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jueves, 20 de noviembre de 2014
miércoles, 19 de noviembre de 2014
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA DIVINA PROVIDENCIA
Oración a la virgen de la Divina Providencia
Omnipotente y sempiterno Dios que nos has concedido a tus siervos el don de conocer la gloria de la eterna Trinidad en la confesión de la verdadera fe, y la de adorar la unidad en el poder de tu majestad; te rogamos que por la firmeza de esta misma fe, nos libres siempre de todas las adversidades. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén
Oh divina Providencia!
¡Concédeme tu clemencia
y tu infinita bondad!
Arrodillada a tus plantas a ti caridad portento.
Te pido para los míos casa, vestido y sustento.
Concédeles la salud, llévalos por buen camino.
Que sea siempre la virtud la que los guíe en su destino.
Tú eres toda mi esperanza.
Tú eres el consuelo mío.
En la que mi mente alcanza, en ti creo, en ti espero, y en ti confío.
Tu divina Providencia se extiende a cada momento.
Para que nunca nos falte: casa, vestido y sustento.
Amén.
LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA DIVINA PROVIDENCIA , 19 DE NOVIEMBRE
Santísima Virgen de la Divina Providencia
Advocación Mariana, 19 de noviembre
Fuente: Corazones.org
Patrona de Puerto Rico
La devoción a la Virgen de la Divina Providencia se origina en el siglo XIII en Italia, de donde llegó poco tiempo después a España, en donde se construyó un santuario en Tarragona, Cataluña.
Se dice que el nombre de Divina Providencia, le fue asignado a la Virgen por San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien en una ocación en la que él y sus frailes no tenían nada que comer, invocó la protección de su Patrona, al poco tiempo se oyó toques en la puerta del convento, encontrando al abrila dos canastas llenas de alimentos.
La imagen original venerada por los Siervos de María y otras órdenes religiosas italianas, es un hermoso óleo en el que aparece la Virgen con el Divino Niño dormido plácidamente en sus brazos. Se cuenta que el título "de la Divina Providencia", se debe a San Felipe Benicio, quinto superior de los Siervos de María, quien al invocar la protección de la Virgen un día en que sus frailes no tenían nada que comer, encontró a la puerta del convento dos cestas repletas de alimentos sin que se pudiese conocer su procedencia.
La imagen mandada a hacer por Don Gil Esteve fue tallada en Barcelona según el gusto de la época. Es una hermosa imagen sentada, "de ropaje, (es decir, hecha para ser vestida), y estuvo expuesta al culto en la catedral durante 67 años, hasta que en 1920 fue sustituida por otra magnífica talla, toda de madera, que es la imagen de Nuestra Señora de la Divina Providencia más familiar y conocida por las comunidades puertorriqueñas.
María se inclina sobre el Niño, que en total actitud de confianza duerme plácidamente en su regazo. Las manos de la Virgen se unen en oración mientras sostiene suavemente la mano izquierda del Divino Infante. El conjunto sugiere ternura, abandono, devoción y paz.
El Papa Pablo VI declaró a Nuestra Señora Madre de la Divina Providencia, como patrona principal de la isla de Puerto Rico mediante un decreto firmado el 19 de noviembre de 1969. En ese documento se decretó también que la solemnidad de la Virgen debía trasladarse del dos de enero, aniversario de su llegada a la isla, al 19 de noviembre, día en que fue descubierta la isla de Borinquen. Se quiso unir así los dos grandes afectos de los puertorriqueños; el amor por su preciosa isla y el amor por la Madre de Dios.
La talla más antigua, que data del 1853, fue la elegida para ser coronada solemnemente durante la reunión del Consejo Episcopal Latino Americano celebrada en San Juan de Puerto Rico el 5 de noviembre de 1976. La víspera del acontecimiento esta imagen fue vilmente quemada en la Parroquia de Santa Teresita de Santurce. Pero eso no detuvo la solemne coronación, que ocurrió en medio de la emoción y las lágrimas de millares de sus hijos y la presencia de cardenales, arzobispos y obispos venidos de toda Latinoamérica.
La imagen quemada fue enviada a España para ser restaurada. Actualmente espera la construcción del proyectado gran santuario nacional para ser allí colocada
martes, 18 de noviembre de 2014
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
CONSAGRACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA
¡Oh Virgen Santísima, Madre de Dios y Madre de los hombres y de las mujeres: Reina y defensora nuestra SANTÍSIMA VIRGEN DE LA MEDALLA MILAGROSA!
