viernes, 20 de enero de 2017

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 20


La Virgen fue pobre y vivió pobremente; no poseyó ni ambicionó bienes. María fue pobre de bienes, pero inmensamente rica en dones.
Esta verdad nos enseña que la escala de valores del Evangelio no condice con la del mundo. Será muy conveniente que, de cuando en cuando, vayamos cotejando nuestra propia escala de valores con la que Cristo nos señala en el Evangelio, la misma que María vivió con fidelidad.
María, que llamada por Dios para ser Madre, fuiste la “llena de gracia”, haz que valoremos las gracias que Dios no deja de regalarnos.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES


jueves, 19 de enero de 2017

EL BUEY EL MOSQUITO


El buey y el mosquito



La gente tiene a menudo una imagen inflada de sí mismo: desea con ardor que los resultados de su actuación estén a la altura de la efigie que tienen de su persona. Y, como es raro que se dé esa adecuación, la gente reacciona entre frustrada y resentida. Estamos al borde de la locura, metidos en la neblina de la alucinación (Larrañaga).

En el cuerno de un buey se posó un mosquito. Luego de permanecer allí largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba de que por fin se marchase. El buey le respondió: —Ni supe que habías venido, ni lo notaré cuando te vayas. Esopo.

Según santo Tomás de Aquino, Cristo nos recomendó por encima de todo la humildad, por esta razón: porque con ella se anula el principal impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus gracias, y las retira cuando ella desaparece.


* Enviado por el P. Natalio

LA VIRGEN DE GUADALUPE LLORÓ EN ACAPULCO? SACERDOTE MEXICANO ACLARA LOS HECHOS


¿La Virgen de Guadalupe “lloró” en Acapulco? Sacerdote mexicano aclara los hechos
Por Diego López Marina



GUERRERO, 18 Ene. 17 / 04:32 pm (ACI).- La semana pasada los pobladores de la colonia Sinaí, en el puerto de Acapulco en México, aseguraron haber visto una imagen de la Virgen de Guadalupe derramando “lágrimas” en, al menos, tres ocasiones. Sin embargo, el hecho ha sido explicado por el asesor de prensa de la Arquidiócesis, P. Juan Carlos Flores Rivas, quien indicó que “no hubo tal fenómeno sino que se debió a cuestiones atmosféricas”.

La dueña de la estatua, Guadalupe Hernández, dijo a la agencia Efe que el suceso ocurrió los días 10, 11 y 12 de diciembre, y accedió a que la imagen sea puesta en observación durante un mes en la parroquia con jurisdicción en el caso, la del Perpetuo Socorro, para hacer las investigaciones del caso.

El P. Juan Carlos Flores Rivas, explicó a ACI Prensa que la imagen en cuestión “fue devuelta a su propietaria después de haber sido examinada por el párroco de la jurisdicción”, el P. Octavio Gutiérrez.

Según lo relatado por el P. Flores, lo que sucedió con la imagen fue el resultado de factores atmosféricos y no un hecho sobrenatural.

“El material del que está hecho la imagen, que son resinas, tuvo que haber captado la fuerte humedad de la ciudad de Acapulco y por eso se presentó este fenómeno de exudación, como si fueran unas lágrimas”, aseveró.

“Ciertamente se trata de una imagen que ya estaba en malas condiciones porque al caerse tuvo que ser reparada. Presenta los signos de una reparación mal hecha y eso provocó el fenómeno”, subrayó.

El sacerdote dijo también que los pobladores que vieron lo ocurrido “no aceptan el dictamen del párroco” a pesar de que él mismo les confirmó a través de un acta que “no hubo tal fenómeno”.

“No creo que se trate en este caso, de un fraude, porque no alcanzamos a ver en las personas malicia o mala voluntad”, precisó el P. Flores.

TODOS LO LLAMAMOS PADRE


Todos lo llamamos padre
La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada 


Fuente: Tiempos de Fe, año 1, No. 6, 




Todos lo llamamos padre

Características de la paternidad divina

Nuestro Credo comienza con la frase: Creo en Dios, Padre, todopoderoso, que resume la sustancia del mensaje Jesucristo: la llegada del reino de Dios, que él mismo llamó "Su padre" y al que no se enseñó y  permitió  invocar como nuestro Padre.

