miércoles, 5 de febrero de 2014

ORACIÓN DEL FIAT A LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN DEL FIAT A LA VIRGEN MARÍA

Santa María,
ayúdame a esforzarme
según el máximo de mi capacidad
y el máximo de mis posibilidades
para así responder al Plan de Dios
en todas las circunstancias
concretas de mi vida.
Amén.

martes, 4 de febrero de 2014

ROSARIO AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Rosario al Inmaculado Corazón de María
(Con aprobación eclesiástica)

Con el rosario ordinario, sin decir el credo, ni Padres Nuestros ni Ave Marías.
Para comenzar: En honor de las cinco Sagradas Llagas de Nuestro Divino Redentor, hagamos cinco veces seguidas la señal de la cruz.

En las cuentas grandes de los misterios:”Corazòn doloroso e Inmaculado de María, rogad por nosotros que nos refugiamos en Tì”.

En las 10 cuentas pequeñas: “Madre Nuestra, ¡Sálvanos, por la llama de amor de Tu Inmaculado Corazón!”.

Para terminar (tres veces) Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos, amén.


Oración por la difusión de la Llama de amor del Inmaculado Corazón de Maria.
(Con aprobación personal de S.S. Paulo VI, Nov. 1973)

¡Bienaventurada siempre Virgen María, queridísima Madre nuestra del Cielo! Tú amas tanto a Dios y a nosotros, tus hijos, que ofrecistes a Tu Divino Hijo, Jesús, en la cruz como desagravio, a nuestro Padre Celestial, para alcanzar la salvación para nosotros, a fin de que el que crea en EL, no perezca, sino tenga vida eterna.

Con filial confianza, te rogamos Madre; que con la Llama de amor de Tu Inmaculado Corazón, atizada por el Espíritu Santo, enciendas en nuestros corazones lánguidos, el fuego del amor perfecto hacia Dios y los hombres, a fin, de que unidos contigo en un solo corazón, amemos sin cesar a Dios, y a nuestro prójimo.

EL PENSAMIENTO DEL DÍA


DIOS TE SALVE...


SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida y dulzura y esperanza nuestra: 
Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; 
a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora abogada nuestra, 
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos 
y, después de este destierro, muéstranos a Jesús, 
fruto bendito de tu vientre. 
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros santa Madre de Dios, 
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas
de nuestro Señor Jesucristo.
Amén.

ESTAMPAS DE LA VIRGEN MARÍA PARA IMPRIMIR







lunes, 3 de febrero de 2014

RUEGO A LA VIRGEN DEL CARMEN


Ruego a la Virgen del Carmen
Noemí Alas


Santa Madre, misericordia 
de aquellos cuyas almas
soñaron horizontes salados
cuerpos a mitad de camino
con sus ojos abiertos 
hacia el lecho marino
de marea y de espuma 
piedad para aquellos hombres 
de la mar ,piedad por las viudas
y por los que hoy yacen en el fondo 
del mar.

PENSAMIENTO MARIANO 30


PENSAMIENTO MARIANO

Pide al Señor cuantas gracias se te ocurran; no esperes alcanzarlas si no media la intercesión de la Santísima Virgen.

 San Cayetano

CONSUELO DE MI ALMA, AMADA VIRGEN DE GUADALUPE


CONSUELO DE MI ALMA, AMADA VIRGEN DE GUADALUPE

¡Oh consuelo de afligidos! Permíteme llegar a Ti para depositar en tus manos mis penas, mis temores y mis deseos. Recuerda Señora, que tu divino hijo Jesús nada te niega, y por ello te pedimos que intercedas por nosotros.

¿Necesitaré hacerte el relato de mis necesidades para que me alcances el remedio? Bien sé que no. Por lo mismo, me limito a rogarte por mí y por los míos, por mi hermano y semejante, por las necesidades de la Santa Iglesia, por mi patria amada por ti y que tan mal corresponde a tus favores.

Santísima Señora, ten presente los títulos todos que tengo para pedirte, recuerda que eres mi refugio porque soy pecador; mi consuelo porque estoy afligido y mi Madre, mi amorosísima Madre porque soy mexicano.