Venimos aquí para " CONSAGRARNOS A VOS ANTE ESTE ALTAR Y VUESTRA ESCOGIDA IMAGEN", y ofreceros el homenaje de nuestra vida y de nuestro amor; para felicitarte, como hijos tuyos, por los incomparables privilegios con que Dios te adornó desde el primer instante de tu concepción inmaculada, y para alegrarnos contigo por la gloria sublime de que ahora gozas en el cielo.
Un día feliz, admirada ante la bondad de Dios que acababa de hacerte Madre suya, dijiste aquellas palabras de divina inspiración: <<DESDE AHORA ME LLAMARAN BIENAVENTURADA TODAS LAS GENERACIONES.>>
Nosotros queremos cumplir ahora la parte que nos corresponde en esta profecía triunfal, y proclamamos tus glorias y te bendecimos por ellas con todo el fervor de nuestros corazones enamorados de tu hermosura y santidad.
Bendita seas, Santa María, por tu Concepción Inmaculada y por tu Maternidad Divina; por tu santidad y por tu poder de mediadora universal; por tu piedad y tu misericordia.
Tu nunca te olvidas de que has sido levantada hasta el trono de Dios, no sólo para tu gloria, sino también para nuestra salvación; no te olvides de que Dios te ha llevado al cielo en cuerpo y alma, para que así intercedas mejor por nosotros, pobres pecadores.
Llenos de confianza en tu poder y en tu bondad, y sabiendo que, como Madre buena, oyes los ruegos de tus hijos y de tus hijas, te suplicamos con todo el fervor de nuestro corazón, que no nos dejes de tu mano, porque, si tú nos dejas, nos perderemos para siempre.
¡No nos abandones y danos fortaleza, Santa Madre de Dios!
Para luchar contra las malas inclinaciones de nuestra naturaleza, herida por el pecado.
Para dominar las miradas peligrosas, y para impedir las conversaciones atrevidas.
Para apartarnos de compañías que nos lleven al pecado; para cumplir decididamente nuestros deberes de trabajo y estudio.
Para ser buenos y leales con los que convivimos y amigos, caritativos y atentos con los pobres y los enfermos, constantes y devotos en la recepción de los sacramentos de Confesión y Comunión.
Danos fortaleza para luchar y vencer;
¡Oh celestial vencedora de todas las batallas de Dios!
Y concédenos que los que hoy nos hemos reunido ante Ti para haceros entrega de todo nuestro ser mediante esta consagración, cantar tus alabanzas y pedir tu protección, nos reunamos un día en la gloria del paraíso para ofrecer contigo nuestro amor a tu Hijo y Señor Jesucristo, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.
PÍDELE A LA VIRGEN MARÍA
Pídele a María
Julia E. Gómez Caride de Mouriño
Pídele a María,
piensa en María,
mira a María
dando a luz La Luz.
Ella es Su Madre y la nuestra,
Ella enseña y acompaña,
Ella nos ama y cobija,
Ella le pide a Jesús.
Ella es Su Madre y la puerta,
Ella ilumina el puente,
Ella nos tiende la mano,
Ella nos lleva a Jesús.
Pídele a Maria,
nuestra Mediadora,
piensa en María,
nuestra Auxiliadora,
mira a María,
nuestra Alegría
Ella nos lleva al Santuario,
Su Sagrario.
PIENSO EN LA VIRGEN MARÍA
Pienso en María
Rafael Ángel Marañón
Siempre pienso en María, pues nada hay más hermoso
Que tenerla por madre y noble valedora,
Y confiar tranquilo a salvo y virtuoso
Disfrutando su amor con gozo a toda hora.
Todo toma en sus manos brillo resplandeciente,
Todo toma una forma y aspecto acogedor,
Todo parece fácil si la tengo presente,
Y en su seguro seno me armo de valor.
Siempre presente en mí, con ella también gozo
La dicha que abastece su inagotable fuente,
Do tengo mi confianza y tengo mi alborozo,
Y en sus manos benditas reposa ya mi mente.
Como volcán que surge de la profunda tierra,
Así mi amor se crece hacia María amante,
Pues su calor me lleva al fuego que destierra
Los miedos de mi alma, a mi Cristo triunfante.