La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada "padre de los dioses y de los hombres". Consideración ésta de la que se hace eco el Catecismo de la Iglesia Católica.

El concepto de padre, presenta a "dios" como origen y principio de unidad del universo. El padre es el origen del que depende la propia existencia (Zeus-Júpiter, el padre de los adioses y hombre). Más profundamente el Antiguo Testamento habla de Dios Padre del Dios de Abraham.... No por genealogía natural sino por elección histórica.


Esta paternidad indica que:

Dios es origen primero y único de todo: es Creador.

Es autoridad trascendente.

Trasciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni es mujer, es Dios. En Él no hay lugar para la diferencia de los sexos.

 Nadie es Padre como lo es Dios, trasciende la paternidad maternidad humana.

La paternidad de Dios se concibe  como la acción salvadora realizada en la historia y que da origen al pueblo, como su pueblo.

La idea de la elección presupone que Dios en el señor de todo, el padre que lo creó todo y que por eso es el fundamento y dueño de todo.

Hay una semilla de lo que será el Padre  de Jesucristo: Si mi Padre y  mi Madre me abandonaran, Yavhé me recogerá.

El Nuevo  Testamento  es la culminación de la antigua al designar a Dios como Padre en palabras del mismo Jesús.

Es Padre en sentido nuevo: no sólo en cuanto Creador, es eternamente Padre en relación a su Hijo único, que recíprocamente solo es Hijo  en relación a su Padre.

Lo llama así porque alude al núcleo de la anuncio de Cristo y de toda su conducta: el mensaje de la llegada del reino de Dios, que tiene su origen en Dios y que es pura gracia y misericordia. En la parábola del hijo pródigo la salvación está en el retorno al padre.

Es Jesús que nos revela a Dios como padre en relación a él como hijo y al espíritu. Nos descubre la Trinidad divina. Y es Jesús el que nos faculta a llamarle también padre. 

El trato de Jesús es realmente familiar, "Abba" de intimidad personal. Escandaloso en boca de los judíos.

El padre es el origen y el fin de la obra redentora de Cristo. Es el origen el contenido de la revelación y el hijo es el revelador del padre porque él ve al padre. 

Con el término padre, en continuidad con Antiguo  Testamento, designa a Dios como un ser personal que actúa y habla libremente en la historia y entró en la alianza con los hombres: tiene un rostro personal concreto, tiene un nombre y puede ser llamado por su nombre. Por eso todos, los cercanos y los lejanos le llamamos Padre,  pues somos hechura de sus manos y objeto de su Providencia y a todos  por igual nos acoge en su regazo con la ternura de un padre para con sus hijos.


Conclusión

Designar a Dios con el nombre de "Padre", indica principalmente dos aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la maternidad que indica más expresivamente la inmanencia de Dios.

POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL


¡Por Cristo, con Él y en Él! 
¿quién debe decir esas palabras en Misa?
La manera de celebrar la misa no sale de lo que a cada quien se le ocurra. Hay unos criterios básicos que son necesarios cumplirlos a cabalidad.


Por: Qriswell J. Quero | Fuente: PildorasDeFe.net // fraynelson.com 




Tal vez has participado de alguna Santa Misa en la que has presenciado que la comunidad, espontáneamente, y cuando se termina la Plegaria eucarística, se une en oración al Sacerdote celebrante y pronuncian las palabras "Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén"

En otros casos, ha sido el Sacerdote mismo quien anima a la comunidad a DECIR JUNTOS esa Doxología; pero realmente, ¿quién debe decir estas palabras? ¿Únicamente el Sacerdote? ¿La comunidad y el sacerdote?

Para responder a esta pregunta, nos dirigimos a una respuesta dada por Fray Nelson Medina, Sacerdote predicador de la Orden de los Dominicos, en la que explica el uso correcto de esta Doxología durante la celebración de la Santa Misa

Forma correcta de celebrar Misa
La manera de celebrar la misa no sale de lo que a cada sacerdote se le ocurra. Hay unos criterios básicos que son necesarios porque ni el sacerdote ni ninguna comunidad particular pueden considerarse "dueños" de la Misa.