Estoy cierto que te acordarás de todo esto y me basta para quedar consolado. Adiós Madre mía, dame tu bendición antes que yo abandone este lugar y recibe mi agradecimiento por los consuelos que por tu intercesión he recibido, y concédeme la gracia de alabarte siempre en la eternidad.

domingo, 2 de febrero de 2014

FIESTA DE LA CANDELARIA, FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO


Fiesta de la Candelaria
Fiesta de la Presentación del Señor, 2 de febreroAutor: 
| Fuente: Archidiócesis de Madrid



Fiesta de la Candelaria
Fiesta de la Presentación del Señor, llamada Hypapante por los griegos: Cuarenta días después de Navidad, Jesús fue conducido al Templo por María y José, y lo que podía aparecer como cumplimiento de la ley mosaica era realmente su encuentro con el pueblo creyente y gozoso, manifestándose como luz para alumbrar a las naciones y gloria de su pueblo Israel.

Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús

Esta fiesta ya se celebraba en Jerusalén en el siglo IV.

La festividad de hoy, de la que tenemos el primer testimonio en el siglo IV en Jerusalén, se llamaba hasta la última reforma del calendario, fiesta de la Purificación de la Virgen María, en recuerdo del episodio de la Sagrada Familia, que nos narra San Lucas en el capitulo 2 de su Evangelio. Para cumplir la ley, María fue al Templo de Jerusalén, a los cuarenta días del nacimiento de Jesús, para ofrecer su primogénito y cumplir el rito legal de su purificación. La reforma litúrgica de 1960 y 1969 restituyó a la celebración el título de “presentación del Señor” que tenía al principio: la oferta de Jesús al Padre, en el Templo de Jerusalén, es un preludio de su oferta sacrifical sobre la cruz.

Este acto de obediencia a un rito legal, al que no estaban obligados ni Jesús ni María, constituye una lección de humildad, como coronación de la meditación anual sobre el gran misterio navideño, en el que el Hijo de Dios y su divina Madre se nos presentan en el cuadro conmovedor y doloroso del pesebre, esto es, en la extrema pobreza de los pobres, de los perseguidos, de los desterrados.

El encuentro del Señor con Simeón y Ana en el Templo acentúa el aspecto sacrifical de la celebración y la comunión personal de María con el sacrificio de Cristo, pues cuarenta días después de su divina maternidad la profecía de Simeón le hace vislumbrar las perspectivas de su sufrimiento: “Una espada te atravesará el alma”: María, gracias a su íntima unión con la persona de Cristo, queda asociada al sacrificio del Hijo. No maravilla, por tanto, que a la fiesta de hoy se le haya dada en otro tiempo mucha importancia, tanto que el emperador Justiniano decretó el 2 de febrero día festivo en todo el imperio de Oriente.

Roma adoptó la festividad a mediados del siglo VII, y el Papa Sergio I (687-701) instituyó la más antigua de las procesiones penitenciales romanas, que salía de la iglesia de San Adriano y terminaba en Santa María Mayor. El rito de la bendición de los cirios, del que ya se tiene testimonio en el siglo X, se inspire en las palabras de Simeón: “Mis ojos han visto tu salvación, que has preparado ante la faz de todos los pueblos, luz para iluminar a las naciones”. Y de este rito significativo viene también el nombre popular de esta fiesta: la así llamada fiesta de la “candelaria”. 

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

MARÍA PRESENTA A SU HIJO, 2 DE FEBRERO


María presenta a su Hijo
La fiesta de hoy debe recordarnos la decisión de cumplir la voluntad de Dios con Espíritu de humildad.


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




Hoy celebramos una fiesta muy hermosa: la purificación de María y la presentación del Niño en el templo. En esta fiesta se dan la mano la humildad de María y el amor a la misión de Cristo. Ni María necesitaba ofrecerse al Padre, pues toda su vida no tenía otro sentido, otra finalidad distinta de la de hacer la voluntad de Dios. Ojalá aprendamos en este día estos dos aspectos tan bellos: la humildad y el sentido de la consagración, como ofrecimiento permanente a Dios ... Humildad que es actitud filial en manos de Dios, reconocimiento de nuestra pequeñez y miseria. Humildad que es mansedumbre en nuestras relaciones con el prójimo, que es servicialidad, que es desprendimiento propio.

María, como Cristo, quiso cumplir hasta la última tilde de la ley; por eso se acerca al templo para cumplir con todos las obligaciones que exigía la ley a la mujer que había dado a luz su primogénito.

Este misterio, como los demás de la vida de Cristo, entraña un significado salvífico y espiritual.