Ahora en paz serena, con santa reflexión
Adoro al Dios del Cielo pues Cristo me ha salvado,
Y de María en los brazos, por la divina unción
Reposo en paz y calma, ya libre del pecado.
PEREGRINO CON MARÍA
Peregrino con María
Rafael Ángel Marañón
Sé que estaré a tu lado de una u otra forma,
Dejando el fatigoso bregar de peregrino,
Gozando de tu amor sin código ni norma,
Habiendo ya llegado al fin de mi camino.
Ya he dejado mis huellas en la arena del mundo
Y en el nombre de Cristo y en tu amparo María
Caminé en confianza con talante jocundo,
Sin temer las tormentas bajo tu tierna guía.
He creído seguro a pesar de mi culpa,
Pues siempre notaba que vivía protegido
Por el amor profundo de María que no inculpa,
Y el poder infinito del Cristo prometido.
He resistido siempre los ataques del mal
Con el hijo bendito, el Cristo del Creador,
Dirigiendo mis ojos al agudo puñal,
Que María sufriera sumisa a su Señor.
No quiero más casuísticas, ni anhelo otro destino,
Que en Cristo y en María yo tengo mi poder;
Ande ebrio este mundo su paso mortecino,
Que a nadie más yo quiero amar o pretender.
MI TIERNA MADRE LA VIRGEN MARÍA
Mi tierna Madre María
Padre Gabriel Medina Magallanes
Al hablar de la Santísima Virgen María, no basta con describir de lejos el misterio como un objeto científico, es necesario vivirlo desde dentro y presentarlo a quien quiera gustarlo, uniendo el sólido fundamento teológico y escriturístico con la unción religiosa y la vibración de una piedad auténtica y cordial.
Ante el Misterio de Mi Tierna Madre María no podemos quedarnos en la pura erudición, erudición que nos deje fuera del Misterio, donde domine la hojarasca verbal y la piedad poco ilustrada que se reviste de una adjetivación dulzona y vana. necesitamos un modelo cercano que nos haga familiares, íntimas y accesibles las virtudes. Por encima de sus preferencias morales,
Mi Tierna Madre María vivió su existencia en la tripe dimensión de la Fe, la Esperanza y la Caridad. Y lo hizo con la silenciosa naturalidad que es el secreto de la grandeza de los grandes santos. Pasó por las mayores pruebas y los dolores más punzantes irradiando la fortaleza de una creencia inquebrantable, de una esperanza invencible y de un amor incandescente.
Mi tierna Madre María aceptaba de buen grado el Misterio de Dios presente en su vida. El primer dolor y gozo se presenta cuando Ella ha vuelto a Nazaret después de la visita a su prima Santa Isabel. José, el humilde carpintero queda maravillado cuando advierte que su esposa va a ser madre y empieza a sufrir una duda angustiosa. El no acata a entender que se trata de una bendición del Espíritu Santo: ¡Su esposa ha concebido un hijo! El sabe que su esposa es santa... ¡Su esposa es santa, su esposa es humilde, y no le dice que aquel hijo es el Hijo de Dios! María calla dejándolo todo en las manos del Señor! José comprende que allí se realiza un Misterio elevado, y quiere dejar en libertad a su joven esposa, quiere separarse de ella. Pero el Padre del cielo vela por su siervo fiel y le convierte su pena en consuelo, en admiración y gozo.
El, el carpintero del pueblo, es elegido para esposo de la madre de Dios y padre legal del Salvador del mundo.
Así entendemos que la devoción a Mi Tierna Madre María “no consiste ni en un sentimentalismo estéril y transitorio, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe auténtica, probada, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia Nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes”. (L. G. no. 67)
lunes, 17 de noviembre de 2014
GRACIAS A DIOS POR LA VIRGEN MARÍA
Gracias a Dios por la Virgen María
Rafael Matesanz
Gracias, Señor, la Virgen
nazarena es tu Madre y mi Madre
juntamente.
A ti, te dio su carne confidente;
a mí, me da su savia de azucena.
Tú la llenaste con la gracia plena.
Ella te dio su ser enteramente.
Yo nada puedo darle: solamente
llamarla Madre inmensamente buena.
Gracias, Señor, tu dimensión materna
se llama Virgen de mirada tierna.
y es albergue de cálido cariño.
Amén.
GLORIA A LA VIRGEN MARÍA BENDITA!!