La "manera de celebrar" la indican los misales que se usan en las parroquias e iglesias a través de un documento que se llama la "Instrucción general del Misal Romano," usualmente abreviado IGMR, que todos puede consultar haciendo Clic aquí



El numero 151 de la IGMR dice textualmente:

"Después de la consagración, habiendo dicho el sacerdote: Este es el Sacramento de nuestra fe, el pueblo dice la aclamación, empleando una de las fórmulas determinadas. Al final de la Plegaria Eucarística, el sacerdote, toma la patena con la Hostia y el cáliz, los eleva simultáneamente y pronuncia la doxología él solo: Por Cristo, con Él y en Él. Al fin el pueblo aclama: Amén. En seguida, el sacerdote coloca la patena y el cáliz sobre el corporal"

No hay entonces margen de duda: esas palabras ha de decirlas solamente el Sacerdote.

Alguien puede estar en desacuerdo y aducir algunas razones sobre por qué las cosas deberían ser de otro modo. Pero podemos imaginar lo que sucede si cada uno pretende imponer lo que considera que debería hacerse.

Y no hay que imaginar mucho: ya esos caprichos los vimos en los años inmediatamente posteriores al Concilio Vaticano II, incluyendo el caso de sacerdotes que creían que la misa "debería" celebrarse con tortillas de maíz.

Como no hay necesidad de volver a esos tiempos y a esas discusiones, lo mejor es que todos comprendamos que la liturgia es un bien público de nuestra fe y que merece amor, cudiado y respeto.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 19 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 19



María Santísima, como Jesús, su hijo, fue mansa y humilde de corazón. Su interior estuvo siempre en calma, aun en los momentos más atribulados. Al pie de la cruz, como la imagen de la fortaleza más grande, se mantuvo firme, sin desmayar.
Acudamos a la Virgen, mansa y serena, buena, amable y bondadosa, sabiendo que seremos bien recibidos y escuchados.
María, Madre nuestra, a ti recurrimos confiados como hijos pequeños para recibir de tus manos la paz del corazón.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ JUEVES


miércoles, 18 de enero de 2017

LA SOLEDAD, COMPAÑERA DE VIDA


La soledad, compañera de vida



La soledad es un sentimiento que nos llena el alma de un silencio frío y oscuro si no la sabemos encauzar. Hay rostros surcados de arrugas, de piel marchita, de labios sin frescura, de ojos empequeñecidos, turbios y apagados que nos hablan por sí solos de la soledad. Si sus voces nos llegaran nos dirían de su cansancio, de su miedo, pero sobre todo de su soledad....

Pero no hace falta que seamos ancianos para que en la vida nos acompañe la soledad.

La soledad del sacerdote, aún los más jóvenes, con sus votos de obediencia, pobreza y castidad, pero a veces es más dura la soledad de su propio corazón, que aunque ayudado por la Gracia de Dios no deja de ser humano. Tienen que consolar a los seres que llegan hasta ellos con sus penas, con sus problemas pero su corazón no puede aferrarse a ninguna criatura de la tierra y a veces se sienten solos, muy solos, tan solo acompañados de una gran soledad

La soledad en la adolescencia, duele profundamente por nueva, por incomprensible... Los padres se están divorciando, se quiere a los dos, se necesita a los dos, pero para ellos parece que no existe ese ser que no acaba de comprender y que está muy solo. Ellos tienen sus pleitos, su mal humor. La mamá siempre llorando, el papá alzando la voz... para él nada... tal vez lamentan hasta que hayan nacido. Si se divorcian será un problema ¿Qué será de él? ¡Qué gran soledad, qué amarga soledad!

Las monjas misioneras, los misioneros, lejos de sus seres queridos y en tierras extrañas.

Y la soledad en algunos matrimonios, esa soledad que ahoga, que asfixia... que como dice el poeta: "es más grande la soledad de dos en compañía". El hombre de grandes negocios, empresario importante, magnate en la sociedad que parece que lo tiene todo pero que en el fondo vive una gran soledad.

