viernes, 28 de febrero de 2014

ALÉGRATE


Alégrate
Autor: Amado Nervo


Si eres pequeño, alégrate;
porque tu pequeñez sirve de contraste 
a otros en el universo; porque esa pequeñez 
constituye la razón esencial de su grandeza; 
porque para ser ellos grandes,
han necesitado que tu seas pequeño, 
como la montaña para culminar 
necesita alzarse entre colinas, lomas y cerros. 

Si eres grande, alégrate, 
porque lo inevitable se manifestó en ti 
de manera excelente, 
porque eres un éxito del artista eterno. 

Si eres sano, alégrate; 
porque en ti las fuerzas de la naturaleza 
han llegado a la ponderación y a la armonía. 

Si eres enfermo, alégrate; 
porque luchan en tu organismo 
fuerzas contrarias que acaso buscan 
una resultante de belleza 
porque en ti se ensaya ese divino alquimista 
que se llama el dolor. 

Si eres rico, alégrate, 
por toda la fuerza que el Destino 
ha puesto en tus manos 
para que la derrames... 

Si eres pobre, alégrate; 
porque tus alas serán más ligeras; 
porque la vida te sujetará menos; 
porque el Padre realizara en ti 
más directamente que en el rico, 
el amable prodigio periódico del pan cotidiano... 

Alégrate si amas; 
porque eres más semejante a Dios que los otros. 

Alégrate si eres amado; 
porque hay en esto 
una predestinación maravillosa. 

Alégrate si eres pequeño, 
alégrate si eres grande; 
alégrate si tienes salud; 
alégrate si la has perdido; 
alégrate si eres rico; 
si eres pobre, alégrate; 
alégrate si te aman; 
si amas, alégrate; 
¡alégrate, siempre, 
siempre, siempre!

A MI CRISTO ROTO


A Mi Cristo Roto


Estás así, Señor, por nuestras culpas,
por tantos signos de egoísmo en nuestras vidas,
por las muchas faltas de caridad que cometemos,
porque no te amamos tanto como debemos.

Estás así, Señor, por nuestra indiferencia,
porque no nos conmueve el sufrimiento ajeno,
ni el de las viudas, los huérfanos y
los desplazados, ni el dolor y la angustia
de una madre que llora,
ni la desesperanza de las gentes sin techo.

Estás así, Señor, porque no nos aceptamos,
por la falta de amor en las familias,
porque no dialogamos,
porque no comprendemos,
porque no hemos aprendido a perdonar.

Estás así, Señor, por nuestra salvación
porque desde siempre nos amaste
y por nosotros te vejaron, te maltrataron,
se burlaron de Ti y te crucificaron...
por eso estás así, mi Cristo Roto.

ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES POR INTERCESIÓN DE JUAN PABLO II


ORACIÓN PARA IMPLORAR FAVORES
POR INTERCESIÓN DEL BEATO
JUAN PABLO II, PAPA


Oh Trinidad Santa, te damos gracias por haber concedido a la Iglesia al Beato Juan Pablo II y porque en él has reflejado la ternura de tu paternidad, la gloria de la cruz de Cristo y el esplendor del Espíritu de amor.

El, confiando totalmente en tu infinita misericordia y en la maternal intercesión de María, nos ha mostrado una imagen viva de Jesús Buen Pastor, indicándonos la santidad, alto grado de la vida cristiana ordinaria, como camino para alcanzar la comunión eterna contigo.

Concédenos, por su intercesión, y si es tu voluntad, la gracia que imploramos, con la esperanza de que sea pronto incluido en el número de tus santos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

BIENAVENTURANZAS



Bienaventuranzas
Autor: Padre Jesús Nieto López


...Dichosos los que eligen la pobreza, por el reino.
Los que dejan su casa y comienzan su éxodo cortando las ligaduras, castrando todo efecto que saben desprenderse de su túnica y regalan el mando como obsequio realizando el camino sin bastón ni talego.

