jueves, 30 de enero de 2014

JUZGAR A MI PRÓJIMO


Juzgar a mi prójimo
Autor: Paulo Coelho

Uno de los monjes del monasterio de Sceta cometió una falta grave, y llamaron al ermitaño más sabio para que se ocupara de juzgarlo.

El ermitaño se negó, pero insistieron tanto que terminó por aceptar. Antes, sin embargo, tomó un balde y lo perforó en varias partes; después, lo llenó de arena y se encaminó para el convento.

El superior, al verlo entrar, le preguntó qué era aquello.

-Vine a juzgar a mi prójimo –dijo el ermitaño. –Mis pecados se van escurriendo detrás de mí, como la arena se escurre de este balde. Pero, como no miro para atrás, y no me doy cuenta de mis propios pecados, ¡aquí estoy para juzgar a mi prójimo!

Los monjes, en ese mismo momento, desistieron del castigo.

ORACIÓN Y SALUDO A LA VIRGEN MARÍA



Oración y saludo a la Virgen María
Padre Marcelo Rivas Sánchez 



“Madre del Redentor, Virgen fecunda, puerta del cielo, siempre abierta,  estrella del mar” 
Madre, palabra de cinco letras que encierra Maternidad, Amor, Dedicación, Reunión y Entrega. Agregaría la S para hacerla de todos y decir Sabiduría. 

La Virgen da a luz a Jesús en su fe y en su vientre. En su fe gracias al hogar cristiano de sus padres san Joaquín y santa Ana; y en su vientre en aquel hermoso encuentro con el ángel Gabriel donde su respuesta afirmativa y comprometida (fiat) sella el compromiso de amor. Isaías 7,14 en medio de la inspiración divina grita: “El Señor mismo les dará una señal: He aquí que una joven virgen concebirá y dará a luz un hijo, que llamará Enmanuel. Era una joven, apta para la fecundidad, de unos dieciséis a vente años que sabe responder a Dios. En ese momento, ante los ojos del mundo, se estaba realizando un pacto de amor entre Dios y una joven virgen. Se alegra el cielo y se colocaba a toda la creación como testigo. La Virgen asume el papel de Corredentora: “Hágase en mí según tu palabra” Claro que tenía miedo. De seguro temblaba, pero sabía lo que estaba sucediendo. Así como Samuel invita a Dios “Habla Señor que tu siervo escucha” María se convierte en ese puente de salvación para todos los que en Ella encuentran refugio y consuelo.

“Ven a librar, al pueblo que tropieza y se quiere levantar”  Lo ofrecido por Yahvé era una deuda que se tenía que cumplir. Frente al reclamo del pueblo aparece la definición: “Yo seré tu Dios y ustedes serán mi pueblo” En María, la Virgen, al decir de Pablo VI “orante, operante, oyente y Madre” se alista el cumplimiento de lo ofrecido por Dios. Porque vivía en oración, porque en ella se desarrolló la gracia y pudiendo escuchar con detenimiento la voz de Dios se hizo madre de Dios. María se hace, entonces, la virgen del camino que nos acompaña en nuestro avanzar con luchas y esfuerzos. Es un pueblo que necesita de modelos para mejorar y que siente asco por todo lo que sucede a su alrededor. “Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador, 
y permaneces siempre virgen”  No es “simplemente” la joven que supo escuchar a Dios, sino la llena de gracia que por encima de todo se encontró con el amor de Dios y en ese amor pudo responder afirmativamente. Por eso es la Madre de Dios que gracias a la acción del Espíritu Santo para que más tarde, en las montañas de Aim Karim encuentre el fiel cumplimiento de Dios en el vientre de su prima Isabel. María es admirada en el Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador… está la gratitud, el fervor y la realización de esas promesas.  “Recibe el saludo del ángel Gabriel,y ten piedad de nosotros” 

María por tener esa gracia propia en ser la Madre de Dios es santa y desde ahí pudo “escuchar, entender y aceptar” la invitación de Dios en la boca del ángel Gabriel. Es un ángel que actúa con libertad para entablar diálogo con quien estaba preparada. ¡Alégrate! Y no tengas miedo, le dice el ángel, ya que ese hijo tomará para sí el dolor de todos como buen pastor. María al decir que “SI” nos dice que en ella estará, siempre, la oración a favor de todos delante de Dios. Pero de un Dios de misericordia y dulzura que en la cruz deja todo clavado y la cuenta.

