jueves, 28 de junio de 2018

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 27 JUNIO


Nardo del 27 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, confianza y amor!

Meditación: Jesús, mi corazón se ha puesto triste...porque Tú, que tanto nos quisiste, que nos redimiste, nos miras a través de los siglos y nos dices lleno de dolor y de amor: "...la falta de confianza lastima mis entrañas...". Señor, Tú sabes lo que siento cuando te veo clavado y muriendo por Amor, pero sin recibir amor, pues hoy nuevamente te lo negamos. No confiamos en Vos, no creemos que eres el único Dios, no vivimos para Vos, pues si te amáramos confiaríamos en Ti, y Tú serias nuestro único descanso. Señor, mi amado, Tu sabes que te amo y que por ti clamo, pero también sabes cuan pequeño es mi amor, pues muchas veces te he negado. Hoy Te pido perdón, y como sabes bien que Tú eres mi querer, te pido que aumentes mi fe, que me bañes en el manantial de Tu amor, para ser así el más fiel a mi Rey. Que sea como Tu Mamá: fiel por toda la eternidad. Y hoy te digo despacito y al oído, a Ti, Mi Cristo, a Ti, Mi Señor Bendito: "Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío. Sé mío".

Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Digamos varias veces al día "Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío, más aumenta mi fe".

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 26 JUNIO


Nardo del 26 de Junio
!Oh Corazón Sagrado, amado reposo de las almas!

Meditación: ¿Sabes, Señor?, cuando te miro Tu sabes que sonrío, pues veo Tu Dulzura y Poder. Yo sé que eres mi Rey, sé cuánto me conoces y me quieres, que estás junto a mi y me sigues, que evitas que caiga, y que consuelas mi alma. Cuando tengo dolor, cuando la oscuridad me quiere atrapar, Te me acercas y Tu mano me das, y es entonces cuando siento cuánto me cuidas. Y me dices: "descansa ya, pues Yo, el Amor, estoy junto a vos". Es allí cuando se disipa mi aflicción y siento Tu calor, me siento dichoso y mi alma goza. Y el dolor y la noche ya no están, pues Tú lo permitiste para que vea mi debilidad y conozca Tu Fortaleza. El sufrimiento que purifica, la oscuridad que hace ver la Luz, porque allí siempre estas Tú.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Preparemos y seamos un Altar a Jesús, tanto físico como espiritual, para agradecer cuánto nos da.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 25 JUNIO


Nardo del 25 de Junio
!Oh Sagrado Corazón, fuente de unión!

Meditación: ¿Señor, me dejas espiar por una rendija en Tu vida...?. Te veo caminando por la pequeña Nazaret, pero no pareces un rey...tampoco un juez. Te ves esbelto, fuerte, de rostro hermoso. Tu mirada es profunda...miras los corazones de todos los hombres. Junto a Ti algunos discípulos van caminando, creo que son Pedro, Santiago y Juan...los escucho hablar de otros hermanos que han encontrado, y dicen que no tienen un corazón sano. De repente los miras y con imponente voz interrumpes su conversación. Se Te escucha decir: "no os quiero ver juzgar, sino sólo amar y predicar para cambiar lo que está mal...". Los discípulos hacen silencio, pues ha hablado el Maestro. 

Y ahora me imagino, Señor, verte caminar aquí...a mi lado, y que yo también voy hablando de mis hermanos. Señor, Tú me dirías lo mismo y me recordarais Tus enseñanzas: "...así como juzguéis seréis juzgados...", o aquella otra: "...el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra...". Señor, creo que no soportaría Tu Mirada, pues cómo verías mi alma, la verías manchada. Señor, yo también voy a hacer silencio, para sacar de mi corazón todo lo que no es bueno y poder seguir así las enseñanzas de mi Maestro. Señor, no permitas que yo ponga discordia, porque conozco Tu gran Misericordia. Haz que busque la unión como símbolo de amor, para ser Uno como lo sos Vos con el Creador y el Espíritu de Santificación.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Oremos para que descienda el Espíritu Santo sobre nosotros, y que por Su intermedio nos sigamos purificando, conociendo todo aquello en lo que a Dios no agradamos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.


NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 24 JUNIO


Nardo del 24 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, que te hiciste mi hermano!

Meditación: Pobre, mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada pides amor en un mundo que se olvidó de Dios, que sólo busca el placer, la vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír Tu Voz. Creí que yo solo podía, que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado, hazme escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada. destella mi alma porque sé que Tú me amas.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Seamos sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 23 JUNIO


Nardo del 23 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, abundancia de Amor!