Los que no rompen la caña cascada ni reciben la fruta antes de tiempo los que arrancan violencias olvidando los viejos rencores del pasado echando vino nuevo en odres nuevos. Y dichosos los mansos porque suyo es el reino...

Los limpios de mirada de intenciones y hechos...
Los donantes de sangre los que dan por la paz, todo su tiempo.

Los que van por la vida defendiendo a oprimidos, denunciando injusticias y soltando los grillos de los presos.

Dichosos los que labran cada día, con fracasos y aciertos peldaños de ascensión hacia las cumbres, porque suyo es el reino.


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO PARA PEDIR SUS SIETE DONES


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
 PARA PEDIR SUS SIETE DONES

Amor infinito y Espíritu Santificador:

Contra la necedad, concédeme el Don de Sabiduría, que me libre del tedio y de la insensatez.

Contra la rudeza, dame el Don de Entendimiento, que ahuyente tibiezas, dudas, nieblas, desconfianzas.

Contra la precipitación, el Don de Consejo, que me libre de las indiscreciones e imprudencias.

Contra la ignorancia, el Don de Ciencia, que me libre de los engaños del mundo, demonio y carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.

Contra la pusilanimidad, el Don de Fortaleza, que me libre de la debilidad y cobardía en todo caso de conflicto.

Contra la dureza, el Don de Piedad, que me libre de la ira, rencor, injusticia, crueldad y venganza.

Contra la soberbia, el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y presunción.

jueves, 27 de febrero de 2014

PERSONALIDAD


PERSONALIDAD


Castillo Feudal Un  rey le contaba a un sabio lo extraordinariamente buenos y generosos que eran sus súbditos. 

 -Estás muy equivocado –le dijo el sabio-. La gente de tu reino actúa de acuerdo a las apariencias.  Le dan muy poca importancia a los hechos, que son los que demuestran espíritus grandiosos. 

Al oir esto, los cortesanos se pusieron bravos y le rogaron al rey que no hiciera caso a ese falso sabio. 

-Majestad, ellos dirán lo que quieran, pero en este mundo vil, todo funciona al revés:  la persona más preciosa no vale nada, y la persona que no vale nada es la más preciosa.  

-Demuéstramelo –dijo el rey-. Si no lo haces, mandaré que te corten la cabeza por decir cosas falsas y  descabelladas. 


 El sabio invitó al rey a que se disfrazara como una persona común y así dieran una vuelta por la ciudad. Llegaron al mercado y el sabio le insinuó al rey que pidiera un kilo de cerezas que habrían de servir para salvarle la vida a un enfermo muy grave. 

Fueron inútiles las súplicas del rey. El comerciante, cansado de argüir con él, lo expulsó del lugar y le dijo que si no se iba pronto, lo sacaría a palos. 

- Las cosas que tiene que oir uno en la vida –mascullaba el comerciante-. ¿Acaso tengo cara de idiota? Estos mendigos miserables ya no saben qué inventar para engañar a uno.  

El rey estaba a punto de revelar su identidad, cuando el sabio se lo llevó de allí. Caminaron un buen rato y llegaron a orillas de un río que corría crecido con las aguas del deshielo. En un descuido, el sabio le dio un empujón al rey que cayó al agua. Empezó a gritar pidiendo ayuda, pero aunque se acercaron muchos curiosos atraídos por sus gritos, nadie hizo nada. Ya estaba a punto de ahogarse, cuando un mendigo, el más harapiento de la ciudad, se lanzó al agua y salvó al rey. 

 Entonces el sabio se acercó al rey, que temblaba de frío y de indignación, y le dijo: 

 -¿Viste cómo era cierto lo que yo te dije? Cuando tú, que eres la persona más valiosa del reino pediste un kilo de cerezas para salvar la vida de un enfermo, no obtuviste nada y hasta estuviste a punto de que te partieran la cabeza a golpes. En cambio este mendigo, que supuestamente es la persona que menos vale en tu reino, ha expuesto su vida por ti y te ha salvado. No son las apariencias lo que cuentan, sino los hechos.       


