domingo, 3 de febrero de 2019

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 3 DE FEBRERO 2019


Lecturas de hoy Domingo 4º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 3 de febrero de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Jeremías (1,4-5.17-19):

EN los días de Josías, el Señor me dirigió la palabra:
«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.
Tú cíñete los lomos:
prepárate para decirles todo lo que yo te mande.
No les tengas miedo,
o seré yo quien te intimide.
Desde ahora te convierto en plaza fuerte,
en columna de hierro y muralla de bronce,
frente a todo el país:
frente a los reyes y príncipes de Judá,
frente a los sacerdotes y al pueblo de la tierra.
Lucharán contra ti, pero no te podrán,
porque yo estoy contigo para librarte
—oráculo del Señor—».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17

R/. Mi boca contará tu salvación, Señor.

V/. A ti, Señor, me acojo:
no quede yo derrotado para siempre.
Tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, 
inclina a mí tu oído y sálvame. R/.

V/. Sé tú mi roca de refugio,
el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi alcázar eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano perversa. R/.

V/. Porque tú, Señor, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti,
en el seno tú me sostenías. R/.

V/. Mi boca contará tu justicia,
y todo el día tu salvación,
Dios mío, me instruiste desde mi juventud,
y hasta hoy relato tus maravillas. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (12,31–13,13):

Hermanos:
Ambicionad los carismas mayores. Y aún os voy a mostrar un camino más excelente.
Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde.
Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada.
Si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.
Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca.
Las profecías, por el contrario, se acabarán; las lenguas cesarán; el conocimiento se acabará.
Porque conocemos imperfectamente e imperfectamente profetizamos; mas, cuando venga lo perfecto, lo imperfecto se acabará.
Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre, acabé con las cosas de niño.
Ahora vemos como en un espejo, confusamente; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es ahora limitado; entonces conoceré como he sido conocido por Dios.
En una palabra, quedan estas tres: la fe, la esperanza y el amor. La más grande es el amor.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a decir en la sinagoga:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír».
Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de su boca.
Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Pero Jesús les dijo:
«Sin duda me diréis aquel refrán: “Médico, cúrate a ti mismo”, haz también aquí, en tu pueblo, lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún».
Y añadió:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo aseguraros que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino Naamán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 3 de febrero de 2019
Fernando Torres cmf


Un profeta positivo

      De entrada parece que todos los profetas lo son siempre de desgracias. Nos anuncian un futuro incierto y entre las sombras que vislumbran nos hablan de amenazas, cataclismos, guerras, epidemias y no sé cuantas otras cosas. Todas malas. Todas negativas. Sus palabras se convierten en amenazas que llegan hasta dentro y rompen la poquita armonía y paz que, quizá, habíamos conseguido establecer en nuestra vida. 

      Jesús, está claro, es un profeta. Pero no es de esos a lo que estamos acostumbrados. Es muy diferente. No hace ruido. No entra en nuestra vida con grandes gritos ni aspavientos. Apenas unas palabras sencillas. En el Evangelio, continuación del del domingo pasado, hace una de las homilías más breves de la historia. No hace más que recoger lo que ha leído en un texto del profeta Isaías y decir que todo eso se ha cumplido ya. Era un texto que hablaba de liberación para los oprimidos, de consolación para los afligidos, de salud para los enfermos, de libertad para todos. Era el anuncio de la buena nueva de Dios para todos. 

      En la segunda lectura, Pablo explica también el núcleo del mensaje de Jesús. Es un texto ya conocido pero que vale la pena volver a leerlo y releerlo. Muchas veces. Y llevarlo en la cartera. Y en la mente y en el corazón. Dice que la mejor forma de vivir en cristiano es amar. Ése es el carisma mejor. Explica lo que es amar. Es un amar como el de Jesús, que da la vida por todos, sin medida, sin condiciones. Es el mismo amor de Dios. Porque el cristiano está llamado a vivir el amor de Dios. Pablo explica lo que es y lo que no es el amor. Nos recuerda que sin ese amor nada tiene sentido. Podemos trabajar mucho, dar mucho dinero a los pobres, rezar horas y horas, ayudar en la parroquia y muchas otras cosas. Si todo eso se hace sin amor, no vale nada. Es pura pérdida de tiempo. 

      Ése es el centro del mensaje del profeta Jesús. Como se ve, no contiene amenazas sino una invitación a vivir en el amor. No habla de un futuro tenebroso sino de un presente lleno de luz y de sentido. En el amor descubrimos la presencia de Dios cerca de nosotros. En el amor se nos hace transparente que los que nos rodean son nuestros hermanos y hermanas, aunque a veces nos parezca que actúan como si no lo fueran. En el amor, la vida se nos hace más vivible y somos más felices. Lo curioso es que la reacción ante el mensaje de Jesús fue de total oposición. Si les hubiese amenazado con el diluvio final, posiblemente le hubiesen escuchado más. Pero el mensaje de Jesús descolocaba a sus oyentes, les invitaba demasiado a cambiar de vida. Nosotros somos hoy a la vez oyentes del mensaje de Jesús y portavoces para el mundo. Con nuestra vida demostraremos que vivir el amor abre un futuro mejor para la humanidad y para el mundo. 