La soledad de las grandes luminarias siempre rodeadas de personas y siempre solas... Las esposas de los pilotos, de los marinos, de los médicos, saben de una gran soledad y ellos a su vez, en medio del cumplimiento del deber, también están solos. La soledad de las personas que han perdido al compañero o compañera de su vida, ese quedarse como partido en dos porque falta la otra mitad, ese no saber cómo vivir esas horas, ahora tan vacías, tan tristes, tan solas...

Si no convertimos esa soledad en compañía para otros seres quizá, más solos aún que nosotros mismos, si no llenamos ese vacío y esas horas con el fuego de nuestro amor para los que nos rodean y nos necesitan, esa soledad acabará por aniquilarnos, ahogándonos en el pozo de las más profunda depresión.

En realidad todos los seres humanos estamos solos. La soledad está en nuestras vidas pero hay que saber amarla. Si le tenemos miedo, si no la amamos y no aprendemos a vivir con ella, ella nos destruirá. Si le sabemos dar su verdadero sentido, ella nos enriquecerá y será la compañera perfecta para nuestro espíritu. Con ella podremos entrar en nuestra alma, con ella podremos hablar con nuestros más íntimos sentimientos.

Ella nos ayudará, ella, la soledad bien amada y deseada a veces, nos llevará al encuentro de nuestra propia identidad y luego al mejor conocimiento de Dios, que llenará nuestras vidas porque Él es todo amor.


Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net

LA SALVACIÓN SE DECIDE EN LA PRÁCTICA


La salvación se decide en la práctica
Los primeros para Dios son con frecuencia los últimos para los hombres. Porque Dios no juzga según las apariencias, sino que ve en el corazón.


Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer 




En el libro de Isaías del Antiguo Testamento se anuncia la reunión de todas las naciones, lenguas y razas en un solo pueblo elegido. En el Nuevo Testamento, Jesús dice a sus paisanos que vendrán extranjeros del norte y del Sur, de Oriente y Occidente, para sentarse a la mesa del Reino de Dios.

Esta universalidad de la salvación de Dios nos deja todavía sin saber nada acerca del número de los que se salvarán. Nos basta con saber que Dios llama a todos, que la puerta que conduce al Reino es estrecha y puede cerrarse en cualquier momento. Lo único importante es la conversión al Evangelio. Todo lo demás es simple curiosidad que nos distrae peligrosamente.

El Evangelio es salvación para los que lo escuchan responsablemente, sean o no descendientes de Abrahán o católicos desde su nacimiento. Escuchar responsablemente el Evangelio es vivirlo, practicarlo en la vida de cada día.

Y esto no es nada fácil. Por eso dice Jesús que la puerta es estrecha y que sólo los que se esfuerzan entraran por ella en el Reino de Dios.

No basta con escuchar sermones o ir a misa todos los domingos. No son las prácticas piadosas las que nos van a salvar. Todo esto tiene su valor, pero sólo cuando nos ayuda y anima a vivir nuestra fe en la vida de cada día: en nuestra vida personal y familiar, nuestra vida social y profesional, nuestra vida política...

El último día, el Señor reconocerá sólo a aquellos que ahora y aquí lo reconocen en los hombres. Reconocer a Jesús en los hombres, es reconocer la dignidad de cada ser humano, respetar sus derechos, tener en cuenta sus necesidades y, sobre todo, solidarizarse con los pobres, los marginados, los oprimidos. Cualquier cosa que hagamos a uno de estos, al Señor mismo se lo estamos haciendo.

“Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos”. Llegará el gran Día del juicio, y entonces vendrá la sorpresa implacablemente sobre muchos que se creyeron los verdaderos cristianos.

Y estos, que se tuvieron a sí mismos por los primeros, dirán: “Señor, ábrenos”. Y el Señor les contestará: “No sé quienes sois”. Y ellos comenzarán a decir: “Hemos comido tu pan y bebido tu sangre, tu Evangelio se ha predicado en nuestras iglesias.”
Pero el recuerdo de todas estas prácticas religiosas no servirá de nada si no va acompañando de la prueba verdaderamente decisiva en el juicio: del amor a los demás, sobre todo a los necesitados.