 Moraleja:    
Vivimos la vida como actuación. Cada día se nos impone con mayor fuerza la cultura de la apariencia, del  qué dirán. Regalamos por cumplir, por no quedar mal,  porque todos lo hacen..., no por agradar. Manejados por la publicidad y las propagandas, compramos no lo que necesitamos, sino lo que el mercado necesita que compremos. El mercado crea incesantemente nuevos productos y la televisión se encarga de convertirlos en necesidades. Hablamos sin pensar lo que decimos, vivimos rutinas, compramos propagandas.   Decimos que nos divertimos mucho en la fiesta porque se espera que digamos eso, que nos gustó mucho la película publicitada que todo el mundo dice que es muy buena, aunque nos hayamos aburrido soberanamente al verla. Aplaudimos porque todos lo hacen; sonreimos, sin saber por qué, cuando todos lo hacen. En breve, cada día son menos las personas que se atreven a vivir, a ser dueños de su propia vida: la mayoría son vividos por los demás: el televisor, las costumbres, las modas, el qué dirán...    

 Tratamos a los demás de acuerdo a su aspecto. Nos  sentimos crecidos cuando podemos ver o dar la mano a un ídolo de la canción, a un personaje famoso, sin importar si es un soberano egoísta,  o un cretino, esclavo de su imagen y su fama. Por otra parte, despreciamos  y nos alejamos de los pobres, los humildes,  a quienes vemos con frecuencia como amenazas. 

 Necesitamos una educación que enseñe a ver la realidad, más allá de las apariencias. 

VALORA LO QUE DIOS TE REGALÓ


Valora lo que Dios te dio.

Un día, caminando por la calle vi a un niño solo y triste, y me dije:  "gracias Dios mío porque tengo una familia y amigos; porque jamás he sentido la soledad y el desamparo por los que ese pequeño ha de estar  pasando".

Seguí mi andar y vi a un niño ciego y dije:"gracias Dios mío porque tengo ojos y veo; porque se lo que es un amanecer, he visto el arco iris, las estrellas, las flores y la luna, y ese pequeño niño jamás podrá hacerlo".

Reanude mi caminar y vi a un tercer niño que triste en una silla de  ruedas,  veía como los demás niños jugaban; y por tercera vez agradecía a Dios, ahora por estar sana.

Poco antes de llegar a mi destino, vi una luz que se acercaba; era un niño  y me dijo algo que jamás olvidare: "Tu me has visto antes y piensas que soy infeliz, que estoy solo y triste; pero te equivocas. Esos tres niños que antes viste eran uno solo, era yo que tuve que hacerte creer que era infeliz para que tu descubrieras la gran riqueza que posees, en las cosas mas simples y sencillas se encuentran los valores mas grandes. Cuando veas a alguien como ellos, no pienses en que sufren, sino en que así son felices porque ellos al igual que tu, han descubierto su riqueza. Pide por ellos y por ti, y agradece a Dios lo que tienes; y cada vez que tengas la  oportunidad, haz descubrir a otros la riqueza que poseen" y el niño desapareció.

ORAR, SIMPLEMENTE, ORAR


Orar, simplemente orar 


Un pobre campesino regresaba del mercado al atardecer. Descubrió de pronto que no llevaba su libro de oraciones. Se hallaba en medio del bosque y se le había salido una rueda de su carreta.

El pobre hombre estaba afligido pensando que aquel día no iba a poder recitar sus plegarias. Entonces oró de este modo: He cometido una verdadera estupidez, Señor. He salido sin mi libro de rezos. Tengo tan poca memoria que sin él no sé orar. De modo que voy a decir cinco veces el alfabeto muy despacio. Tú, que conoces todas las oraciones, puedes juntar las letras y formar las plegarias que ya no recuerdo.

Y Dios dijo a sus ángeles: De todas las oraciones que he escuchado hoy, ésta ha salido sin duda alguna, la mejor. Una oración que ha brotado de un corazón sencillo y sincero.