Desde los primeros siglos, la Iglesia ha enseñado que en el ofrecimiento de Cristo en el templo también estaba incluido el ofrecimiento de María. En esta fiesta de la purificación de María se confirma de nuevo su sí incondicional dado en la Anunciación: “fiat” y la aceptación del querer de Dios, así como la participación a la obra redentora de su hijo. Se puede, pues, afirmar que María ofreciendo al Hijo, se ofrece también a sí misma.

María hace este ofrecimiento con el mismo Espíritu de humildad con el que había prometido a Dios, desde el primer momento, cumplir su voluntad: “he aquí la esclava el Señor”.

Aunque la Iglesia, al recoger este ejemplo de María, lo refiere fundamentalmente a la donación de las almas consagradas, sin embargo, tiene también su aplicación para todo cristiano. El cristiano es, por el bautismo, un consagrado, un ofrecido a Dios. “Sois linaje escogido, sacerdocio regio y nación santa” (1Pe 2, 9). Más aún, la presencia de Dios por la gracia nos convierte en templos de la Trinidad: pertenecemos a Dios.

La festividad debe recordarnos la decisión de cumplir la voluntad de Dios con Espíritu de humildad: somos creaturas de Dios y nuestra santificación depende de la perfección con que cumplamos su santa voluntad. (Cfr 1Ts 4, 3).

Conforme al mandato de la ley y a la narración del evangelio, pasados cuarenta días del nacimiento de Jesús, el Señor es presentado en el templo por sus padres. Están presentes en el templo una virgen y una madre, pero no de cualquier criatura, sino de Dios. Se presenta a un niño, lo establecido por la ley, pero no para purificarlo de una culpa, sino para anunciar abiertamente el misterio.

Todos los fieles saben que la madre del Redentor desde su nacimiento no había contraído mancha alguna por la que debiera de purificarse. No había concebido de modo carnal, sino de forma virginal....

El evangelista, al narrarnos el hecho, presenta a la Virgen como Madre obediente a la ley. Era comprensible y no nos debe de maravillar que la madre observara la ley, porque su hijo había venido no para abolir la ley, sino darle cumplimiento. Ella sabía muy bien cómo lo había engendrado y cómo lo había dado a luz y quien era el que lo había engendrado. Pero, observando la ley común, esperó el día de la purificación y así ocultó la dignidad del hijo.

¿Quién crees, oh Madre, que pueda describir tu particular sujeción? ¿Quién podrá describir tus sentimientos? Por una parte, contemplas a un niño pequeño que tu has engendrado y por otra descubres la inmensidad de Dios. Por una parte, contemplamos una criatura, por otra al Creador. (Ambrosio Autperto, siglo VIII, homilía en la purificación de Santa María).


¡Oh tú, Virgen María, que has subido al cielo y has entrado en lo más profundo del templo divino! Dígnate bendecir, oh Madre de Dios, toda la tierra. Concédenos, por tu intercesión un tiempo que sea saludable y pacífico y tranquilidad a tu Iglesia; concédenos pureza y firmeza en la fe; aparta a nuestros enemigos y protege a todo el pueblo cristiano. Amén. (Teodoro Estudita, siglo VIII)



Meditación del Papa Juan Pablo II Presentación de Jesús en el Templo Audiencia General del miércoles 20 de junio de de 1990

MARÍA PRESENTA A JESÚS EN EL TEMPLO, 02 DE FEBRERO

Autor: Arturo López | Fuente: Catholic.net
María presenta a Jesús en el Templo
Lucas 2, 22-40. Fiesta de la Presentación del Señor. Este día nos recuerda lo importante que es presentarnos, ofrecernos a Dios.
 
María presenta a Jesús en el Templo
Del Lectura del santo Evangelio según san Lucas 2, 22-40

Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo: «Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz,como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvaciónque preparaste delante de todos los pueblos:luz para iluminar a las naciones paganasy gloria de tu pueblo Israel».
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos».
Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.
Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él. 


Oración introductoria

Prepara, Señor, mi corazón para que con una disposición de apertura y docilidad te deje entrar hasta lo más íntimo de mi alma pues sé con certeza que quien se pone en tus manos está en camino de la verdadera felicidad.

Petición

Que me acepte, Señor, como soy para que, reconociendo tu mano en mi creación, pueda prepararme con entusiasmo cuando me presente ante ti al final de la batalla.