Llegará el gran Día del juicio, y entonces vendrá felizmente la sorpresa sobre muchos hombres de oriente y occidente, del norte y del sur. Son los que practicaron en el mundo el mensaje cristiano del amor.
Por eso, el Señor les abrirá la puerta, los sentará a su mesa y les dirá: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui peregrino, y me acogisteis...”

Los primeros para Dios son con frecuencia los últimos para los hombres. Porque Dios no juzga según las apariencias, sino que ve en el corazón.

Hay un cristianismo oficial que es bueno cuando expresa auténticamente en palabras y obras las actitudes de la fe, la esperanza y el amor pero que es vana hipocresía cuando no es así.
En cambio, hay otro cristianismo sin nombre, anónimo, que no se expresa en ritos y palabras, pero que realiza en la vida el mensaje de Cristo.

La verdad cristiana es eminentemente práctica. Consiste en la conversión del hombre hacia un orden nuevo, en el que habita la justicia, la paz, la fraternidad y el amor. Los hombres que trabajan por estos valores, se salvarán y ascenderán a los primeros puestos.

Queridos hermanos, esforcémonos para que Dios nos encuentre también entre ellos y nos deje entrar en su Reino celestial.

Preguntas para la reflexión

1. ¿Cómo vivo mi cristianismo durante la semana?
2. ¿Qué acciones hago en pro de los necesitados?
3. ¿Se nota mi cristianismo en mi ambiente laboral, familiar…?

PAPA FRANCISCO: CUANDO LAS COSAS SE VUELVAN OSCURAS, RECEN MÁS


Papa Francisco: Cuando las cosas se vuelvan oscuras ¡recen más!
Por Álvaro de Juana
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



VATICANO, 18 Ene. 17 / 05:01 am (ACI).- La esperanza y la oración, dijo el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles, van de la mano y ayudan a descubrir al verdadero Dios. "La oración te lleva adelante en la esperanza y cuando las cosas se vuelven oscuras, más oración", dijo ante miles de fieles.

En su nueva catequesis, el Pontífice explicó que “en la Sagrada Escritura, entre los profetas de Israel, destaca una figura un poco anómala, un profeta que intenta sustraerse a la llamada del Señor rechazando ponerse al servicio del plan divino de salvación: el profeta Jonás”.


“Es un profeta ‘en salida’ que Dios envía ‘a la periferia', a Nínive, para convertir a los habitantes de esa gran ciudad”, explicó. “En Nínive, para un israelita, Jonás representaba una realidad amenazante, el enemigo que ponía en peligro a la misma Jerusalén”. Y por eso, “cuando Dios manda a Jonás a predicar en esa ciudad, el profeta, que conoce la bondad del Señor y su deseo, busca sustraerse a su misión y huye”.

Francisco entonces señaló que el comportamiento de Jonás permite reflexionar sobre la “esperanza y la oración”.

“Durante la travesía de Jonás en el mar, comienza una terrible tempestad, y Jonás baja a la bodega del barco y se abandona al sueño. Los marineros, sin embargo, viéndose perdidos, ‘invocaron a su propio Dios’”, dijo el Papa. “El capitán del barco despertó a Jonás y le pidió que orase a su Dios”, añadió.

“La reacción de estos paganos es la justa reacción delante de la muerte, porque es entonces cuando el hombre vive una experiencia completa de la propia fragilidad y de la propia necesidad de salvación”.

En definitiva, “el instintivo horror de morir despierta la necesidad de esperar en el Dios de la vida” y la “esperanza se convierte en oración”.

El Santo Padre alertó que “demasiado fácilmente desdeñamos el dirigirnos a Dios en la necesidad como si fuese solo una oración interesada, por tanto, imperfecta. Pero Dios conoce nuestra debilidad, sabe que nos acordamos de Él para pedir ayuda y con la sonrisa indulgente de un padre responde de manera benevolente”.

“Cuando Jonás, reconociendo las propias responsabilidades, se arroja al mar para salvar a sus compañeros de viaje, la tempestad se calma. La muerte inminente ha llevado a aquellos hombres paganos a la oración, ha hecho que el profeta viviese su propia vocación al servicio de los otros aceptando sacrificarse por ellos, y ahora conduce a los sobrevivientes al reconocimiento del verdadero Señor y a su alabanza”.