SÚPLICA A LA VIRGEN MARÍA PARA SER BUEN CRISTIANO


SÚPLICA A LA VIRGEN MARÍA
PARA SER BUEN CRISTIANO 
(San Efrén)

Santísima Señora, Madre de Dios; tú eres la más pura de alma y cuerpo, que vives más allá de toda pureza, de toda castidad, de toda virginidad; la única morada de toda la gracia del Espíritu Santo; que sobrepasas incomparablemente a las potencias espirituales en pureza, en santidad de alma y cuerpo; mírame culpable, impuro, manchado en el alma y en el cuerpo por los vicios de mi vida impura y llena de pecado; purifica mi espíritu de sus pasiones; santifica y encamina mis pensamientos errantes y ciegos; regula y dirige mis sentidos; líbrame de la detestable e infame tiranía de las inclinaciones y pasiones impuras; anula en mí el imperio de mi pecado; da la sabiduría y el discernimiento a mi espíritu en tinieblas, miserable, para que me corrija de mis faltas y de mis caídas, y así, libre de las tinieblas del pecado, sea hallado digno de glorificarte, de cantarte libremente, verdadera madre de la verdadera Luz, Cristo Dios nuestro. Pues sólo con Él y por Él eres bendita y glorificada por toda criatura, invisible y visible, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA


CONSAGRACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA 

Oh Jesús, Redentor nuestro amabilísimo, que habiendo venido a iluminar al mundo con la doctrina y con el ejemplo, habéis querido pasar la mayor parte de vuestra vida, humilde y sujeto a María y a José en la pobre casa de Nazaret, santificando a aquella Familia que había de ser el modelo de todas las familias cristianas; acoged benigno la nuestra, que ahora se dedica y consagra a Vos. Dignaos protegerla, guardarla y establecer en ella vuestro santo temor, con la paz y concordia de la caridad cristiana, para que imitando el ejemplo divino de vuestra Familia, pueda alcanzar toda entera, sin faltar uno solo, la eterna bienaventuranza.

María, Madre de Jesús y Madre nuestra, con vuestra piadosa intercesión haced que sea aceptable a Jesús esta humilde ofrenda, y obtenednos su gracia y bendición.

Oh san José, custodio santísimo de Jesús y de María, socorrednos con vuestras plegarias en todas las necesidades espirituales y temporales, a fin de que en unión con María y con Vos, podamos bendecir eternamente a nuestro divino Redentor Jesús. Así sea.