Meditación del Papa Francisco

Todo es alegría. Pero nosotros cristianos no estamos muy acostumbrados a hablar de alegría, de gozo. Creo que muchas veces nos gustan más los lamentos. ¿Qué es la alegría? La clave para comprender esta alegría es lo que dice el Evangelio: "Isabel fue colmada de Espíritu Santo". Es el Espíritu Santo quien nos da la alegría. Pensemos en ese momento en el que la Virgen y san José llevaron a Jesús al templo para cumplir la Ley. Estaban también allí dos ancianos; pero el Evangelio no dice que estos fueron allí para cumplir la Ley, sino más bien impulsados por la fuerza del Espíritu Santo. El Espíritu les condujo al templo. De modo que, ante Jesús, hacen una oración de alabanza: éste es el Mesías, ¡bendito sea al Señor! Y hacen también una liturgia espontánea de alegría. Es la fidelidad madurada durante tantos años de espera del Espíritu Santo lo que hace que este Espíritu venga y les dé la alegría. (S.S. Francisco, 31 de mayo de 2013, homilía en misa matutina en capilla de Santa Marta). 

Reflexión

La presentación de Jesucristo toca el timbre de nuestra conciencia al recordarnos lo importante que es presentarnos, ofrecernos a Dios. Este presentarse adquiere diversos matices: primero, la donación que hacemos de nosotros mismos a Dios al escucharle, al dejar que cada día vaya plasmando su obra en nuestra vida. Cada alma en particular fue creada con un fin, con una misión concreta dentro del plan providente de Dios, y Dios quiere hablar y manifestarse en el mundo, pero necesita voluntarios. Significa además la entrega que hacemos a todos los que vamos encontrando en nuestro camino. ¡Cuánto puede ayudar una sonrisa! Basta un gesto, una actitud. Por último, dicha presentación asegura, firma un pacto, cuyo cumplimiento tendrá lugar en el momento de nuestro abrazo definitivo con Dios, cuando cansados de nuestro peregrinar por esta tierra, le podamos decir a Dios: ¡Valió la pena apostar por ti!

No son las grandes predicaciones, no son las grandes obras de apostolado ni los proyectos de gran envergadura los que suscitan la verdadera admiración de los hombres. El asombro viene cuando detrás de todo aquello está un hombre que vive de Dios, un hombre que aprendió a presentarse a Dios y a los demás. María Santísima es experta en llevar nuestras obras a buen puerto. Basta una decisión libre y un entusiasmo por lo que tenemos que hacer.

Propósito

En cinco minutos que saque de oración, pediré por aquellas personas que he conocido.

Diálogo con Cristo

Qué paz me da, Señor el ejemplo de tu Madre al ofrecerte a Dios, como el acto de cualquier mamá que ofrece a Dios el fruto de su amor a Dios en cada alumbramiento. Que el día cuando me presente a ti, pueda a mi vez presentarte otras muchas almas, ganadas para ti con horas de oración y sacrificio. Hazme comprender que cada acto de donación es una invitación a los hombres a creer en ti.


"El amor no puede permanecer en sí mismo. No tiene sentido. El amor tiene que ponerse en acción. Esa actividad nos llevará al servicio"(Madre Teresa de Calcuta)



  • Preguntas o comentarios al autor
  • Arturo López 

    sábado, 1 de febrero de 2014

    BUENOS DÍAS PARA LA VIRGEN MARÍA


    Buenos días para María 
    Federico Nazar


    Te pido, dulce Madre mía,
    que perciba tu compañía,
    cada momento de este día
    y lo que queda de mi vida. 

    Que tu suave pedagogía,
    a la Gracia, muestre la vía.
    Llévame al Niño-Mesías
    y a su Santa Eucaristía.

    Que tu ejemplo sea mi guía
    al Cielo, que espera arriba:
    sencillez, pureza, alegría,
    humildad y sabiduría.

    Que me proteja tu cobija,
    de la tentación egoísta.
    No me apartes de tu vista.
    Tu presencia me santifica.

    Que tu silencio hoy me diga
    cómo sufrir con valentía,
    para amar hasta la fatiga
    pero sin perder la sonrisa.

    Te ofrezco toda mi almita,
    mi trabajo, penas y dicha.
    Sé que todo lo que recibas,
    lo compartes y multiplicas.