HOY ES JUEVES, SEÑOR, Y YO TE DOY MI DOLOR

Autor: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Hoy es jueves, Señor, y yo te doy mi dolor
No soy yo el que voy a Ti. Tú eres el que viene a mi. Te acercas a mí porque sabes de mi sufrimiento, de mi dolor.
 
Hoy es jueves, Señor, y yo te doy mi dolor


Llegué ayer del Hospital a mi casa. Hoy es jueves Señor, y voy a estrenar mi silla de ruedas. Voy a ocupar un lugar del cual ya no me moveré.

Hoy es jueves y muchas personas al comenzar el día se habrán levantado de su cama, habrán puesto los pies en el suelo y comenzado a hacer una y mil actividades distintas...seguro que no se han detenido a gustar de ese milagro: ¡poder caminar!. A mí me han tenido que traer a esta Capilla para contarte mis "cosas".

Hoy es jueves Señor, y recuerdo que también era jueves el día en que por primera vez fui a tu encuentro en mi Primera Comunión, después.... ¡cuánto brinco, cuántos juegos, cuántas carreras, cuántos bailes...!. Y años después, la "palomilla" escogió un día jueves para ir por primera vez un rato a la "disco" de moda...

Hoy es jueves también pero estoy atado a mi silla de ruedas. Voy a estar en ella para siempre. Y hoy, mientras te miro me he puesto a pensar en Ti, Señor, y he sentido que como aquel día de mi Primera Comunión, no soy yo el que voy a Ti. Tú eres el que viene a mi. Te acercas a mí porque sabes de mi sufrimiento, de mi dolor. Y yo te voy a hacer una pregunta, no ¿por qué, por qué a mi?. Eso solo lo sabes Tu. Te voy a preguntar, ¿para qué, para qué me tienes prisionero sin que mis pies vuelvan a pisar el campo, las playas... a correr, a caminar?. Y al hacerte esa pregunta queda inherente a ella mi entrega, mi aceptación, porque en mi se está haciendo Tu voluntad. Y sigue la pregunta, ¿para qué este cambio radical en mi vida?.

Tu Jesús, me lo vas a decir. Soy todo oídos, mi alma está alerta, mi corazón preparado. Tu me vas a decir qué quieres de mí en esta nueva forma de vida.

Dicen que hay pocos misioneros, que allá en las tierras donde están hace mucho calor, que se enferman, que sufren... que hasta los matan. Yo puedo ser misionero como lo fue la Santa de Lisieux, la pequeña Teresita sin salir del Convento, porque puedo ofrecer mi inmovilidad por el sufrimiento de unos pies hinchados, cansados de caminar por brechas y caminos lodosos para llevar la Palabra del Señor al corazón de los hombres y mujeres que no lo conocen.

Señor, tu estás junto a mí y ya me estás hablando... porque antes nunca pensé en estas cosas. Mi vida era alocada, vacía estéril... Ahora soy tierra fértil para la semilla de Tu palabra. La llama del dolor quemó en mi corazón toda la mala hierba y ahora lo siento acrisolado y limpio. Soy hombre nuevo.

Hoy es jueves, Señor, y voy a tender las alas de mi espíritu para adorarte aquí, para acompañarte en todos los Sagrarios del mundo, para hacerte compañía en Tu soledad, en Tu eterna espera, en Tu absoluta entrega. También te veo en la Cruz, inmóvil, clavado, así... como estoy yo. Y sin embargo tus manos y tus pies clavados nos vinieron a dar la libertad sobre la esclavitud del pecado. Nos dieron el triunfo sobre la muerte y nos hicieron hombres y mujeres nuevos.

Háblame, Señor, dime que quieres de mi... Hoy es jueves, Señor, y yo te doy mi dolor y Tu a cambio dame conformidad para mi nueva vida y déjame Tu Paz como el mejor de los regalos.