Meditación: ¡Oh Señor!. Quién pudiera conocerte verdaderamente a Vos, Señor que te hiciste Hombre y pescador, para enseñarnos a trabajar en el Amor. ¡Oh Señor!, que a todos buscas. Tú, el Rey, te sentabas en una barca y desde el lago de Galilea enseñabas Tu Palabra. Tú, que a los leprosos curabas y sanabas las almas. Tu mirada era sólo Amor y ofrenda del dolor que causaba el hedor de las almas putrefactas. Tú, Señor, que conoces todos nuestros pecados pero a pesar de eso nos sigues amando. Tú, que por nosotros te sigues dando, para que volvamos a Tu lado. Tú, Señor, que por gran Misterio nos quieres dar un corazón nuevo para nacer a Vos y vivir en unión con Nuestro Creador. Señor, que nos regalas la esperanza de habitar algún día en eterna alabanza en la Morada Santa, permite a este siervo Tuyo tirar las redes para llevar a mis hermanos hacia Tus Benditas Manos.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Pidamos al Señor, en humilde oración, que podamos ayudar a la conversión de nuestros hermanos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 26 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
26 junio



"Tomar sobre sí el yugo" es sinónimo de aceptar la voluntad del Señor, la doctrina de Jesús. Él mismo nos anima a ello, diciendo que es un Maestro bueno y comprensivo en sus sentimientos y sinsabores; suelo echar la culpa de esto a los demás; quizá sea yo mismo el causante y el responsable; al menos ciertamente seré el responsable de que esas situaciones perduren en mí, por no recurrir a aquel que de un modo seguro y suave está dispuesto a ser el lenitivo de todas mis penas.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 junio



Nuestras almas, nuestras vidas se hallan hoy fuertemente tensionadas por las circunstancias ambientales, ya sea personales, ya sociales; todo eso nos está obligando a llevar una vida de congoja, de temor y de angustia.

Solamente recurriendo al Corazón amantísimo del Salvador, en el que ciertamente hallaremos paz y tranquilidad , podremos compensar esas tensiones.

Nuestras mismas inquietudes personales, nuestros desmedidos deseos y ambiciones, que frecuentemente son los principales causantes de la inquietud de nuestra vida, se irán serenando, suavizando, ordenando en cuanto hagamos que sea la voluntad del Señor la que gobierne nuestra vida.



P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 junio




Jesús llama a sí e invita a todos los que se hallan oprimidos por algún pesar, a los que sufren cualquier dolor y miseria y a todos promete consuelo y alivio.  En su compañía y en su trato hallarán la paz para el alma y el alivio para todas sus penas.

A veces el peso de la vida, con sus variadas circunstancias, puede tornarse difícil y pesado; el cumplimiento del deber con no poca frecuencia resulta duro y arduo; también permite el Señor, con alguna frecuencia, que los mismos que nos rodean, quizá aun involuntariamente y con la mejor buena voluntad, nos hagan sufrir, produzcan un vacío a nuestro alrededor, olviden nuestro actuar, sospechen en nosotros intenciones que nunca cruzaron siquiera por nuestra mente.,,

En circunstancias tales o parecidas, el recurso al Corazón de Cristo es el lenitivo más eficaz y seguro; allí encontraremos paz y alivio, suavidad y calor de comprensión y afecto.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 junio




Uno de los rasgos distintivos del Corazón de Jesús, que aparece magníficamente en todas las páginas del Evangelio, es su compasión y misericordia por los pobres materiales y espirituales.

Al ver aquella gente abandonada sin pastores que le enseñen las verdades que necesitan para su alma, se compadece de ellos y prefiere que sus apóstoles se queden sin el descanso que necesitan, antes que abandonarlos.

Este ha de ser también el rasgo distintivo del corazón del apóstol. Un corazón verdaderamente apostólico no puede permanecer indiferente ante las necesidades espirituales de los hombres. Ni cree que es razón suficiente el procurase el descanso que necesita, para dejar de hacerles el bien que están pidiendo y necesitando.

Mira a tu alrededor y verás cuántas personas hay necesitadas de Dios, de alguien que les hable de Dios, que les de el Pan de la divina Palabra.