DE PASEO CON MARÍA SANTÍSIMA



De paseo con María Santísima
María Susana Ratero


Un momento a solas con María Santísima, desde la sencillez de las pequeñas cosas, de la vida cotidiana de cada mujer... Descubriendo a María en los pequeños detalles, sencillamente.
-Este relato nace de mi imaginación y del amor que siento por María Santísima, en ningún momento debe pensarse en visiones o en intervención sobrenatural alguna-.
Cae la tarde en mi ciudad.... el sol suele esconderse rojizo en este rincón del planeta... el aire tibio y perfumado de una primavera que insiste en llegar antes de tiempo, me acaricia el rostro...mientras mis pasos me llevan hacia una pequeña placita....
Allí te encuentro, dibujada sobre los cerámicos amarillos... con tu niño en brazos, muchacha de Nazaret... y tu mirada me llega al alma..... puedo sentirte en el aire....en el perfume de los rosales cercanos... hueles a rosas, María, hueles a primavera...
Me siento en un banco, estoy cansada por la larga jornada, el trabajo, los chicos, la casa, las cuentas.... los problemas de todos los días que, no por repetidos y comunes, dejan de ser problemas... te miro y te pido ayuda... espero tu sabio consejo, tal como, “Mira, Susana, haz esto o aquello, etc, etc, etc”... te miro y espero que hables a mi corazón... en lugar de eso me miras... y dulcemente murmuras a mis oídos...- “Ven... vamos de paseo”...No comprendo...de veras no comprendo... pero te sigo mirando.... y los cerámicos amarillos parecen tener luz...
- Ven, -repites- ven conmigo a Nazaret....
- ¿A Nazaret?
Sí... me invitabas a Nazartet... cerré los ojos y te seguí... caminamos por varios sitios que no recuerdo... bueno, en realidad no los miraba, sólo te miraba a ti, tan dulce, tan bella, tan REAL...
Al llegar a una pequeña aldea dijiste:
- Espérame aquí, volveré por t i- susurraste mientras me acomodabas tras unos árboles de especie desconocida.
- Pero... Señora...¿adónde vas?, por favor, no me dejes sola aquí!
- ¿Dejarte, hija querida?¿dejarte sola?, Nunca lo hice y nunca lo haré... No temas, estaré al alcance de tu vista en todo momento y, jamás lo dudes,... volveré...
Te alejaste, majestuosa en tu sencillez, tus ropas se tornaron igual que la de las mujeres del poblado. Entraste a una pequeña casa hecha de adobe , que en nada se diferenciaba del resto, y buscaste un cántaro de barro...( no sé porqué razón pero podía verte a través de las paredes),una cubeta de cuero y una soga lo suficientemente larga para llegar con la cubeta hasta el nivel del agua. Tomáste los enseres y te dispusiste a salir... En ese momento un joven alto, de impecable mirada y voz de campanas, que entró desde el fondo de la casa, te dijo:
- Madre, espera...
- Sí hijo, dime...
- Madre... yo... lo siento, es que... mi túnica... pues.... se ha roto por accidente...discúlpame por favor....
Le miraste con infinita ternura y respondiste:
- No te preocupes... cambiate y esta noche lo remendaré...
- Es que... madre, ... debo entregar unos trabajos esta tarde... y, tú sabes...
- Bien, me apuraré, pero ayúdame con el almuerzo, no tengo tantas manos...
El joven asintió y desapareció tras una puerta, y tu te encaminaste hacia el pozo ...
Allí había muchas mujeres rodeando a una que lloraba desgarradoramente. Dejaste tu carga a un costado y te acercaste, silenciosa... la pobre mujer había perdido la única moneda que tenía para alimentar a sus hijos...
Fuiste rápidamente hasta tu casa y, mientras Jesús lavaba cuidadosamente sus manos para la hora de comer, tomaste un trozo de pan y poco de leche que el joven acababa de servir...
Cuando te disponías a salir él te dijo:
- No cambias ¿verdad?...Ah! mi dulce madre, tan generosa y de corazón tan sensible, ¿ te dije ya cuanto te amo?
Se te nublaron los ojos... sabías que no podía tener secretos con él... lo amabas... lo amabas tanto.... Te despediste con una mirada que fue mas elocuente que mil palabras...
- En el fondo de su jarro, madre...
- ¿Qué dices?- preguntaste.
- Dile que busque en el fondo de su jarro.... allí está la moneda....
Nada dijiste ...él te contempló partir ...te miraba con ternura pues sabía que no era fácil vivir con él...
Te acercaste a la mujer y le diste los alimentos y, en una muestra de confianza digna de una madre, preguntaste:
- Por casualidad ¿No habrá caído en el fondo de tu jarro?
Las mujeres te miraron con incredulidad pero, como te respetaban, miraron dentro del cacharro... allí estaba la moneda... Cuando te buscaron para comentarte ya no estabas, sino que ibas camino a casa, con el cántaro repleto de agua sobre tus frágiles hombros.
Junto a Jesús disfrutaste de un sencillo almuerzo...aunque entre las conversaciones a veces quedaban huecos... se extrañaba la presencia de José.
Jesús volvió luego al taller y tú a tus tareas, debías zurcir la ropa de tu hijo enseguida, y luego lavar, pues el cielo amenazaba tormenta y los gruesos vestidos tardaban mas de un día en secarse... Además había poca leña, por lo que tendrías que ir por mas a un lugar un poco alejado, pero deberías esperar a que fueran varias mujeres, pues no estaba bien que fueses sola... Te sentaste a zurcir, te dolía la espalda y casi no veías... te acercaste a la ventana, había mejor luz...te costó trabajo terminar la tarea, pero estuvo lista justo a tiempo para la salida del hijo...
Iba cayendo la noche... habías trabajado mucho... junto a Jesús oraste un buen rato... te daba mucha paz mirarle a los ojos....
Llegó el momento de descansar... casi no se veía, pues había aceite para una sola lámpara...
Tú sentías un fuerte dolor en la espalda por el peso de los trabajos y tus manos estaban callosas y ásperas.... Jesús te ayudó entonces a extender las mantas sobre el piso y se acostó, te quitaste el velo un momento y alisaste tu cabello...., te inclinaste luego sobre el lecho de tu hijo y le besaste la frente...una y otra vez... y saliste de la casa sin hacer ruido
Jesús, que se había despertado con tan dulce caricia, sintió como unas lágrimas caían por sus mejillas al tiempo que susurró:” Tus besos me harán mas soportables las espinas, madre querida”...Dejaste la casa y viniste hacia mí... tus ropas volvían a ser como las dibujadas en los cerámicos amarillos...
-Aquí estoy, Susana...¿ves? este fue mi hogar en esta tierra...yo también tenía días duros, días en los que el tiempo y las fuerzas me jugaban malas pasadas..., días en que la rutina contrastaba con el momento magnífico de la Anunciación y yo no entendía nada... Pero Él era mi fuerza y mi apoyo, mi amigo y mi consejero, por ël todo lo soportaba en silencio... Ay, mi querida ¿sabes cuanto costaba el silencio?, mi secreto me acompañaba y no sabía yo si debía hablar o no... José me decía que el momento llegaría y el secreto se transformaría en signo de esperanza... pero la rutina es dura y puede gastar los corazones mas fuertes si dejas que te absorba.... Bueno, Susana, debemos volver...
Yo te miraba con devoción, comencé a llorar... entonces me abrazaste... me abrazaste con ternura y con fuerza... fue el abrazo mas dulce y pleno que recibí en la vida... sólo atiné a decirte...”Te amo, Señora mía, te amo tanto!!!”Volvimos a la placita... cuando abrí los ojos vi que se acercaba el sacerdote con otras personas y recordé que había misa... Me quedé, pues después de tu abrazo quería también el abrazo de Jesús al recibir la Eucaristía....Volví a casa... mi mirada estaba... iluminada, eso, iluminada, mi rostro ya no reflejaba el cansancio. Hoy te digo Gracias por escuchar mi oración de aquella tarde, gracias por enseñarme a ir a Nazaret a conversar contigo, de mujer a mujer... Hoy quiero contarle esta historia a una amiga mía que está un poco triste....
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Amiga que lees estas líneas... la casa de María está abierta también para ti, no dudes en ir a ella cuando estés agobiada, cuando la rutina, el dolor o la desilusión te nublen el alma, pero ¡por favor!, tampoco olvides ir a contarle cuando tu alma esté llena de risas, de pájaros de flores... ella se alegrará mucho, le hará bien hablar contigo...
Lleva crema de manos...y, con la excusa de una coquetería, acariciarás las manos de la mujer que mas te ha amado en toda la historia.....Por cierto, llévale mis saludos....