Gloria a María bendita
Rafael Ángel Marañón
Gloria a María bendita
La madre del salvador
Que nos satura de amor
Calmando temor y cuita.
No merma el hijo su gloria
Sino que se envuelve en ella,
Y por ser tan buena y bella
Le acompaña en su victoria.
De María el profundo arcano
Alabemos consecuentes,
Sin pecar de renuentes
Que es émula del cristiano.
Gloria a Cristo en su bondad;
Por que ante nuestra malicia
Nos reviste de justicia,
Salvación y santidad.
A María sin reserva,
Rindamos nuestra alabanza,
Con respeto y con templanza,
Que es sol de Jesús, y sierva.
Amén.
AL OÍDO... SOBRE LA VIRGEN MARÍA
Al oído... sobre María
Padre Tomás Rodríguez Carbajo
“Ni como Dios se imaginó más, ni como hombre pudo más”.
María es antídoto de la tristeza.
María es prototipo de la Iglesia por su fe.
La fe de María se traduce en servicio y acción.
María, nueva Arca de la Alianza, llena de Dios en su seno.
María llevó nueve meses en sus entrañas al Hijo de Dios y guardaba en su corazón lo que de Él oía.
Dios Padre hizo depender de María a Dios Hijo.
Como María estuvo presente en el nacimiento de la Iglesia debe de estar hoy en la vida de las comunidades cristianas.
“Haced lo que Él os diga” nos lo sigue diciendo María.
María es la Zurcidora de la gracia perdida.
María es acomodadora de la misericordia y el perdón.
Dios la soñó y la quiso Madre.
Quien siembra amor a María, cosecha amor a Cristo.
“La Inmaculada es el gran regalo que Dios se hizo a Sí mismo”.
“De María nunca bastante” (S. Bernardo).
“Nada hay igual a María, nadie más grande que María, sino sólo Dios” (S. Anselmo).
“Dios la ama a Ella sola más que al universo entero” (Pío IX)
“María es un “detalle” que ha tenido con nosotros el buen Dios” (M. Iceta).
María se siente amada por Dios, por eso no podía dejar de amar.
“El cristianismo no es la religión de María, pero tampoco es la religión sin María” (Pablo VI)
“María la cara que más se parece a la de Cristo” (Dante).
Gracias a María nos da vida la gracia de Dios.
FÁBULA PARA IMPACIENTES
Fábula para impacientes
La siguiente fábula del escritor chino Xue Tao es bien apropiada para las personas impacientes:
Un mandarín, a punto de asumir su primer puesto oficial, recibió la visita de un gran amigo que iba a despedirse.
-Sobre todo, sé paciente, -le recomendó su amigo- y de esa manera no tendrás dificultades en tus funciones.
El mandarín dijo que no lo olvidaría y dio gracias por el consejo.
Su amigo le repitió tres veces la misma recomendación, y cada vez, el futuro magistrado le prometió seguir su consejo.
Pero cuando por cuarta vez le hizo la misma advertencia, estalló y dijo:
-¿Crees que soy un imbécil? ¡Basta! ¡Ya van cuatro veces que me has repetido lo mismo!
-Ya ves que no es fácil ser paciente, -le contestó su amigo con calma-. Lo único que he hecho es repetir mi consejo dos veces más de lo conveniente y ya has montado en cólera.
sábado, 15 de noviembre de 2014
LA VIRGEN DE BELÉN - GRANADA, ESPAÑA
La Virgen de Belén
Granada, España
Este tema iconográfico nació en Granada hacia 1540 y desde entonces se cultivó por un buen número de autores
Por: David R. Jiménez-Muriel
En 1615 se fundaba en Granada el convento de los monjes mercedarios descalzos, una colosal obra que con los años llegó a ostentar uno de los patrimonios más altivos de cuantas fundaciones monásticas tuvo la ciudad y que con la Guerra de la Independencia y la desamortización de 1835, quedaría arruinado. Hoy en su solar se levanta el Colegio José Hurtado en la Calle Molinos y parte de sus huertas sirve para el lugar urbanístico que en Granada conocemos como los “Hotelitos de Belén”. Pero fue el encargo que recibía Alonso de Mena en 1615 el que dará nombre al Convento, al enclave que hoy día persiste y a una de las obras cumbres de su gubia y de la escuela granadina, la primera de cuantas llevaría este nombre.