P. Alfonso Milagro

BIENVENIDOS





viernes, 22 de junio de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 22 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
22 junio



Permanecer en Cristo, es tener vida de intimidad con él; cobrar conciencia de que él vive en nosotros y nosotros en él. Tenemos relación vital con él más que el hijo con su madre y así es como llegamos a ser "otro Cristo"; imitar a Cristo es fácil, cuando se lo ama profundamente.

Y cuando se llega a vivir íntimamente unido a Cristo y a imitarlo en todas sus obras, pensamientos y sentimientos, es cuando se comienza a dar frutos que complacen al Padre celestial; es una locura pensar que un sarmiento seco pueda producir fruto; pero es todavía una locura mayor pretender ser apóstol al margen de Cristo; porque apostolado es dar a Cristo y nadie da lo que no tiene.


P. Alfonso Milagro

TE CONVIENE SER SANTO


¡Te conviene ser santo!
Sin duda, la santidad es el mejor negocio en el que puedes invertir, pues te asegura la felicidad para toda la eternidad.


Por: Lucrecia Rego de Planas | Fuente: Catholic.net 





Sin duda, la santidad es el mejor negocio en el que puedes invertir, pues te asegura la felicidad no sólo para unos cuantos años, no sólo para toda tu vida, sino para toda la eternidad.

Jesús lo dijo a los apóstoles en cierta ocasión:

"No atesoréis bienes en la tierra, donde el orín y la polilla los corroen y los ladrones los roban. Atesorad más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni orín, ni ladrones. Pues donde está tu tesoro, ahí estará tu corazón."
(Mt. 6, 19-21)

Formar un tesoro en la tierra es muy complicado: requiere de tiempo, de grandes cálculos en las inversiones, de muchas angustias e inseguridades: que si las tasas de interés bajan; que si la moneda se devalúa; que si hubo un fraude en la empresa. Para colmo, cuando por fin consigues tener los bienes materiales que tanto añorabas, descubres que éstos se descomponen, se rompen, se pierden, se echan a perder o se vuelven obsoletos.

En cambio, formar un tesoro en el cielo es muy sencillo, pues no hay agentes externos que puedan influir en él: tú eres el único que puede aumentarlo o disminuirlo. Hacer un tesoro en el cielo es trabajar por ser santo y esto se consigue con buenos pensamientos y buenas acciones. Todo lo que ganes con ellos durará para siempre y nada ni nadie te lo podrá quitar, romper, perder o estropear.

Ser santo es aumentar todos los días y a cada instante ese tesoro que tienes en el cielo. Ser santo es tan sencillo como cumplir a la perfección con tus deberes ordinarios, en el momento y en el lugar en que debes cumplirlos.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 22 JUNIO


Nardo del 22 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Corazón Eucarístico!

Meditación: ¡Oh Señor, Oh Mi Amor!. Que aquel Jueves Santo te quisiste quedar entre nosotros perpetuado en el Pan Sagrado. Señor, te conviertes en nuestro Alimento para que algún día veamos el Cielo. Cuántos hoy del Supremo Regalo se han olvidado y lo han despreciado, cuántos hermanos están profanando Tu Cuerpo Santo. Sabes, Señor, muy pocos creen que estás en el Pan Vivo, que el Vino en Tu Sacratísima Sangre se ha convertido...¡oh Mi Cristo, cuántos corazones perdidos!.
Señor que nos obsequias en las Especies Santas la Vida de las almas, qué pocas de ellas Te besan cuando en ellas entras. Jacinta de Fátima te llamaba el Jesús Escondido, al saber que estabas en el Pan Bendito. ¡Oh Señor, que renuevas el Supremo Sacrificio y te ofreces permanentemente para nuestra salvación!. Te pido perdón por todos los que no sabemos verte presente en el Pan de Dios y no te damos permanente adoración!.

Jaculatoria:¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Ofrezcamos una mortificación al Señor por todos los ultrajes y sacrilegios cometidos contra Su Santísimo Cuerpo y Sacratísima Sangre.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 22 JUNIO 2018


Lecturas de hoy Viernes de la 11ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 22 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes (11,1-4.9-18.20):