El Papa subrayó que la esperanza “se revela entonces más potente y opera una realidad que va también más allá de cuanto se esperaban: no solo no mueren en la tempestad, sino que se abren al reconocimiento del verdadero y único Señor del cielo y de la tierra”.

“Así, bajo la luz del misterio pascual, la muerte puede convertirse, como fue para San Francisco de Asís, en ‘nuestra hermana muerte’ y representar, para cada hombre y para cada uno de nosotros, la sorprendente ocasión de conocer la esperanza y de encontrar al Señor”.

Para terminar, el Papa recordó que “más tarde, el rey de Nínive tras oír la predicación de Jonás, se confía a la misericordia divina y llama a todos a la oración y a la penitencia, salvando así la ciudad”.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 18 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 18



María amó a todos sin excepción y a todos les deseó el bien y el mayor bien que se puede desear: el amor de Dios. Porque, comparado con el amor de Dios, todo lo demás resulta insignificante, por valioso que se lo quiera suponer.
Y así, María por todos oró, por todos sufrió, por todos entregó a su Hijo, para que a todos salvara y redimiera.
Esta universalidad del amor de María es fiel modelo de lo que debe ser nuestro amor cristiano. El verdadero amor no es envidioso, no busca las cosas propias, sino que busca el bien de los demás. El verdadero amor cristiano debe ser definido como la entrega de sí mismo a los demás a imitación de María, que se entregó a sí misma y al que quería más que a sí misma: su Hijo Jesús.
María, que con amor te uniste a la entrega de tu Hijo, ayúdanos a entregarnos en el servicio a los hermanos.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MIÉRCOLES!!

martes, 17 de enero de 2017

ABRIR EL CORAZÓN



Abrir el corazón



La sinceridad es una virtud exigente, ya que puedes faltar a la verdad de distintas y sutiles maneras. Por ejemplo, con la simulación, que es mentir con los hechos, o con la hipocresía pasando por lo que no eres, o con jactancias atribuyéndote excelencias que no posees, o con adulaciones cuando engañas para sacar algún provecho de los otros.

Abrir el corazón es ser sincero por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables. Es un acto de generosidad con los demás y un ejercicio de honestidad con nosotros mismos. Es apuntar a lo más sublime de nuestro ser, reconociendo en los demás aquello que también está en nosotros. Es sembrar ahora mismo la semilla selecta que hemos guardado para un mejor momento. Es seguir el impulso de lo noble, justo y recto que hay en ti. Deja hablar al corazón, porque ése es el mejor maestro que te llevará a un conocimiento más profundo.

Vivir con sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te cueste; a no mentir para salir de una dificultad o librarte de una responsabilidad; a no mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino exigente de grandeza moral.


* Enviado por el P. Natalio

PAPA FRANCISCO: EVITE SER CRISTIANOS PEREZOSOS



Papa Francisco: Eviten ser cristianos perezosos “estacionados” en la Iglesia
Por Miguel Pérez Pichel
Foto L'Osservatore Romano



VATICANO, 17 Ene. 17 / 06:26 am (ACI).- En la homilía de la Misa que celebró esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco llamó a los cristianos a llevar “una vida valiente” en contraposición de los cristianos perezosos que están “estacionados” en la Iglesia.

El Santo Padre pidió evitar ser “cristianos perezosos, cristianos sin voluntad de andar adelante, cristianos que no luchan por cambiar las cosas, por hacer cosas nuevas, cosas que nos harían bien a todos, cristianos ‘estacionados’ que encuentran en la Iglesia un buen parking” (estacionamiento/parqueadero).


Francisco aclaró: “cuando digo cristianos, me refiero a los laicos, a los sacerdotes, a los obispos, a todos”. Para esos cristianos perezosos, “la Iglesia es un parking que custodia la vida y siguen adelante con todas las garantías posibles”, sin preocuparse.

“Esos cristianos cerrados me hacen pensar en una cosa que de niños nos decían a los abuelos: ‘Procura que el agua no se estanque, la que no corre es la primera en corromperse’”.