  • Preguntas o comentarios al autor
  • Ma. Esther de Ariño
     

    GRACIAS VIRGEN MARÍA


    Gracias Virgen María

    Quiero darte gracias, Virgen María,
    por tenerme en tu regazo,
    por tenerme entre tus brazos
    y amarme y protegerme cada día.
    Tu espíritu de Madre bondadosa
    ilumina nuestra vida.
    Sin pecado concebida
    Tú eres, Reina Misericordiosa.
    Madre de Dios, hágase tu voluntad,
    danos fe, paz y cariño
    como distes Tú a tu Niño,
    y que venga a nosotros tu humildad.
    Madre mía, en lo alto del cielo
    tienes todas las virtudes
    y hasta nosotros acudes
    cuando necesitamos tu consuelo.
    ¡Oh Madre piadosa, Virgen María!,
    gran ejemplo de dolor,
    queremos sentir tu amor
    y tener siempre tu compañía
    Amen.

    GRACIAS MADRE CELESTIAL

    LA SOLIDARIDAD


    CINCO PRIMEROS SÁBADOS DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    CINCO PRIMEROS SÁBADOS DE REPARACIÓN
    EN HONOR AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 


    Lucía, vidente de Fátima, era postulante en el Convento de las Doroteas en Pontevedra, España cuando tiene una aparición de la Virgen sobre una nube de luz, con el Niño Jesús a su lado. La Santísima Virgen puso su mano sobre el hombro de Lucía, mientras en la otra sostenía su corazón rodeado de espinas. El Niño le dijo: "Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre. Está cercado de las espinas que los hombres ingratos le clavan a cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para sacárselas."

    Inmediatamente dijo Nuestra Señora a Lucía:
    "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación"

    Lucía le habló (a Jesús) de la confesión para los primeros sábados y preguntó si valía hacerla en los ocho días. Jesús contestó: "Sí; todavía con más tiempo, con tal que me reciban en estado de gracia y tengan intención de desagraviar al Inmaculado Corazón de María".
    La intención de hacer esta reparación al Inmaculado Corazón de María puede ponerse al principio.

    ¿Por qué 5 Sábados?

    Después de haber estado Lucía en oración, Nuestro Señor le reveló la razón de los 5 sábados de reparación:  "Hija mía, la razón es sencilla: se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:
    1-  Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.
    2-  Contra su virginidad.
    3-  Contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.
    4-  Contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños, la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia la Madre Inmaculada.
    5-  Contra los que la ultrajan directamente en sus sagradas imágenes.”

    "He aquí hija mía, por que ante este Inmaculado Corazón ultrajado, se movió mi misericordia a pedir esta pequeña reparación, y, en atención a Ella, a conceder el perdón a las almas que tuvieran la desgracia de ofender a mi Madre. En cuanto a ti procura incesantemente con tus oraciones y sacrificios moverme a misericordia para con esas almas".

    miércoles, 26 de febrero de 2014

    NO TE RINDAS

    No te rindas

    Aunque te sientas triste,
    piensa en un mañana pleno de alegría ,de 
    satisfacciones, y de sueños realizados, y 
    entonces  comprenderás que también los errores son 
    indispensables para aprender.

    No te rindas!
    Aunque te sientas solo,
    piensa en todas las personas que te
    brindaron afecto durante tu vida, y sabrás
    que en el tiempo venidero, también
    amaras y serás amado. 

    No te rindas!
    Aunque te sientas derrotado,
    piensa siempre en la victoria luminosa

    que te espera al final del camino, y descubrirás

    que las caídas te muestran el poder

    de tu fe y de tu fuerza.

    No te rindas!
    Aunque te sientas perdido,
    piensa en la esperanza que anida en lo
    profundo de tu corazón, rescátala y sal a
    recorrer el sendero señalado, con la
    mirada puesta en el cielo

    No te rindas! Dios camina contigo!

    NO COMETAS EL MISMO ERROR


    NO COMETAS EL MISMO ERROR

    Es cuando otros te fallan.