En aquellos días, cuando Atalía, madre del rey Ocozías, vio que su hijo había muerto, empezó a exterminar a toda la familia real. Pero cuando los hijos del rey estaban siendo asesinados, Josebá, hija del rey Jorán y hermana de Ocozías, raptó a Joás, hijo de Ocozías, y lo escondió con su nodriza en el dormitorio; así, se lo ocultó a Atalía y lo libró de la muerte. El niño estuvo escondido con ella en el templo durante seis años, mientras en el país reinaba Atalía. El año séptimo, Yehoyadá mandó a buscar a los centuriones de los carios y de la escolta; los llamó a su presencia, en el templo, se juramentó con ellos y les presentó al hijo del rey. Los centuriones hicieron lo que les mandó el sacerdote Yehoyadá; cada uno reunió a sus hombres, los que estaban de servicio el sábado y los que estaban libres, y se presentaron al sacerdote Yehoyadá. El sacerdote entregó a los centuriones las lanzas y los escudos del rey David, que se guardaban en el templo. Los de la escolta empuñaron las armas y se colocaron entre el altar y el templo, desde el ángulo sur hasta el ángulo norte del templo, para proteger al rey. Entonces Yehoyadá sacó al hijo del rey, le colocó la diadema y las insignias, lo ungió rey, y todos aplaudieron, aclamando: «¡Viva el rey!» 
Atalía oyó el clamor de la tropa y se fue hacia la gente, al templo. Pero, cuando vio al rey en pie sobre el estrado, como es costumbre, y a los oficiales y la banda cerca del rey, toda la población en fiesta y las trompetas tocando, se rasgó las vestiduras y gritó: «¡Traición, traición!» 
El sacerdote Yehoyadá ordenó a los centuriones que mandaban las fuerzas: «Sacadla del atrio. Al que la siga lo matáis.» Pues no quería que la matasen en el templo. 
La fueron empujando con las manos y, cuando llegaba a palacio por la puerta de las caballerizas, allí la mataron. Yehoyadá selló el pacto entre el Señor y el rey y el pueblo, para que éste fuera el pueblo del Señor. Toda la población se dirigió luego al templo de Baal; lo destruyeron, derribaron sus altares, trituraron las imágenes, y a Matán, sacerdote de Baal, lo degollaron ante el altar. El sacerdote Yehoyadá puso guardias en el templo. Toda la población hizo fiesta, y la ciudad quedó tranquila. A Atalía la habían matado en el palacio.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 131,11.12.13-14.17-18

R/. El Señor ha elegido a Sión, 
ha deseado vivir en ella

El Señor ha jurado a David 
una promesa que no retractará: 
«A uno de tu linaje 
pondré sobre tu trono.» R/. 

«Si tus hijos guardan mi alianza 
y los mandatos que les enseño, 
también sus hijos, por siempre, 
se sentarán sobre tu trono.» R/. 

Porque el Señor ha elegido a Sión, 
ha deseado vivir en ella: 
«Ésta es mi mansión por siempre, 
aquí viviré porque la deseo.» R/. 

«Haré germinar el vigor de David, 
enciendo una lámpara para mi Ungido. 
A sus enemigos los vestiré de ignominia, 
sobre él brillará mi diadema.» R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,19-23):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los coman ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro allí está tu corazón. La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy viernes, 22 de junio de 2018
 Llorente cmf




      El mensaje del Evangelio de hoy es bien sencillo y fácil de entender: tenemos que ser inteligentes y orientar nuestra vida para conseguir lo más valioso, el mejor tesoro que podamos alcanzar. Así de simple. Así de sencillo. Lo que pasa es que a veces, demasiadas veces, nos equivocamos y terminamos poniendo nuestro corazón en cosas que ni son tesoro ni son nada, que se desvanecen entre los dedos de nuestras manos como se escapa la arena de la playa. 

      Para que lo entendemos mejor, se nos pone el ejemplo de la primera lectura. No es más que un relato de aquellos primeros reyes de Israel. No fueron muy allá los descendientes de David. Enseguida se corrompieron y anduvieron en luchas entre ellos. Unos para quitarle el trono a los otros y los otros para defenderse de los que se lo querían quitar. La historia de siempre, mil veces repetidas a lo largo de los siglos de vida de la humanidad en la faz de la tierra. 

      Atalía había conseguido arrebatar el trono a la familia de su hijo. Para ello, no dudo en exterminar a sus propios nietos (no eran tiempos en los que estuviesen de broma a la hora de vencer en la batalla). Ya se sentía segura. Tenía el trono. Tenía el palacio. Tenía una buena vida asegurada. Pero pasó lo que pasa habitualmente: que no había atado todos los cabos y se le escapó vivo uno de sus nietos. Por ahí le llegaron a Atalía todos los males. Solo fue cuestión de tiempo que terminase ella también, acosada, acorralada y muerta. 