miércoles, 29 de enero de 2014

EL COLLAR DE MARÍA


El Collar de María.
María era una linda niña de cinco años de ojos relucientes.
Un día mientras ella visitaba la tienda con su mamá, María vio un collar de perlas de plástico que costaba $2.50 dólares.
 ¡¡Cuánto deseaba poseerlo!! Preguntó a su mamá si se lo compraría, su mamá le dijo:
 - Hagamos un trato, yo te compraré el collar y, cuando lleguemos a casa, haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar. Y No te olvides que para tu cumpleaños es muy posible que tu abuelita te regale un billete de un dólar ¡¡enterito!!, ¿Está bien?
 María estuvo de acuerdo y su mamá le compró el collar de perlas.
 María trabajó mucho con tesón todos los dias para cumplir con sus tareas, y tal como su mamá le había mencionado, su abuelita le regaló un billete nuevo de dólar para su cumpleaños.
 En poco tiempo María canceló su deuda.
 María amaba sus perlas, ella las llevaba puestas a todos lados, al Kinder, a la cama y cuando salía con su mamá hacer los mandados. El único momento en el que No las usaba era cuando se bañaba, su mamá le había dicho que las perlas con el agua le pintarían el cuello de verde!
 María tenía un padre que la quería muchísimo. Cuando María iba a la cama, el se levantaba de su sillón favorito para leerle su cuento preferido.
 Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo: "¿Maria tú me quieres?", Oh si papá tú sabes que te quiero.
 "Entonces regálame tus perlas"
 "¡Oh papá!" No mis perlas. "Pero te doy a Rosita, mi muñeca favorita ¿la recuerdas? Tú me la regalaste el año pasado para mi cumpleaños y te doy su ajuar también ¿está bien papá?
 "Oh No hijita!, está bien, No importa", dándole un beso en la mejilla, "buenas noches pequeña"
 Una semana después, nuevamente su papá le preguntó al terminar el diario cuento: "¿María, tú me quieres?"
 "¡Oh si papá tú sabes que te quiero!"
 "Entonces regálame tus perlas"
 ¡Oh, papá No mis perlas! Pero te doy a lazos, mi caballo de juguete, ¿lo recuerdas? Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con el y hacerle trencitas. Tú puedes tenerlo si quieres papá
 "Oh no hijita, esta bien," le dijo su papá dándole nuevamente un beso en la mejilla, "Dios te bendiga buenas noches y dulces sueños"
 Algunos dias después, cuando el papá de María entró a su dormitorio para leerle el cuento, Maria estaba sentada en su cama y le temblaban los labios, "toma papá" dijo, y estiró su mano. La abrió y en su interior estaba su tan querido collar, el cual regaló a su padre.
 Con una mano él tomó las perla de plástico y con otra extrajo de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la caja había unas hermosas perlas genuinas. El las había tenido todo ese tiempo, esperando que su hija renunciara a la baratija para poderle dar la pieza de valor.
  Y así es también nuestro Padre celestial. El está esperando a que renunciemos a las cosas sin valor en nuestras vidas para podernos dar preciosos tesoros.
 ¿No es bueno el Señor? Esto me hace pensar en las cosas a las cuales me aferro y me pregunto qué es lo que Dios me quiere dar en su lugar?
 Su amor siempre está contigo, sus promesas son verdad. Y cuando le damos a El todas nuestras inquietudes, tú sabes que el verá por nosotros.
 Así que, cuando el camino por el que viajes parezca muy difícil solo recuerda que yo estaré aquí orando y Dios hará el resto.