    Cuando esa gente en quien confiaste y creíste, (tus amigos) te desilusionan, e incluso hablan mal de ti. 

    Desearías poner en evidencia su error. 

    Sientes odio, tristeza, dolor y desilusión al mismo tiempo. Y al final no sabes qué sentir.

    Aunque esto te pase, sigue creyendo en la amistad sincera. 

    Sigue dando lo mejor de ti a las personas y nunca pagues con la misma moneda.

    Si te han fallado, haz lo posible para no fallar.

    Si te han desilusionado, sé siempre recto para no cometer el mismo error.

    Si te han calumniado, ofrece a Dios esa situación. Que sea Él quien juzgue, pero no envenenes tu corazón con el deseo de hacer tu justicia.

    No importa el error que otros hayan cometido, no te hagas insensible y frío ante las personas que te necesiten. 

    Sigue haciendo el bien, sigue creyendo, sigue ofreciendo lo mejor que tengas y ante todo, deja el juicio en las manos de Dios.

    La vida es hermosa y tienes la oportunidad de seguir viviendo. 

    Sigue adelante tu camino sin ver los tropiezos tuyos y menos los de los demás como obstáculos. 

    Y no cometas los mismos errores que otros hayan cometido contigo.

    ARREPENTIMIENTO


    ARREPENTIMIENTO

    .¿Por qué, Señor, me siento tan amado/a
    si de tu amor yo nunca he merecido?
    pues rendido/a una y mil veces he caído
    en los impuros brazos del pecado.

    .No me dejes, mi Dios, abandonado,
    en medio de este mar embravecido;
    menosprecia lo mucho que te he herido
    y ofréceme cobijo en tu costado.
    .
    Si muchas veces mucho te he dañado
    y la paz de tu amor no he comprendido,
    me humillo y cabizbajo/a yo te pido 
    .
    que no tengas en cuenta mi pasado;
    hoy, del todo me siento arrepentido/a
    y ante tu Cruz me postro, arrodillado/a

    CREO EN TI


    CREO EN TI 

    Cuando llega la dificultad y las pruebas, en los momentos de angustia, de duda o enfermedad, es bueno decir al Señor que seguimos creyendo en El. 

    1. Señor, Tu siempre me has dado 
    La fuerza necesaria, 
    y, aunque débil, 
    Creo en Ti. 

    2. Señor, Tu siempre me has dado 
    La paz de cada día, 
    y, aunque angustiado, 
    Creo en Ti. 

    3. Señor, Tu siempre me has guardado 
    En la prueba, 
    Y, aunque estoy en ella, 
    Creo en Ti. 

    4. Señor, Tu siempre has alumbrado 
    Mis tinieblas, 
    Y, aunque no tengo luz, 


    Creo en Ti.

    LA COHERENCIA HEROICA DEL CRISTIANO

    Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
    La coherencia heroica del cristiano
    ¿Hasta qué punto vale la pena ser fieles a Cristo cuando luego uno puede quedar abandonado a su suerte, como un soñador derrotado?
     
    La coherencia heroica del cristiano
    La coherencia heroica del cristiano
    Hay ocasiones en las que ser fiel al Evangelio implica el riesgo de un fracaso en la familia, en el trabajo, en la vida social. ¿Qué hacer, entonces?

    La pregunta se presenta continuamente en los corazones de muchos católicos. Un empresario sabe que tiene que pagar buenos salarios, pero que así puede perder la competividad y llegar a la quiebra. Un esposo o una esposa sabe que no debe usar anticonceptivos, pero la otra parte le amenaza con la expulsión del hogar o con el divorcio. Un farmacéutico sabe que no debe vender pastillas que implican un uso contrario a la moral católica, pero si no las vende quedará aislado en el mercado y terminará por cerrar la farmacia. Un distribuidor de libros sabe que no es correcto favorecer la venta de libros contrarios a la doctrina católica, pero si actúa así se arriesga al fracaso.

