso no era muy adaptado.
Salido del ejército, quiso hacer un poco de apostolado y se dedicó a hacer de vendedor ambulante de estampas y libros religiosos.
Cuando iba llegando a la ciudad de Granada vio a un niñito muy pobre y muy necesitado y se ofreció bondadosamente a ayudarlo. Aquel "pobrecito" era la representación de Jesús Niño, el cual le dijo: "Granada será tu cruz", y desapareció.
Estando Juan en Granada de vendedor ambulante de libros religiosos, de pronto llegó a predicar una misión, el famoso Padre San Luis de Ávila. Juan asistió a uno de sus elocuentes sermones, y en pleno sermón, cuando el predicador hablaba contra la vida de pecado, nuestro hombre se arrodillo y empezó a gritar: "Misericordia Señor, que soy un pecador", y salió gritando por las calles, pidiendo perdón a Dios. Tenía unos 40 años.
Se confesó con San Juan de Ávila y se propuso una penitencia muy especial: hacerse el loco para que la gente lo humillara y lo hiciera sufrir muchísimo.
Repartió entre los pobres todo lo que tenía en su pequeña librería, empezó a deambular por las calles de la ciudad pidiendo misericordia a Dios por todos sus pecados.
La gente lo creyó loco y empezaron a atacarlo a pedradas y golpes.
Al fin lo llevaron al manicomio y los encargados le dieron fuertes palizas, pues ese era el medio que tenían en aquel tiempo para calmar a los locos: azotarlos fuertemente. Pero ellos notaban que Juan no se disgustaba por los azotes que le daban, sino que lo ofrecía todo a Dios. Pero al mismo tiempo corregía a los guardias y les llamaba la atención por el modo tan brutal que tenían de tratar a los pobres enfermos.
Aquella estadía de Juan en ese manicomio, que era un verdadero infierno, fue verdaderamente providencial, porque se dio cuenta del gran error que es pretender curar las enfermedades mentales con métodos de tortura. Y cuando quede libre fundará un hospital, y allí, aunque él sabe poco de medicina, demostrará que él es mucho mejor que los médicos, sobre todo en lo relativo a las enfermedades mentales, y enseñará con su ejemplo que a ciertos enfermos hay que curarles primero el alma si se quiere obtener después la curación de su cuerpo. Sus religiosos atienden enfermos mentales en todos los continentes y con grandes y maravillosos resultados, empleando siempre los métodos de la bondad y de la comprensión, en vez del rigor de la tortura.
Cuando San Juan de Ávila volvió a la ciudad y supo que a su convertido lo tenían en un manicomio, fue y logró sacarlo y le aconsejó que ya no hiciera más la penitencia de hacerse el loco para ser martirizado por las gentes. Ahora se dedicará a una verdadera "locura de amor": gastar toda su vida y sus energías a ayudar a los enfermos más miserables por amor a Cristo Jesús, a quien ellos representan.
Juan alquila una casa vieja y allí empieza a recibir a cualquier enfermo, mendigo, loco, anciano, huérfano y desamparado que le pida su ayuda. Durante todo el día atiende a cada uno con el más exquisito cariño, haciendo de enfermero, cocinero, barrendero, mandadero, padre, amigo y hermano de todos. Por la noche se va por la calle pidiendo limosnas para sus pobres.
Pronto se hizo popular en toda Granada el grito de Juan en las noches por las calles. Él iba con unos morrales y unas ollas gritando: ¡Haced el bien hermanos, para vuestro bien! Las gentes salían a la puerta de sus casas y le regalaban cuanto les había sobrado de la comida del día. Al volver cerca de medianoche se dedicaba a hacer aseo en el hospital, y a la madrugada se echaba a dormir un rato debajo de una escalera. Un verdadero héroe de la caridad.
El señor obispo, admirado por la gran obra de caridad que Juan estaba haciendo, le añadió dos palabras a su nombre de pila, y empezó a llamarlo "Juan de Dios", y así lo llamó toda la gente en adelante. Luego, como este hombre cambiaba frecuentemente su vestido bueno por los harapos de los pobres que encontraba en las calles, el prelado le dio una túnica negra como uniforme; así se vistió hasta su muerte, y así han vestido sus religiosos por varios siglos.
Un día su hospital se incendió y Juan de Dios entró varias veces por entre las llamas a sacar a los enfermos y aunque pasaba por en medio de enormes llamaradas no sufría quemaduras, y logró salvarle la vida a todos aquellos pobres.
Otro día el río bajaba enormemente crecido y arrastraba muchos troncos y palos. Juan necesitaba abundante leña para el invierno, porque en Granada hace mucho frío y a los ancianos les gustaba calentarse alrededor de la hoguera. Entonces se fue al río a sacar troncos, pero uno de sus compañeros, muy joven, se adentró imprudentemente entre las violentas aguas y se lo llevó la corriente. El santo se lanzó al agua a tratar de salvarle la vida, y como el río bajaba supremamente frío, esto le hizo daño para su enfermedad de artritis y empezó a sufrir espantosos dolores.