Se le dio tal nombre mediante una votación que se repitió tres veces. Y por tres veces los monjes extrajeron dicha advocación para la Imagen de María que habría de ser titular del Convento. Así nacía Nuestra Señora de Belén que en el siglo XVIII llegó a protagonizar peregrinaciones como la del 8 de diciembre de 1755 rogándole por el cese de los terremotos (con epicentro en Lisboa) que tan dañinos estaban resultando. Se había valorado la hechura en 150 ducados, pero quedaron tan contentos con la labor de Alonso de Mena, que le premiaron con otros 50 más. La Virgen se sienta sobre una jamuga sosteniendo al Niño en su rodillas, siendo Éste tan rotundo, tan sensible, tan poderoso a la hora de concentrar la atención del espectador que simplemente subyuga. Mientras, la Virgen lo tapa con los pañales en un gesto dulce e íntimo que causaría especial devoción en aquella Granada barroca. Es deliciosa la mano derecha del Niño, sobre el brazo de su Madre; su pie se apoya en el cuerpo, mientras que María no deja de mirar al espectador pero dentro de un ambiente protector. Hoy en San Cecilio, es inevitable empezar con tan buena obra de arte para acordarnos del tema de Belén en la escuela escultórica granadina.
A esta sigue la que se conserva en el Museo de la Catedral de Granada, nada menos que de Alonso Cano y que tuvo que hacerla para sustituir a su famosísima Inmaculada, posiblemente la mejor pieza de formato pequeño que ha dado todo el Barroco español. Cuando entregó en 1656 tal genialidad que coronaría el facistol del Coro de la Catedral, los canónigos la extrajeron del sitio y la condujeron a la Sacristía, donde hoy día sigue vigilando la ceremonia litúrgica de los oficiantes catedralicios. Entonces Cano talla esta otra en 1664, a dos años de su muerte. Mide 46 centímetros y todo en Ella es suavidad y armonía, aunque podíamos resumirla diciendo solamente: es una obra de Alonso Cano. ¡Y ya está todo dicho! Como curiosidad, hasta el siglo XIX no se le llamó de Belén, siendo conocida hasta entonces como Virgen del Rosario.
También en el Museo catedralicio se custodia una Virgen de Belén que con permiso de Cano, la hizo el más dotado de los escultores de nuestra escuela: Pedro de Mena. De bulto redondo y de 40 centímetros, recibió culto en San Bartolomé, hasta que en 1965 pasó a la Catedral, toda vez que la vieja Parroquia Albaicinera fue cerrada. Se data hacia 1680 y la blandura y elegancia del desnudo del Niño revela la calidad de su autor.
El Museo Provincial de Bellas Artes de Granada se hizo con no pocos bienes del Convento del Santo Ángel. Es una obra de otro de nuestros genios escultóricos, José Risueño. De 50 centímetros, el creador de la Virgen de la Esperanza demostró que conocía la pintura flamenca de los Van Dyck, la amabilidad del trabajo de los escultores italianos del cuatrocento y que era era el mejor barrista que antes nunca tuvo Andalucía.
En el inconmensurable Monasterio de San Jerónimo tenemos la siguiente Virgen de Belén, procedente del extinto Monasterio de Santa Paula, de tamaño natural, sentada y con un dinámico y resuelto Niño en sus rodillas al que mira con afecto maternal. Muy novedosa, es de principios del siglo XVIII y se debe nada menos que a José de Mora, el más espiritual de cuantos imagineros tuvo el barroco español. Su extraordinaria policromía y su riquísima vestimenta deja claro el gusto artificioso del autor. Además, era procesionada en la Nochebuena por las monjas de su Convento, tradición que a muchos nos encantaría ver repetida y desde donde animo a la Hermandad de la Soledad a encabezarla.
La escuela dejaría magníficos ejemplos en Córdoba, la Catedral de Málaga, en Priego de Córdoba, en Purchil y otros lares donde fue fecunda la labor de los artistas granadinos. Pero este tema iconográfico nació en Granada de la mano de Diego de Siloe hacia 1540 y desde entonces, se cultivó con fortaleza y gran capacidad por un buen número de autores, tanto en escultura como pintura. Por eso, en la foto de arriba, traigo el sublime ejemplo de este cuadro de Alonso Cano de 1646 que conserva nuestra Catedral.