  "Ningún ojo ha visto, ningún oído ha escuchado, ninguna mente humana ha concebido lo que Dios ha preparado para quienes lo aman". (1ª Corintios 2:9)

LA VIRGEN MARÍA


LA VIRGEN MARÍA

Qué mujer ha tenido la capacidad de entrega que tuvo María? ¿Qué mujer ha sido por eso más mujer? Se explica que, cuando la novelista Gertrude von le Fort pasa revista a las cualidades específicamente femeninas, acabe en la conclusión de que la perfección de esas cualidades está en María, en quien por eso la Mujer ideal, por la que se pregunta la novelista, ha tenido su realización histórica, única e irrepetible. 

PENSAMIENTO MARIANO 29


PENSAMIENTO MARIANO

La familia nunca es tan familia como el día de la Madre; la Iglesia nunca es tan Iglesia como el día de la Madre, de la Madre de Cristo y Madre nuestra también... así lo sentimos todos: los indiferentes no menos que los fervientes... El mes de María en todas las Iglesias... esas colas interminables de fieles, de hombres, de gente alejada que siente en su corazón tal día como hoy la nostalgia del hogar. Es la Madre y aquí viene María también como cuando pequeños a descansar en su regazo, ¡qué día de tantas emociones para los hijos; de tantas alegrías en el cielo..., porque en el cielo hay alegrías suplementarias... En verdad os digo que más alegría en el cielo por un pecador... que por tantos...

 San  Alberto Hurtado Cruchaga, S.J

ORACIÒN PARA PEDIR UN FAVOR A SAN JOSÉ


PARA PEDIR UN FAVOR A SAN JOSÉ

Amadísimo Padre mío San José: confiando en el valioso poder que tenéis ante el trono de la Santísima Trinidad y de María vuestra Esposa y nuestra Madre, os suplico intercedáis por mí y me alcancéis la gracia... (hágase aquí la petición).

José, con Jesús y María, viva siempre en el alma mía.

José, con Jesús y María, asistidme en mi última agonía.

José, con Jesús y María, llevad al cielo el alma mía.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

EL CULTO A LA SANTÍSIMA VIRGEN EN LA IGLESIA


El culto a la Santísima Virgen en la Iglesia 
Camilo Valverde Mudarra 


A la Virgen María, se le ha de dar el culto debido, el que ella se merece, sin exageraciones devocionales y sin tacañerías secularizadoras. Es tan perjudicial el maximalismo como el minimalismo mariano. Hay que evitar caer en una "mariolatría endiosadora", y, a la vez, huir del negativismo iconoclasta. Así lo enseña el Magisterio Pontificio, la Tradición y los documentos eclesiales. La Constitución “Lumen gentium”, en su capítulo VIII, asienta con rigor los fundamentos ortodoxos y las directrices católicas de tales actos cultuales.

“María, ensalzada por gracia de Dios, después de su Hijo, por encima de todos los ángeles, y de todos los hombres, por ser Madre santísima de Dios, que tomó parte en los misterios de Cristo, es justamente honrada por la Iglesia con un culto especial. Y, ciertamente, desde los tiempos más antiguos, 1a Santísima Virgen es venerada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles suplicantes se acogen en todos sus peligros y necesidades. Por este motivo, principalmente a partir del Concilio de Éfeso, ha crecido maravillosamente el culto del Pueblo de Dios hacia María en veneración y en amor, en la invocación e imitación, de acuerdo con sus proféticas palabras: Todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el Poderoso (Lc 1,48_49). Este culto, tal como existió siempre en la Iglesia, a pesar de ser enteramente singular, se distingue esencialmente del culto de adoración tributado al Verbo Encarnado, lo mismo que a1 Padre y al Espíritu Santo, y lo favorece eficazmente, ya que las diversas formas de piedad hacia la Madre de Dios que la Iglesia ha venido aprobando dentro de los límites de la doctrina sana y ortodoxa, de acuerdo con las condiciones de tiempos y lugares y teniendo en cuenta e1 temperamento y manera de ser de los fieles, hacen que, a1 ser honrada la Madre, el Hijo, por razón del cual son todas las cosas (cf. Col 1,15-16) y en el que plugo al Padre eterno que habitase toda la plenitud (Col 1,19), sea mejor conocido, amado, glorificado, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandamientos” (LG 66).

El pensamiento conciliar reconoce y exhorta al culto especialísimo de María, por ser la Madre Santísima de Dios, porque fue ensalzada por la gracia divina y participó en los misterios de Jesucristo; su culto se sustenta en la más antigua tradición que la viene venerando con su amor filial; ya, desde el Concilio de Éfeso, no ha hecho más que crecer en la veneración hacia María, y en la innovación de formas con que los fieles desean imitar su amor y sus virtudes.