      Jesús nos centra en la enseñanza que debemos aprender de esta historia y de tantas historias parecidas. Hay que buscar y trabajar por alcanzar los verdaderos tesoros, los que no se come la polilla ni la carcoma. 

      Seamos realistas todo lo material está llamado a pasar, a deteriorarse, a desaparecer. El que pone su corazón en los tesoros materiales está perdiendo el tiempo y, probablemente, se terminará quedando más sólo que la una. 

      Pero Jesús señala a otros tesoros en los que sí vale la pena poner el corazón. Jesús habla de los tesoros del cielo. Nosotros hoy con nuestro lenguaje hablaríamos del amor y el cariño, e la relación, de la fraternidad, de la justicia. Hablaríamos de abrir la mano para tender puentes, para encontrarse con el hermano. Ahí, con seguridad, encontraremos el verdadero tesoro: en la amistad, en el cariño, en el amor (¿les suena a algo aquello de que “Dios es amor”?). Esa luz ilumina la vida con tal fuerza que nos hace olvidar la oscuridad. 

      Para terminar y confirmar: ¿no han oído muchas veces decir a las personas que dedican su vida al servicio amoroso a los más pobres que se sienten felices y amados por ellos, que reciben mucho más de lo que dan? Es que en el amor todo lo que se da se recibe mil veces de vuelta. Con la ventaja de que ese tesoro no se lo comen ni las polillas ni las carcomas, ni el tiempo ni la enfermedad.

FELIZ VIERNES




jueves, 21 de junio de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 21 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
21 junio




El que tiene a Cristo, vive en paz pues ningún pensamiento es tan agradable al corazón como el pensar que Cristo nos ama y está presente en nosotros.

De ahí que el cristiano que tiene a Cristo, no tiene motivo para dejarse llevar de la tristeza, aun en los momentos duros de la vida, peus nada hay en la vida que nos pueda separar de Cristo; siempre se alegrará nuestro corazón con la esperanza cierta del premio que hemos de recibir en el cielo.


P. Alfonso Milagro



NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 21 JUNIO


Nardo del 21 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, Indulgente y Glorioso!

Meditación: Señor, a pesar de que Tu Corazón ya no latía, Tu Madre sabía que volverías. Ella con gran Dolor te aguardaba en oración, Ella esperaba, destrozada y angustiada, Ella confiaba en Tu Palabra. Señor de la Esperanza, Señor de la Verdad que enseñas a Tu Iglesia, a pesar de su tibieza, que Tu Palabra no pasará, que todo se cumplirá. Por eso aquella Dulce Muchacha de Nazaret, la Joven Madre de Belén, la Dolorosa del Calvario, nos mostraría que con amor y Fe que te volveríamos a ver. Es por eso que a Ella te presentaste para consolarla y alegrarla, pues El Santo, Su Hijo Amado, había Resucitado. ¡Cuál no fue el Gozo de aquella Santa Madre!. Alegrémonos con María pues Jesús está vivo, en Cuerpo y Alma, vivo hace dos mil años y vivo hoy. No prediquemos a un Cristo Muerto, ya que ¡el Señor Resucitó!. ¡Gloria a Dios!. 
Y Este Señor está a nuestro lado, porque la Santa Palabra cumpliéndose está. Él nos dijo: "...donde dos o más estén reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos". Hagamos lo que nos ordena nuestro Señor: "vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva...éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en Mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos..." (Marcos 16, 15-20). Cristo está vivo, es el Único Dios y todo lo hace El, es el Señor que sigue haciendo milagros y acompañándonos...seamos sus humildes instrumentos.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Que testimoniemos a nuestros hermanos que Jesús está vivo, cumpliendo sus mandatos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 21 JUNIO 2018


Lecturas de hoy Jueves de la 11ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 21 de junio de 2018




Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (48,1-15):