La Virgen, tal día como hoy, debía estar en estos menesteres íntimos, domésticos, maternales y desde luego, tiernos. Nuestro arte lo supo reflejar extraordinariamente y aquí los traigo yo.
MARÍA ES NUESTRA INTERCESORA
María es nuestra intercesora
¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo?
Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org
Jesús, elevado en la Cruz, nos regaló una Madre para toda la eternidad. Juan, el Discípulo amado, nos representó a todos nosotros en ese momento y luego se llevó a María con él, para cuidarla por los años que restaron hasta su Asunción al Cielo.
María se transformó así no sólo en tu Madre, sino también en la Madre de nuestra propia madre terrenal, de nuestro padre, hijos, de nuestros hermanos, amigos, enemigos, ¡de todos!.
Una Madre perfecta, colocada por Dios en un sitial muchísimo más alto que el de cualquier otro fruto de la Creación. María es la mayor joya colocada en el alhajero de la Santísima Trinidad, la esperanza puesta en nosotros como punto máximo de la Creación. La criatura perfecta que se eleva sobre todas nuestras debilidades y tendencias mundanas. ¡Por eso es nuestra Madre!.
La Reina del Cielo es también el punto de unión entre la Divinidad de Dios y nuestra herencia de realeza. Nuestro legado proviene del primer paraíso, cuando como hijos auténticos del Rey Creador poseíamos pleno derecho a reinar sobre el fruto de la creación, la cual nos obedecía. Perdido ese derecho por la culpa original, obtuvimos como Embajadora a una criatura como nosotros, elevada al sitial de ser la Madre del propio Hijo de Dios.
¡Y Dios la hace Reina del Cielo, y de la tierra también!. Allí se esconde el misterio de María como la nueva Arca que nos llevará nuevamente al Palacio, a adorar el Trono del Dios Trino. María es el punto de unión entre Dios y nosotros. Por eso Ella es Embajadora, Abogada, Intercesora, Mediadora. ¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo, el Justo Juez?. María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos, contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido. ¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella, que además es nuestra defensora ante Su Trono?.
Si tuvieras que elegir a alguien para que te defienda en una causa difícil, una causa en la que te va la vida. ¿A quien elegirías?.
Dios ya ha hecho la elección por ti, y vaya si ha elegido bien: tu propia Madre es Reina y Abogada, Mediadora e Intercesora.
¿Qué le pedirías a Ella, entonces?.
Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús. No dejes que Tus ojos se aparten de mi, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.
María se transformó así no sólo en tu Madre, sino también en la Madre de nuestra propia madre terrenal, de nuestro padre, hijos, de nuestros hermanos, amigos, enemigos, ¡de todos!.
Una Madre perfecta, colocada por Dios en un sitial muchísimo más alto que el de cualquier otro fruto de la Creación. María es la mayor joya colocada en el alhajero de la Santísima Trinidad, la esperanza puesta en nosotros como punto máximo de la Creación. La criatura perfecta que se eleva sobre todas nuestras debilidades y tendencias mundanas. ¡Por eso es nuestra Madre!.
La Reina del Cielo es también el punto de unión entre la Divinidad de Dios y nuestra herencia de realeza. Nuestro legado proviene del primer paraíso, cuando como hijos auténticos del Rey Creador poseíamos pleno derecho a reinar sobre el fruto de la creación, la cual nos obedecía. Perdido ese derecho por la culpa original, obtuvimos como Embajadora a una criatura como nosotros, elevada al sitial de ser la Madre del propio Hijo de Dios.
¡Y Dios la hace Reina del Cielo, y de la tierra también!. Allí se esconde el misterio de María como la nueva Arca que nos llevará nuevamente al Palacio, a adorar el Trono del Dios Trino. María es el punto de unión entre Dios y nosotros. Por eso Ella es Embajadora, Abogada, Intercesora, Mediadora. ¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo, el Justo Juez?. María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos, contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido. ¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella, que además es nuestra defensora ante Su Trono?.
Si tuvieras que elegir a alguien para que te defienda en una causa difícil, una causa en la que te va la vida. ¿A quien elegirías?.
Dios ya ha hecho la elección por ti, y vaya si ha elegido bien: tu propia Madre es Reina y Abogada, Mediadora e Intercesora.
¿Qué le pedirías a Ella, entonces?.
Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús. No dejes que Tus ojos se aparten de mi, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.
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