El culto a María, que ha sido siempre singular en la Iglesia, se diferencia del tributado a la Santísima Trinidad, pues las distintas clases de piedad a la Madre, aprobadas según la doctrina sana y ortodoxa, suscitan, en la honra de la Madre, el conocimiento y la glorificación de su Hijo y un mejor cumplimiento de sus palabras y mandatos de amor. El culto a María no puede separarse del único culto cristiano propiamente dicho: "El culto al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, o, como se dice en la liturgia, al Padre por Cristo en el Espíritu"; tiene, como último fin, el culto a la Trinidad Augusta que la llenó de gracia y santidad. La razón de ser de la Virgen que está indisolublemente unida a su Hijo, se produce siempre en y con Jesucristo; su culto tiene, por tanto, un sentido esencialmente cristológico, en el que debe reflejarse el plan salvífico de Dios llevado a cabo por su Hijo que nació de Santa María Virgen.

“El santo Concilio enseña de propósito esta doctrina católica y amonesta a la vez a todos los hijos de la Iglesia que fomenten con generosidad el culto a la Santísima Virgen, particularmente el litúrgico; que estimen en mucho las prácticas y los ejercicios de piedad hacia ella recomendados por el Magisterio en el curso de los siglos y que observen escrupulosamente cuanto en los tiempos pasados fue decretado acerca del culto a las imágenes de Cristo, de 1a Santísima Virgen y de los santos. Y exhorta encarecidamente a los teólogos y a los predicadores de la palabra divina a que se abstengan, con cuidado tanto de toda falsa exageración cuanto de una excesiva mezquindad de alma al tratar de la singular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando el estudio de 1a Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Doctores y de las liturgias de la Iglesia bajo la dirección del Magisterio, expliquen rectamente los oficios y los privilegios de la Santísima Virgen, que siempre tienen por fin a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad. En las expresiones o en las palabras eviten cuidadosamente todo aquello que pueda inducir a error a los hermanos separados o a cualesquiera otras personas acerca de la verdadera doctrina de la Iglesia. Recuerden, finalmente, los fieles que la verdadera devoción no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia Nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes” (LG 67)

El Concilio, de acuerdo con la recta doctrina, enseña la razón y la forma de este culto y, al mismo tiempo, insta a los fieles cristianos a fomentar generosamente el culto a María; pide que se dediquen con gusto a los ejercicios piadosos recomendados por el Magisterio y la Tradición que siempre han de ir orientados a Jesucristo, origen de toda verdad, santidad y piedad, enraizadas en la auténtica fe.

E1 mismo Papa Paulo VI, en la exhortación apostólica Marialis Cultus, postula "una renovación y revisión de los ejercicios de piedad a la Virgen, que sean respetuosos, con la sana tradición y abierta a las legítimas aspiraciones de los hombres de nuestro tiempo" (MC', 24). El culto a María tiene que poner de relieve las obras que realizó en ella El Espíritu Santo, no sólo en la Encarnación del Verbo en su seno purísimo, y en su santificación, sino también en su acción constante en la historia de la salvación y en la propia Iglesia. La piedad mariana de los fieles debe tener presente que María "en la Iglesia santa ocupa, después de Cristo, el puesto más alto y más cercano a nosotros" (MC 54). María está unida estrechamente a la Iglesia, y en ella, y con referencia a ella, debe ser honrada.

La devoción a María debe dar prioridad al culto litúrgico, en el cual se manifiesta la doctrina mariana en toda su pureza.



LA DEVOCIÓN POPULAR

La devoción mariana popular, apiñada en torno a muy variadas imágenes y atraída con entusiasmante sentir por innumerables advocaciones, es ancha y amplia en el extenso mundo. 

Ya, el segundo concilio de Nicea (787) aprobaba, contra los iconoclastas la veneración de las imágenes, pero distinguía entre la adoración latréutica, tributada únicamente a Dios, y la veneración honorífica, tributada a los santos y a las imágenes en cuanto a representativas de la persona venerada. A Dios se le reserva la palabra latría, a los santos dulía y a la Virgen hiperdulía.

Las devociones populares a la Virgen son legítimas y merecen ser atendidas e incluso fomentadas, pues manifiestan el "sensus fidelium" en cuanto que son una expresión pública de la fe del pueblo, hondamente sentida; pero han de cumplir y avanzar por una triple vía: a) Que no caerán en la idolatría, en la milagrería y en la superstición. b) Que no desatenderán la moral y el compromiso cristianos, tanto en lo que respecta a Dios, como en lo que respecta al prójimo. c) Que consideren siempre a María, no en sí misma o como figura divina independiente, sino en el lugar que le corresponde en la historia de la salvación en íntima relación con Jesucristo y con la Iglesia y como modelo de todos los creyentes.