    Te agradezco tanto, María,
    tu permanente cercanía,
    y el Rosario, que me inspira
    una Fe contagiosa y viva.

    Tu mirada, que ilumina
    la oscuridad y la mentira.
    Tu manto, que me abriga
    de la maldad y la falsía.

    Quiero cantar tu melodía,
    que me llena de ambrosia.
    Por tu entrega caritativa,
    te quiero mucho madrecita.

    Amén.

    EL BUEN HUMOR


    El Buen Humor


    EL BUEN HUMOR:

       - Ayuda a mantener la salud: física y psicológica;

       - Distiende las facciones duras del rostro.

       - y quita las arrugas del espíritu.


    EL BUEN HUMOR:

       - Ayuda a una buena digestión, quita el estrés y

       - rebaja la tensión sanguínea


    EL BUEN HUMOR:

       - Quita hierro al percance, desintoxica nuestro interior;

       - Rejuvenece el alma y nos devuelve la alegría de vivir.


    EL BUEN HUMOR:

       - Relativiza los problemas de cada día;

       - Es una ayuda para tener paz con uno mismo y

       - saberla transmitir a los demás.


    EL BUEN HUMOR:

       - Predispone a tender puentes, quitar escollos y

       - seguir por el camino emprendido.



    EL BUEN HUMOR:

       - Evita crispaciones, enfrentamientos, mallos modos;

       - Hace aflorar la bondad, la comprensión, el perdón;

       - Beneficia la convivencia y la buena armonía

    EL CALOR DEL ALMA



    El calor del alma...
    Autor: Paulo Coelho 


    Todos nosotros hemos pasado muchos días, o semanas enteras, sin recibir ningún gesto de cariño del prójimo. Son momentos difíciles, cuando el calor humano desaparece, y la vida se reduce a un arduo esfuerzo por sobrevivir.
    En esos momentos en que el fuego ajeno no le da calor a nuestra alma, debemos revisar nuestro propio hogar. Debemos agregarle más leña y tratar de iluminar la sala oscura en la que nuestra vida se transformó. 
    Cuando escuchemos que nuestro fuego crepita, que la madera cruje, que las brasas brillan o las historias que las llamas cuentan, la esperanza nos será devuelta.
    Si somos capaces de amar, también seremos capaces de ser amados. No es más que cuestión de tiempo. 

    EL BUEN CRISTIANO




    El Buen Cristiano
    Autor: Evangelio de San Mateo


    1. Da gusto y sentido a las cosas (Del versículo 13 al 15)
    2. Se entrega generosamente (Del versículo 17 al 20)
    3. Vive en armonía (Del versículo 21 al 26)
    4. Respeta a la mujer (Del versículo 27 al 32)
    5. Habla con franqueza (Del versículo 33 al 37)
    6. Devuelve bien por mal (Del versículo 38 al 48)
    7. Se perfecciona en el amor (Del versículo 43 al 48) MATEO CAPITULO 6
    8. Actúa con humildad (Del versículo 1 al 4)
    9. Reza con sencillez (Del versículo 5 al 15)
    10. Odia la hipocresía (Del versículo 16 al 18) 11. Se enriquece con la verdad (Del versículo 19 al 23)
    12. No se hace esclavo del dinero (versículo 24)
    13. Confía en Dios y busca la justicia (Del versículo 25 al 34)
    MATEO CAPITULO 7
    14. Es exigente consigo mismo y comprensivo con los demás (Del versículo 1 al 16)
    15. Es paciente y constante (Del versículo 7 al 11)
    16. Se identifica con el otro (Del versiculo12)
    17. Tiene espíritu critico (Del versículo 13 al 20)
    18. Vive de hechos, no de palabras (Del versículo 21 al 23)

    CONCLUSIÓN
    Construyamos nuestra personalidad sobre bases firmes (Del versículo 24 al 29)

    ¿ME PERMITE USTED CARGAR SU NIÑO UN MOMENTO?

    Autor: María Susana Ratero | Fuente: Catholic.net
    ¿Me permite usted cargar su Niño un momento?
    Una plática con la Virgen María ahora que viene la fiesta de la Candelaria, la presentación de Jesús en el Templo. ¿Qué sentiría María ese día?
     
    ¿Me permite usted cargar su Niño un momento?

    El bullicio que rodea la Navidad ha cesado, se han desarmado y guardado, prolijamente, coloridos arbolitos y pintorescos pesebres... Esperando, quizás, que en la próxima Navidad "las cosas mejoren", como si el mero paso del tiempo fuese garantía de mejoría...