El Pontífice resaltó que “este es el mensaje de hoy: tengan esperanza, esa esperanza que no decepciona, que va más allá. Una esperanza que sea un ancla firme para nuestra vida. La esperanza es el ancla: la tiramos y nos aferramos a la cuerda. Esa es nuestra esperanza. La esperanza no es pensar que, ‘sí, existe el cielo, qué bueno, ya me quedo’. No, la esperanza es luchar, aferrarse a la cuerda para llegar a nuestro destino. En la lucha de cada día, la esperanza es una virtud de horizontes, ¡no de encerrarse!”.

El Pontífice reconoció que la esperanza “quizás sea la virtud que menos se entiende, pero es la más fuerte. La esperanza: vivir en esperanza, vivir de esperanza, siempre mirando adelante con valentía. Alguno podrá decirme: ‘Sí, Padre, pero hay momentos duros, donde todo parece oscuro. ¿Qué debo hacer en esos momentos?’. ‘¡Agárrate a la cuerda y amárrate!’”.

“Debemos hacernos esta pregunta: ¿Cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? ¿Es una vida de horizontes, de esperanza, de valentía, de ir adelante, o es una vida tibia que ni siquiera es capaz de soportar los malos tiempos?”.

Francisco finalizó con una petición: “que el Señor nos dé la Gracia para superar nuestro egoísmo, porque los cristianos cerrados, los cristianos ‘estacionados’ son egoístas. Se miran solo a sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirarlo a Él. Que el Señor nos dé esta gracia”.


Lectura comentada por el Papa Francisco:

Hebreos 6:10-20
10 Porque no es injusto Dios para olvidarse de vuestra labor y del amor que habéis mostrado hacia su nombre, con los servicios que habéis prestado y prestáis a los santos.
11 Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la misma diligencia para la plena realización de la esperanza,
12 de forma que no os hagáis indolentes, sino más bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia, heredan las promesas.
13 Cuando Dios hizo la Promesa a Abraham, no teniendo a otro mayor por quien jurar, juró por sí mismo
14 diciendo: ¡Sí!, te colmaré de bendiciones y te acrecentaré en gran manera.
15 Y perseverando de esta manera, alcanzó la Promesa.
16 Pues los hombres juran por uno superior y entre ellos el juramento es la garantía que pone fin a todo litigio.
17 Por eso Dios, queriendo mostrar más plenamente a los herederos de la Promesa la inmutabilidad de su decisión, interpuso el juramento,
18 para que, mediante dos cosas inmutables por las cuales es imposible que Dios mienta, nos veamos más poderosamente animados los que buscamos un refugio asiéndonos a la esperanza propuesta,
19 que nosotros tenemos como segura y sólida ancla de nuestra alma, y que penetra hasta más allá del velo,
20 adonde entró por nosotros como precursor Jesús, hecho, a semejanza de Melquisedec, Sumo Sacerdote para siempre.

LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 17 DE ENERO


Los cinco minutos de María
Enero 17



Siendo fiel a la Virgen, soy fiel a Cristo; si no reniego de María, no niego a Cristo; y si no niego a Cristo, no seré negado por Cristo ante el Padre.

Pero la mejor forma de que el Padre no me niegue es presentarme ante Él de la mano de María. Un buen método para conocer al hijo es conocer a la madre; la calidad del trigo se mide por la selección de la espiga; repitamos, pues, el clásico adagio: “A Jesús por María”.

María, que fuiste fiel al Padre siguiendo a Jesucristo, ayúdanos a continuar este camino.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ MARTES


lunes, 16 de enero de 2017

MARÍA Y JOSÉ


MARÍA Y JOSÉ 


Descubramos un factor decisivo que une a María y José: ambos viven la obediencia de la fe que los apremia a ensanchar sus horizontes y a consentir a un designio que da una orientación nueva a sus vidas. La búsqueda de la voluntad de Dios puede deparar sorpresas, quizá obligue a redefinir papeles, pero podemos dar por seguro que compacta la unión. Estar bien con Dios une.