Así lo expresa la palabra eclesial: "La religiosidad popular debe ser respetada y cultivada, como una forma de compromiso cristiano con las exigencias fundamentales del mensaje evangélico" (Juan Pablo II en Sevilla en el 1984). "Bien orientada esta religiosidad popular puede ser, para nuestras masas populares, cada vez más un verdadero encuentro con Dios en Jesucristo" (Pablo VI, Ev. Nun, 48). "La religiosidad popular puede describirse como el modo peculiar que tiene el pueblo, es decir, la gente sencilla, de vivir y expresar su relación con Dios, con la Santísima Virgen y con los santos" (Com. Ep. de Liturgia).

Sin duda, esta religiosidad es sagrada, pues representa la interacción de la lex orandi y la lex credendi.

Al deber ser prioritario el culto litúrgico que expresa pura la doctrina mariana, la Marialis Cultus recomienda, entre estas prácticas devocionales el rezo del Angelus y del Rosario.

A pesar de todo esto, los fieles reclaman otros ejercicios o fórmulas devotas más cercanas y sencillas y, a veces, más apropiadas para los diversos momentos de la vida. Gracias a Dios, y a la misma Virgen Santísima, ya han desaparecido los devocionarios escritos con agua de rosas que sólo servían para alimentar sentimentalismos y adormecer el espíritu. He aquí la oración más antigua dirigida a la Virgen, procedente del siglo III, recitada sin intermisión a través de los siglos y que juntamente con el Angelus y el Rosario debe alimentar cada día la devoción mariana:

"Bajo tu amparo nos refugiamos, 
Santa Madre de Dios.
Nuestras súplicas no las rechaces en la necesidad,
mas líbranos en el peligro,
¡Oh sola casta, Oh sola bendita!".

Es preciso dirigirse a María, signo de esperanza cierta y de consuelo para el pueblo sufriente y que suplicante se cobija bajo su manto. 

martes, 28 de enero de 2014

EL TREN DE LA VIDA



EL TREN DE LA VIDA

Habrás viajado en tren muchas veces, ¿verdad? Fíjate en una cosa. Unos bajan en las primeras estaciones; otros bajan del tren un poco más tarde. Cuando el tren llega a la última estación todos se bajan, y el tren se queda vacío. La vida es como un viaje, que empezamos al nacer y que acabamos al morir.
Unos mueren en los primeros años; otros en la juventud; otros en la vejez.

Pero al fin todos mueren y morirás también tú, aunque seas joven y tengas salud. Un día se acabará también para ti el tiempo de esta vida. Procura hacer buenas obras. ¿No te preparas ahora para tener después un oficio o carrera? Prepárate para ir al Cielo.

lunes, 27 de enero de 2014

EL PENSAMIENTO DEL DÍA


AMA A LOS HOMBRES


Ama a los hombres
Autor: Phil Bosmans


A las cosas puedes tratarlas sin amor. Puedes derribar un árbol, arrancar una mata. Puedes romper un vaso, tumbar una silla...
A las cosas puedes tratarlas de cualquier forma, aunque no te sea del todo indiferente ver pisotear una flor.
A los hombres puedes "manejarlos" solamente con amor.
Si no eres capaz de amar a los hombre, quédate sentado en tu rincón y ocúpate de ti mismo o de cosas fútiles y sin vida.
Pero deja en paz a la gente.
Quizás trabajas en la administración, ves únicamente papeles, formularios o números y nunca se te ocurre pensar en el ser humano que tienes delante. Trabajas en una oficina, en una escuela, en una fábrica o en una tienda y en todo el día no encuentras hombres, sólo máquinas parlantes. 
Detrás de cada rostro busca al hombre. 
Ama al hombre, sea alto o bajo, guapo o feo, alegre o serio, amable o antipático, feliz o desgraciado. 
Tu amor le hará bien. 
Tú también sabes reconocer si alguien se interesa en ti por amor o por otras razones.
Si uno te aprecia, es atento y afectuoso.
Te hace pasar un momento agradable. 
Lo mismo sucede con las personas con las que tú tienes que tratar.

ALLÍ ESTARÉ



Allí estaré


Cuando nadie esté allí para ti, Y pienses que no le importas a nadie...
Cuando el mundo entero esté sobre ti y pienses que estás solo o sola... Allí estaré...
Cuando a la persona que más te importa, no le importes tú...
Cuando aquel al que le hayas entregado tu corazón, lo desprecie...Allí estaré...

Cuando la persona en la que confiaste te traicione...
Cuando la persona con la que has compartido todos tus recuerdos, te hiera... Allí estaré...

Cuando todo lo que necesites sea un amigo que escuche tus lamentos...
Cuando todo lo que necesites sea alguien que enjugue tus lágrimas...Allí estaré...

Cuando tu corazón duela tanto que hasta te cueste respirar...
Cuando quieras desistir y desees morir... Allí estaré...

Cuando comiences a llorar después de haber escuchado esa triste canción...
Cuando las lágrimas no cesen de caer... Allí estaré...