    - La Noche Buena ¿se fue así de rápido de tu corazón, María Santísima?

    Jamás se fue, amiga mía, al contrario… quedaron grabados en mi alma todos los perfumes, los sonidos, cada respiración de mi pequeño, los húmedos ojos de José al tomarle en sus brazos, los destellos de luz que las estrellas me regalaban…

    - ¿Las estrellas, Señora?

    Podría verlas desde donde estaba dando a luz… resplandecían, amiga, resplandecían… esa noche, ese cielo, volvían a mi alma cada vez que el dolor, implacable, me recordaba que los caminos de la salvación tienen mas espinas que rosas…

    - ¿Cuándo fue que la recordaste por primera vez? Digo, como aferrándote, como buscando respuestas…

    Pues… al poco tiempo de nacer Jesús, precisamente a los cuarenta días, cuando debimos realizar la presentación en el Templo.

    - Cuéntame, Señora, cuéntame…

    No, mejor acompáñame, el alma tiene ciertos secretos que las palabras aún no han aprendido a expresar…

    Y nos fuimos juntas a Belén…

    El pequeño Jesús había aumentado más de un Kg. de peso desde su nacimiento, se veía rozagante, hermoso, con tranquilo sueño y acompasada respiración…

    Belén dista unos 20 kilómetros de Jerusalén, salimos antes de que amaneciera, para llegar al primer destino pasado el mediodía … El trayecto fue bastante tranquilo, los padres estaban felices por la ceremonia que iban a protagonizar… recordé el día del bautismo de mis hijos, sí, sé lo que sentía tu corazón, Madre querida…

    Jerusalén se dibujó en el horizonte, llegamos a la casa de unos parientes de José, donde la Sagrada Familia descansó un poco de tan arduo trayecto, y se vistieron con la indumentaria apropiada para presentarse en el Templo…

    Caminamos entre la gente, ellos eran unos más entre la multitud, nada los diferenciaba, María no hacía ningún gesto que hiciese pensar a las gentes que cargaba en sus brazos al Mesías...

    ¡Qué obediencia de amor! ¡Qué increíble silencio!... subimos las escalinatas del Templo, todo hacía pensar que se trataría de una ceremonia más, de un recién nacido más… pues varios niños sería presentados ese día… mas, Simeón estaba allí, había salido del recinto, tenía la mirada… iluminada… como si el viejo anuncio del Espíritu de que no moriría sin ver la salvación de Israel, acabara de hacerse… bueno, en realidad, ese es uno de los detalles de ese tipo de anuncios, a quienes el tiempo no afecta ni en su frescura, ni en su nitidez, ni en la impresión que deja en el alma que lo recibe…

    José y María habían subido el último de los escalones, cuando fueron vistos por el anciano…

    Se acercó lentamente a los padres, como quien emprende su último y mas importante trayecto… sus ojos estaban llenos de lágrimas… la pareja entró al recinto, el hombre los seguía…¡cuantas cosas pasaban en ese instante por su mente y por su corazón!, tantos años de espera… el anciano había imaginado este momento de mil maneras, ver llegar a los padres en fastuosos carruajes, o con custodias quizás, los imaginó vestidos de las mas diversas maneras, había pensado que les reconocería por los signos exteriores que el mundo valora….nada de eso había ocurrido, el Mesías había llegado ante él en brazos de una mamá-niña-virgen que le sostenía con seguridad, una mamita de rostro sencillo y mirada de luz, una mamita de ropas humildes y manos como pimpollos de rosa… ¡y el padre!, no era ni un rey, ni un noble, ni un rico hombre, ni un profeta, ni nada que sobresaliese… era un simple trabajador, sus manos callosas certificaban que el Mesías sería alimentado con el sudor de su frente… nada espectacular, nada ostentoso rodeaba a ese pequeño por cuya visión él se mantenía con vida, sin embargo, había algo que no podía explicar, el sol brillaba de una manera especial ese día, un extraño perfume inundaba el aire, era de esos días en los que uno siente que todo está perfecto y en su sitio, esos instantes que no deberían transcurrir…. Sí, Simeón ya no tenía dudas, se acercó a la pareja, les saludó con reverencia y dijo a María…

    - ¿Me permite usted cargar su niño un momento, Señora?