    Las situaciones son infinitas. En el fondo de las mismas se esconde la pregunta inicial: ¿qué hacer, cómo actuar? ¿Hasta qué punto vale la pena ser fieles a Cristo cuando luego uno puede quedar abandonado a su suerte, como un soñador derrotado?

    Plantear así la cuestión implica un error de perspectivas. Porque con este tipo de preguntas parece que la alternativa está entre ser fieles a Cristo y ser prácticos y realistas. En otras palabras, Cristo queda puesto como un obstáculo a la "realización personal", porque uno llega a pensar que lo que Cristo pide sería "peligroso": seguirle implica dar un salto en el vacío que puede llevar al fracaso.

    En realidad, quien conoce de verdad a Cristo, quien sabe lo que Él ha hecho por uno mismo y por todos los hombres, quien aprecia el cielo como la meta auténtica de toda existencia humana, quien siente en su corazón el abrazo de la misericordia, quien vive a fondo la fe y la esperanza, no puede tener miedo.

    Cristo es, para el que cree en serio, lo más importante. Más importante que su puesto de trabajo, que su vida matrimonial, que sus seguridades humanas, que su dinero, que su salud.

    Es fácil decirlo y parece muy difícil vivir de esta manera. Pero quien ama de veras, y amamos de veras cuando nos sentimos muy amados por un Dios bueno, es capaz de eso y de mucho más.

    Los mártires son, en ese sentido, un ejemplo luminoso: están dispuestos a perder la propia vida en manos de perseguidores asesinos antes que renunciar a Cristo. Han vivido la coherencia heroica del cristiano.

    La vida de tantos mártires, hombres y mujeres, sirve de luz para la vida de todo bautizado. Su testimonio es la consecuencia de quien sabe lo que podemos leer en uno de los textos más hermosos de quien lo dejó todo por Cristo, Pablo de Tarso:

    "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? Como dice la Escritura: ´Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero´. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro" (Rm 8,35-39).

    Después de dos mil años, podemos decir, desde una experiencia que salva, que ni los impuestos, ni las amenazas, ni el paro, ni las ideas dominantes son suficientes para hacer que nos apartemos de quien nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para salvarnos, de quien nos invitó a ser, para siempre, sus amigos.

    SALVE, OH VIRGEN MADRE




    SALVE, OH VIRGEN MADRE

    Salve, oh Virgen Madre, Señora mía, Estrella de la mañana, del Cielo Reina.

    Llena de gracia sois; salve, luz pura, salva al mundo y a toda criatura.

    Para Madre el Señor te destinó, el que los mares, la tierra y el cielo creó.

    Él preservó vuestra concepción de la mancha que tenemos en Adán.

    Amén.

    PENSAMIENTO MARIANO 32


    PENSAMIENTO MARIANO

    En la última aparición, octubre de 1917, la Virgen María dijo por fin su nombre: “Soy la Señora del Rosario”, y volvió a insistir en su recomendación: “Sigan rezando el rosario todos los días".



    martes, 25 de febrero de 2014

    ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LOURDES


    ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN 
    A LA VIRGEN DE LOURDES

    Santa María, Madre de Dios, Virgen Inmaculada, Vos habéis aparecido dieciocho veces a Bernardita en la gruta de Lourdes, para recordar a los cristianos las maravillas y las exigencias del Evangelio, invitándoles a la oración, a la penitencia, a la eucaristía y a la vida en la Iglesia.

    Para mejor responder a vuestra llamada, yo me consagro por vuestras manos a vuestro hijo Jesús…

    Hacedme dócil al espíritu; y por el fervor de mi fe, por la manifestación de mi vida, por mi dedicación al servicio de los enfermos, haz que yo trabaje con Vos en confortar a los que sufren, en reconocimiento a los hombres, en trabajar por la unidad de la Iglesia y por la paz del mundo.

    Con toda confianza, oh Señora mía, yo os dirijo esta plegaria y os pido que la acojáis y la atendáis. Amén.

    Nuestra Señora de Lourdes, rogad por nosotros.

    Santa Bernardita, rogad por nosotros.
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