Años más tarde el "niño" se queda en Jerusalén. María y José no caen en una tentación fácil de la vida en pareja: la de reprocharse uno a otro el problema que se ha creado; tal recriminación mutua no remedia nada y genera un nuevo problema. José y María buscan juntos y sufren juntos: «Hijo -dirá María a Jesús- ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te buscábamos angustiados» (Lc 2,48). 

Ambos esposos viven una intensa comunión de sentimientos.
Hay, en fin, un nuevo motivo que crea unión: el ejercicio compartido de la misión. Tras encontrar a Jesús en el templo, bajaron a Nazaret, y Jesús «siguió bajo su autoridad» (Lc 2,51). Hasta la mayoría de edad, vivirá bajo una autoridad que –como dice la etimología de la palabra–  "hace crecer". Es que sólo sabe mandar quien ha sabido obedecer. Y nosotros lo hemos visto, María y José sabían obedecer.


Pablo Largo Domínguez

CÓMO DAR TESTIMONIO CRISTIANO? PAPA FRANCISCO RESPONDE


¿Cómo dar testimonio cristiano? Papa Francisco da las claves al visitar una parroquia
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano
VATICANO, 16 Ene. 17 / 07:54 am (ACI).- Durante la visita que el Papa Francisco realizó a la parroquia de Santa María en Seteville, a las afueras de Roma, respondió a preguntas que le formularon los jóvenes que asisten a catequesis. “El testimonio cristiano se hace con la palabra, con el corazón y con las manos”, subrayó.

“He escuchado que aquí en Roma que la Confirmación es el ‘sacramento de la despedida’. Después de la Confirmación no nos vemos más”. “¿Es esto verdad?”, preguntó.



“El hecho de que estén hoy aquí es una gracia del Señor. No hagan de este sacramento el sacramento del ‘adiós’ hasta que se casen. Tantos años sin una comunidad… Y ustedes han sido elegidos del Señor para hacer comunidad”.

El Papa invitó también a hablar de Dios con alegría porque “cuando escucho a la gente hablar del Señor lo hacen con cierta tristeza. Él ha dicho alegría. Este es el secreto. Hablar del Señor con alegría, y esto se llama testimonio cristiano”.

“El testimonio cristiano es hablar con el Señor con alegría, pero también con la alegría de la propia vida, es decir, hacer con mi vida lo que dice el Señor”.

“Si yo digo que soy católico y voy todos los domingos a Misa’, pero después con mis padres no hablo, los ancianos no me interesan, no ayudo a los pobres, no voy a ayudar a los enfermos… ¿qué testimonio de vida es?”, dijo a los jóvenes que le escuchaban.

ACEPTA LOS CONTRATIEMPOS


Acepta los contratiempos



Cuántas pequeñas contrariedades pasan cada día pueden desestabilizarte, ponerte de mal humor, amenazando oscurecer toda tu jornada. Hoy te ofrezco una oración muy buena del P. Víctor Fernández para disponerte a sobrellevar con paciencia y en paz estos incidentes, sin que te envuelvan en su negatividad.

Señor, acepto que hoy no sea un día perfecto, ya he aprendido que esta tierra todavía no es el cielo. Sólo te pido que mi vida no sea inútil, que lo que yo viva hoy sirva para algo. No pretendo que todo sea fascinante en este día, y quiero regalarte con amor todo pequeño cansancio, sufrimiento, contratiempo o dificultad que deba soportar. Te ofrezco, Señor amado, todo lo que me pueda desagradar en esta jornada, te lo entrego con amor, así como tú te entregaste entero, hasta el fin, en la cruz. Dame mucha paciencia, Señor mío, para poder responder al mal con el bien, para no entrar en una espiral de violencia, para aceptar con calma todo lo que me perturbe en mi relación con los demás. Te lo entrego todo a ti. Recíbelo, Señor.

Una persona te falla a una cita sin avisar, una comunicación que no puedes hacer porque nadie atiende el teléfono, la comida es insuficiente y no de tu gusto, etc., son situaciones que requieren calma y buen humor para no perturbarte. Puedes fortalecer tu decisión repitiendo: “Ayúdame, Señor, a mantenerme sereno y tranquilo”.


* Enviado por el P. Natalio
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