    - Pues … claro- y María no entendía porque ese anciano le había pedido a su pequeño… quizás, le recordase sus hijos o sus nietos….

    El anciano tomó al pequeño, le besó varias veces en la frente, le miró como extasiado, mientras las lagrimas no cesaban de brotar de los cansados ojos…., luego, con todas las fuerzas de su voz y con todo el amor que había en su alma, levantando el niño con exquisito cuidado dijo a toda la humanidad:

    - Ahora, Señor, puedes dejar que tu siervo muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo, Israel…

    El hombre apretó por última vez al niño contra su pecho y lo devolvió a su madre, quien, junto con su esposo, estaba admirada por lo que el anciano decía…

    Simeón bendijo al santo matrimonio, fue la última bendición que hizo en su vida y fue hecha desde lo más profundo del alma. Y a la madre le dijo:

    - Este niño será causa de caída y elevación para muchos en Israel, y a ti misma, una espada te atravesará el corazón, así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos…

    El anciano miró a María un momento a los ojos con infinita ternura, hizo luego una reverencia y partió para siempre…

    José tenía los ojos enrojecidos, María, que guardaba todas estas cosas en su corazón, le tomó la mano fuerte, muy fuerte, pues eran demasiados acontecimientos juntos… Te miré, María, pues no entendía la reacción de José… me dijiste serenamente:

    En este instante, tal como me lo explicaría él mismo después, mi esposo comprendió que no serían muchos los años en que estaría con nosotros, sobre todo, que en el momento de la realización de la misión de Jesús en este mundo, yo no le tendría a mi lado, que grandes dolores debería soportar mi corazón y estaría sola… para José, Simeón significó al anuncio de su propia y cercana muerte, pero, con la misma disposición de ánimo que aceptaba todas las cosas de su vida, aceptó este anuncio, su dolor no era por él sino por nosotros, por dejarnos… ahora sé, con absoluta certeza, de que nunca nos dejó, de que estuvo conmigo en cada alegría y en cada dolor, que fue su amor el que me sostuvo de pie al lado de la cruz… ero aún falta para eso, aún debe entrar Ana, la profetisa…

    Callé, María tenía razón, debía conocer los acontecimientos de a uno, para darle a todos su justa dimensión…

    Ana entró al Templo como cada día desde hacía más de sesenta años, conocía cada centímetro del lugar como la palma de su mano…

    José y María aún estaban esperando su turno para la presentación, hablando entre ellos de lo sucedido con Simeón…

    - Bendito sea este día y bendito seas, Oh Señor, que te has dignado mostrarme la salvación del mundo…

    María giró la cabeza y se encontró con una mujer anciana, encorvada por el paso de los años, pero con una mirada serena y dulce…

    - Mujer, que tienes en tus brazos a quien tanto hemos esperado, te agradezco en nombre de la humanidad doliente, tu entrega generosa…

    Señora yo…

    - Calla, niña, como has callado hasta ahora, que tu silencio será, para la historia, camino de salvación, ejemplo de entrega generosa, luz en la oscuridad

    - Pero, ¿Quién es usted?- intervino José, a quien las palabras de de la mujer no hacían mas que confirmar su partida antes de la misión del hijo adoptivo.

    - Mi nombre es Ana, hija de Fanel, de la familia de Aser….Joven era yo cuando el Señor me dio un buen esposo, al que acompañé por siete años hasta que la muerte se nos interpuso… desde entonces, y ya tengo ochenta y cuatro años, no he hecho mas que servir a Dios día y noche, con ayunos y oraciones, sin apartarme del Templo…Hoy sentí que debía venir mas temprano que de costumbre. Apenas salí de mi casa vi a mi buen amigo Simeón que caminaba rumbo a las montañas… me extrañó sobremanera. Al acercarme noté en él la mirada mas serena, iluminada y radiante que jamás tuvo… me dijo que era ese su ultimo viaje:”¿Sabes Ana?... El Señor jamás defrauda a los que en él depositan sus mejores sueños…. Y yo siempre soñé ver con mis propios ojos la salvación del mundo… ha llegado Ana… por fin… ve a verlo”, y partió feliz… feliz…

    - ¿Cómo supo usted?- José era un estricto custodio del secreto.

    - ¿Conoces esa voz interior que proviene de lo alto y, al mismo tiempo, de las profundidades del alma?