Estaré allí hasta el final. Es una promesa que puedo hacerte
Si alguna vez me necesitas, sólo llámame y... Allí estaré...

LOS PLANES DE DIOS

Autor: Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net
Los planes de Dios
Nos cuesta descubrir que la vida, con sus sorpresas, rompe nuestros planes
 
Los planes de Dios
Nos gusta vivir con libertad, escoger nuestros pasatiempos, ir con quienes amamos y disfrutar del sol en el verano y de la nieve en el invierno.

Nos cuesta someternos a otros, o descubrir que la vida, con sus sorpresas, rompe nuestros planes.

Un accidente, la enfermedad de un familiar, un despido en el trabajo, nos impiden el vuelo y, tal vez, nos dejan una sensación de frustración, de fracaso, al no poder realizar nuestros sueños.

Las sorpresas de la vida son muchas. A veces parece que hay más sorpresas que "normalidades". Otras veces, las cosas siguen su curso de siempre. Nos hacemos la ilusión de que todo está bajo control y, de repente, lo inesperado salta, y quedamos llenos de angustia, tal vez paralizados, sin saber qué hacer.

Si miramos a fondo, detrás de los imprevistos se escribe una historia que no siempre comprendemos.

Un despido puede convertirse en la ocasión para encontrar un trabajo mejor. Una calumnia nos hace recordar que tal vez nosotros hemos dañado a otros con nuestras palabras. Una reprensión abre los ojos a nuestros defectos y nos permite valorar las cosas con menos egoísmo y con más sencillez.

No siempre es fácil descubrir lo bueno que se esconde en las aventuras de la vida. Lo negro destaca sobre el folio, pero lo blanco domina en muchas superficies.

El mal hace noticia, pero el bien escribe la historia. El dolor nos angustia y nos desconcierta, pero muchos pueden descubrir a Dios en la cama de un hospital.

La traición nos llena de amargura, pero por encima de ella hay quien nos ama y confía en nosotros, a pesar de todo.

Es difícil ponerse en manos de Dios si queremos llevar la vida según nuestros proyectos, como si todo dependiese de nosotros. Es muy fácil, en cambio, confiar en Él si descubrimos que nos ama.

Dios tiene planes que nosotros no podemos comprender. Algún día, cuando se deshaga nuestra tienda mortal, comprenderemos.

Ahora caminamos con la lámpara de la fe. Con ella se iluminan las tinieblas y se suavizan los dolores. Y cada amanecer nos recuerda el cariño de un Dios que viste a las flores silvestres y hace cantar a los jilgueros.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Fernando Pascual LC 

    ORACIÓN A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO


    ORACIÓN A LA VIRGEN DEL PERPETUO SOCORRO

    ¡Oh Madre del Perpetuo Socorro!, en cuyos brazos el mismo Niño Jesús parece buscar seguro refugio; ya que ese mismo Dios hecho Hijo tuyo como tierna Madre lo estrechas contra tu pecho y sujetas sus manos con tu diestra, no permitas, Señora, que ese mismo Jesús ofendido por nuestras culpas, descargue sobre el mundo el brazo de su irritada justicia; sé tú nuestra poderosa Medianera y Abogada, y detenga tu maternal socorro los castigos que hemos merecido. En especial, Madre mía, concédeme la gracia que te pido. Amén.

    NOVENA A MARÍA AUXILIADORA, PROPAGADA POR SAN JUAN BOSCO

    NOVENA DE MARÍA AUXILIADORA
    (Propagada por San Juan Bosco)


    1. Rezad durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los cristianos, ruega por nosotros".

    El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora

    2. Recibid los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.

    El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos.

    3. Os recomiendo que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.

    El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.




    domingo, 26 de enero de 2014

    JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA


    JACULATORIAS A LA VIRGEN MARÍA 

    Ave María Purísima,
    sin pecado concebida. 

    Oh dulce Corazón de María,
    sed la salvación mia. 

    María, madre mía,
    sé tú mi única guía. 

    Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

    SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN


    SUPLICAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN

    Dame tus ojos, Madre, para saber mirar; si miro con tus ojos jamás podré pecar.

    Dame tus labios, Madre para poder rezar, si rezo con tus labios Jesús me escuchara.

    Dame tu lengua, Madre, para ir a comulgar, es tu lengua, paterna de gracia y santidad.

    Dame tus labios, Madre, que quiero trabajar, entonces mi trabajo valdrá una eternidad.

    Dame tu manto, Madre, que cubra mi maldad, cubriendo con tu manto al cielo he de llegar.

    Dame tu cielo, Oh Madre, para poder gozar, ¿si tu me das Cielo, que mas puedo anhelar?.

    Dame Jesús, Oh Madre, para poder amar, esta será mi dicha por una eternidad.

    IMÁGENES DE SANTA BERNARDITA



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