Después de tantísimos trabajos, ayunos y trasnochadas por hacer el bien, y resfriados por ayudar a sus enfermos, la salud de Juan de Dios se debilitó totalmente. El hacía todo lo posible porque nadie se diera cuenta de los espantosos dolores que lo atormentaban día y noche, pero al fin ya no fue capaz de simular más. Sobre todo la artritis le tenía sus piernas retorcidas y le causaba dolores indecibles. Entonces una venerable señora de la ciudad obtuvo del señor obispo autorización para llevarlo a su casa y cuidarlo un poco. El santo se fue ante el Santísimo Sacramento del altar y por largo tiempo rezó con todo el fervor antes de despedirse de su amado hospital. Le confió la dirección de su obra a Antonio Martín, un hombre a quien él había convertido y había logrado que se hiciera religioso, y colaborador suyo, junto con otro hombre a quien Antonio odiaba; y después de amigarlos, logró el santo que le ayudaran en su obra en favor de los pobres, como dos buenos amigos.
Al llegar a la casa de la rica señora, exclamó Juan: "OH, estas comodidades son demasiado lujo para mí que soy tan miserable pecador". Allí trataron de curarlo de su dolorosa enfermedad, pero ya era demasiado tarde.
El 8 de marzo de 1550, sintiendo que le llegaba la muerte, se arrodilló en el suelo y exclamó: "Jesús, Jesús, en tus manos me encomiendo", y quedó muerto, así de rodillas. Había trabajado incansablemente durante diez años dirigiendo su hospital de pobres, con tantos problemas económicos que a veces ni se atrevía a salir a la calle a causa de las muchísimas deudas que tenía; y con tanta humildad, que siendo el más grande santo de la ciudad se creía el más indigno pecador. El que había sido apedreado como loco, fue acompañado al cementerio por el obispo, las autoridades y todo el pueblo, como un santo.
Después de muerto obtuvo de Dios muchos milagros en favor de sus devotos y el Papa lo declaró santo en 1690. Es Patrono de los que trabajan en hospitales y de los que propagan libros religiosos.
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 8 DE MARZO DE 2021
Lecturas de hoy Lunes de la 3ª semana de Cuaresma
Hoy, lunes, 8 de marzo de 2021
Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes (5,1-15a):
Lectura del segundo libro de los Reyes.
EN aquellos días, Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era hombre notable y muy estimado por su señor, pues por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria.
Pero, siendo un gran militar, era leproso.
Unas bandas de arameos habían hecho una incursión trayendo de la tierra de Israel a una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán. Dijo ella a su señora:
«Ah, si mi señor pudiera presentarse ante el profeta que hay en Samaría. Él lo curaría de su lepra».
Fue (Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo:
«Esto y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel».
Y el rey de Siria contestó:
«Vete, que yo enviaré una carta al rey de Israel».
Entonces tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos nuevos y una carta al rey de Israel que decía:
«Al llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures de su lepra».
Cuando el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, diciendo:
«¿Soy yo Dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un hombre de su lepra. Daos cuenta y veréis que está buscando querella contra mí».
Eliseo, el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y mandó a que le dijeran:
«Por qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en Israel».
Llegó Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo. Envió este un mensajero a decirle:
«Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio».
Naamán se puso furioso y se marchó diciendo:
«Yo me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”. El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio».
Dándose la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:
«Padre mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho? ¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio”!».
Bajó, pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.
Naamán y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios. Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 41,2.3;42,3.4
R/. Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo veré el rostro de Dios?
V/. Como busca la cierva corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
V/. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.
V/. Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R/.
V/. Me acercaré al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
y te daré gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,24-30):
HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Palabra del Señor
«Ningún profeta es bien recibido en su patria»
Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE
(Cobourg, Ontario, Canadá)
Hoy, en el Evangelio, Jesús nos dice «que ningún profeta es bien recibido en su patria» (Lc 4,24). Jesús, al usar este proverbio, se está presentando como profeta.
“Profeta” es el que habla en nombre de otro, el que lleva el mensaje de otro. Entre los hebreos, los profetas eran hombres enviados por Dios para anunciar, ya con palabras, ya con signos, la presencia de Dios, la venida del Mesías, el mensaje de salvación, de paz y de esperanza.
Jesús es el Profeta por excelencia, el Salvador esperado; en Él todas las profecías tienen cumplimiento. Pero, al igual que sucedió en los tiempos de Elías y Eliseo, Jesús no es “bien recibido” entre los suyos, pues son estos quienes llenos de ira «le arrojaron fuera de la ciudad» (Lc 4,29).
Cada uno de nosotros, por razón de su bautismo, también está llamado a ser profeta. Por eso:
1º. Debemos anunciar la Buena Nueva. Para ello, como dijo el Papa Francisco, tenemos que escuchar la Palabra con apertura sincera, dejar que toque nuestra propia vida, que nos reclame, que nos exhorte, que nos movilice, pues si no dedicamos un tiempo para orar con esa Palabra, entonces sí seremos un “falso profeta”, un “estafador” o un “charlatán vacío”.
2º Vivir el Evangelio. De nuevo el Papa Francisco: «No se nos pide que seamos inmaculados, pero sí que estemos siempre en crecimiento, que vivamos el deseo profundo de crecer en el camino del Evangelio, y no bajemos los brazos». Es indispensable tener la seguridad de que Dios nos ama, de que Jesucristo nos ha salvado, de que su amor es para siempre.
3º Como discípulos de Jesús, ser conscientes de que así como Jesús experimentó el rechazo, la ira, el ser arrojado fuera, también esto va a estar presente en el horizonte de nuestra vida cotidiana.
Que María, Reina de los profetas, nos guíe en nuestro camino.