Surgió Elías, un profeta como un fuego, cuyas palabras eran horno encendido. Les quitó el sustento del pan, con su celo los diezmó; con el oráculo divino sujetó el cielo e hizo bajar tres veces el fuego. ¡Qué terrible eras, Elías!; ¿quién se te compara en gloria? Tú resucitaste un muerto, sacándolo del abismo por voluntad del Señor; hiciste bajar reyes a la tumba y nobles desde sus lechos; ungiste reyes vengadores y nombraste un profeta como sucesor. Escuchaste en Sinal amenazas y sentencias vengadoras en Horeb. Un torbellino te arrebató a la altura; tropeles de fuego, hacia el cielo. Está escrito que te reservan para el momento de aplacar la ira antes de que estalle, para reconciliar a padres con hijos, para restablecer las tribus de Israel. Dichoso quien te vea antes de morir, y más dichoso tú que vives. Elías fue arrebatado en el torbellino, y Eliseo recibió dos tercios de su espíritu. En vida hizo múltiples milagros y prodigios, con sólo decirlo; en vida no temió a ninguno, nadie pudo sujetar su espíritu; no hubo milagro que lo excediera: bajo él revivió la carne; en vida hizo maravillas y en muerte obras asombrosas.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 96,1-2.3-4.5-6.7

R/. Alegraos, justos, con el Señor

El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Tiniebla y nube lo rodean, 
justicia y derecho sostienen su trono. R/.

Delante de él avanza fuego,
abrasando en torno a los enemigos;
sus relámpagos deslumbran el orbe,
y, viéndolos, la tierra se estremece. R/.

Los montes se derriten como cera
ante el dueño de toda la tierra;
los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. R/.

Los que adoran estatuas se sonrojan, 
los que ponen su orgullo en los ídolos;
ante él se postran todos los dioses. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes que lo pidáis. Vosotros rezad así: "Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno." Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves, 21 de junio de 2018
 Aristóbulo Llorente cmf


      ¿Alguno pensaba que Jesús no iba a hablar de la oración? Como no podía ser de otra manera, Jesús enseñó a sus discípulos a orar. 

      Nosotros entendemos por oración ese momento de recogimiento, de volverse a uno mismo, de centrarse en lo más profundo de nosotros mismos para, desde ahí, volvernos a Dios, levantar nuestra mirada a lo alto. Por el camino parece que hay que despojarse de las preocupaciones y cosas de este mundo. La oración nos lleva a lo alto en contraposición a este mundo bajo en el que nos solemos mover. En la oración se contraponen lo alto, el lugar donde está Dios, y lo bajo, que es el lugar donde estamos nosotros, junto con el barro, las limitaciones, el mal y tantas otras cosas. Todas esas cosas parece que son un peso que nos impide subir a lo alto, donde está Dios y el bien y la paz. 

      Tengo la impresión de que Jesús entendía la oración de otra manera. La oración de Jesús parece más bien una correa de transmisión entre el cielo, lo alto, y la tierra, lo bajo. Lo de arriba se hace presente aquí abajo. El “santificado sea tu nombre” se une al “venga tu reino”. No se trata de que nosotros nos vayamos arriba sino que el reino de Dios Padre venga a nosotros, a este mundo, aquí abajo. 

      La voluntad de Dios se tiene que hacer tanto en el cielo como en la tierra. Y ya sabemos cuál es la voluntad de Dios: el reino, la fraternidad, la buena vecindad y cariño y amor entre todos los que formamos su familia. Vamos a suponer que esa voluntad se realiza ya en el cielo. Queda pendiente lo de que se realice en la tierra. Pero eso, al tiempo que lo pedimos, está claro que es en gran parte responsabilidad nuestra. Es aquello de “a Dios rogando y con el mazo dando” que dice el refranero popular. 

      Y seguimos pidiendo algo tan humano, tan material, tan de abajo, como el pan nuestro de cada día: ese mínimo que nos mantiene en vida, que nos da la vida. Hasta el perdón que esperamos recibir de Dios, de lo alto, está mezclado –casi como una condición– con nuestra propia capacidad de perdonar a los demás. 

      Ya vemos que en la oración de Jesús no hay muchas distancias entre lo alto y lo bajo. Este mundo se mezcla totalmente con el de arriba. La voluntad de Dios no es que estemos en el silencio de un eremitorio, mirando hacia arriba, dejando de lado las preocupaciones de este mundo. Hasta en la oración nos invita a abajarnos, a mancharnos con el barro de este mundo hasta hacer de él el lugar del Reino, donde hay pan y perdón para todos, donde la mesa de la fraternidad, la mesa del Reino, no excluye a nadie porque está abierta a todos. Y una mesa como esa no es lugar de silencio sino de algarabía, de alegría y gozo, el que producen los hermanos y las hermanas cuando se encuentran y celebran su fraternidad. 

      La oración que Jesús enseñó a los discípulos nos abaja, nos centra en los hermanos, nos invita a preparar la mesa para todos y a compartir la fraternidad. ¡Eso es el Reino!

FELIZ JUEVES!!!







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