    - Por cierto, la conozco- José sentía que podía confiar en Ana

    - Pues la misma voz me acercó a ustedes…Ahora hablaré de este niño a todos los que esperan la redención de Jerusalén….

    Los papás participaron de la ceremonia tal como lo ordena la ley. La cotidianeidad del Templo se vería alterada desde ahora por la ausencia de Simeón y los anuncios de Ana…

    A la mañana siguiente caminamos lentamente rumbo a Nazaret, María guardaba todos los acontecimientos y los meditaba en su corazón, la identidad de Jesús había salido ya de la intimidad de sus padres, aunque por treinta y tres años su madre guardaría el secreto de su concepción, la palabra Mesías había comenzado a pronunciarse con renovadas fuerzas en Jerusalén y en Belén ¿Qué hacer?¿Como sigue esta historia ahora, Señora mía?

    Pues, sencillamente, volvimos a casa y el niño crecía fuerte y sano, José trabajaba en su taller y teníamos lo suficiente para vivir… Muchas veces pensaba en los acontecimientos pasados, en cuales serian los tiempos de callar y los tiempos de hablar… pero una sola certeza guiaba mi corazón… la certeza de que Dios no nos dejaría tomar rumbos equivocados, que Él nos mostraría, de manera evidente, los caminos a seguir. La rutina contrastaba con la magnificencia de los anuncios del ángel y de Simeón, pero estaba allí con el propósito de ayudarme y enseñarme a modelar y dominar mi voluntad, ayudarme a darle el justo valor a las pequeñas cosas, para que comprendiese que la vida de un ser humano se construye desde las pequeñas cosas de la familia, como ladrillos que van formando una pared… Tu me habías preguntado cuando recordé la Noche buena por vez primera, y te he respondido desde el alma.... así como esa bendita noche ha sido para mí un faro en la oscuridad, debe serlo también para ti, amiga, guarda ordenadamente las luces del arbolito, pero deja que la luz de la nochebuena te ilumine el camino cada vez que sientas que la soledad te agobia o que los caminos se desdibujan y no sabes por donde se sigue...

    Volvimos a casa, a la realidad de mi vida, tu te fuiste a ayudar a las señoras de la parroquia que confeccionaban los adornos para celebrar la Fiesta de la Candelaria, yo volví a los míos habiendo aprendido algo mas de tu vida, algo mas de ti, Señora mía...



    NOTA:

    "Estos relatos sobre María Santísima han nacido en mi corazón y en mi imaginación por el amor que siento por ella, basados en lo que he leído. Pero no debe pensarse que estos relatos sean consecuencia de revelaciones o visiones o nada que se le parezca. El mismo relato habla de "Cerrar los ojos y verla" o expresiones parecidas que aluden exclusivamente a la imaginación de la autora, sin intervención sobrenatural alguna."




  • Preguntas o comentarios al autor
  • María Susana Ratero 

    viernes, 31 de enero de 2014

    INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    CÓMO SERÁ LA VIRGEN MARÍA


    Cómo será la Virgen María
    Antonio Rodríguez  Mateo


    Cómo será la belleza
    de Santísima María.
    Cómo plasmar tanta pureza,
    con qué pluma se podría.
    Quién describirla pudiera,
    por mucha su fantasía,
    si nunca jamás consiguiera,
    pintar a la luz del día.

    La hermosura de su cara,
    qué pincel la pintaría,
    y a su alma inmaculada,
    en qué color se haría.
    Sus purísimas entrañas,
    qué vestido las cubriría,
    si es Reina e Inmaculada,
    desde antes que nacía.

    ¿Sus lágrimas cómo serán,
    de puras y cristalinas,
    y sus pestañas ocultarán, 
    mirada tan divina?.
    ¿A sus labios los entreabrirán,
    la más dulcísima sonrisa,
    y los cabellos brillarán,
    como nadie se imagina?.

    Qué decir de su vientre,
    Sagrario de Jesús,
    no acierta mi mente
    a ver tantísima luz;
    o manto omnipresente
    de amparo y plenitud,
    hacia nosotros su gente,
    por su inmensa gratitud.

    Cómo serán sus ojos,
    cómo serán sus cejas,
    y el óvalo de su rostro,
    de inmaculada pureza.
    Dónde habría otro,
    que acaso se pareciera,
    sería yo necio o loco,
    si esto último creyera.

    IMÁGENES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA















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