Para la reflexión

      ¿Somos los cristianos profetas en nuestra sociedad? ¿Cuál es el contenido de nuestra profecía? ¿Qué mensaje ofrecemos con nuestra vida? ¿Y con nuestras palabras? ¿Cuál es el más valioso?

FELIZ DOMINGO




sábado, 2 de febrero de 2019

DON BOSCO Y MARÍA AUXILIADORA


Don Bosco y María Auxiliadora  




Esta es una historia sobre la total confianza de Don Bosco en los cuidados maternales de Nuestra Madre María.

San Juan Bosco necesitaba construir una Iglesia en honor a María Auxiliadora, pero no tenía nada de dinero. Se lanzó, pero las deudas también se lanzaron sobre él. Para conseguir dinero en un momento en que no podía retrasar más los pagos, un día le dijo a la Virgen: “¡Madre mía! Yo he hecho tantas veces lo que tú me has pedido… ¿Consentirás en hacer hoy lo que yo te voy a pedir?”

Con la sensación de que la Virgen se ha puesto en sus manos, don Bosco penetra en el palacio de un enfermo que tenía bastante dinero pero que también era bastante tacaño. Este enfermo, que hace tres años vive crucificado por los dolores y no podía siquiera moverse de la cama, al ver a don Bosco le dijo: “Si yo pudiera sentirme aliviado, haría algo por usted”.

“Muchas gracias; su deseo llega en el momento oportuno; necesito precisamente ahora tres mil liras”.

“Está bien; obténgame siquiera un alivio, y a fin de año se las daré”.

“Es que yo las necesito ahora mismo”.

El enfermo cambia con mucho dolor de postura, y mirando fijamente a don Bosco, le dice: “¿Ahora? Tendría que salir, ir yo mismo al Banco Nacional, negociar unas cédulas ¡ya ve!, es imposible”.

“No, señor, es muy posible replica don Bosco mirando su reloj. Son las dos de la tarde… Levántese, vístase y vamos allá dando gracias a María Auxiliadora”.

“¡Este hombre está chiflado!” Protesta el viejo entre las cobijas. “Hace tres años que no me muevo en la cama sin dar gritos de dolor, ¿y usted dice que me levante? ¡Imposible!”.

“Imposible para usted, pero no para Dios… ¡Ánimo! Haga la prueba”.

Al rumor de las voces han acudido varios parientes, la habitación está llena. Todos piensan de don Bosco lo mismo que el enfermo: que está chiflado.

“Traigan la ropa del señor, que va a vestirse dice don Bosco, y hagan preparar el coche, porque va a salir. Entretanto, nosotros recemos”.

Llega el médico. “¿Qué imprudencia está por cometer señor mío?”

Pero ya el enfermo no escuchaba más que a don Bosco; se arroja de la cama y empieza a vestirse solo, y solo, ante los ojos maravillados de sus parientes, sale de la habitación y baja las escaleras y sube al coche. Detrás de él, don Bosco. “¡Cochero, al Banco Nacional!”

Ya la gente no se acuerda de él: llevaba tres años sin salir a la calle. Vende sus cédulas y entrega a don Bosco sus tres mil liras.




© Padre José Pedro Manglano Castellary

UN RATITO CON SAN JOSÉ: VIVIR LA JUSTICIA


UN RATITO CON SAN JOSÉ
Vivir la justicia



Estamos viviendo en una sociedad donde reinan las injusticias de todo tipo. Y la fuente de todas las injusticias es el pecado. Todo pecado es siempre una injusticia (cf. Lc 16,8; Rm 1,18). ¿Por qué? Porque al pecar usamos los dones que Dios mismo nos ha dado, como la inteligencia, la voluntad, la sexualidad, etc., para ir contra Él.

Y somos injustos con Dios cuando no le damos a Él todo lo que merece. Por ejemplo, cuando no rezamos, no vamos a la Santa Misa, no le damos gracias por los dones recibidos, etc. Y cuando no somos justos con Dios, nos volvemos injustos con los demás. Basta ver tanta miseria en nuestra sociedad pra darnos cuenta de lo que ocasionan las injusticias.

Acudamos siempre a San José para que nos ayude a relacionarnos correctamente con Dios y con los demás. Podemos rezarle así: "San José, tú que eres llamado el varón justo, te pido que intercedas por mí ante Jesús para que yo practique siempre la justicia. Que así sea."


P. Carlos Rosell De Almeida

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 2 DE FEBRERO 2019 - LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR


Lecturas de hoy Presentación del Señor
Hoy, sábado, 2 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura del libro de Malaquías (3,1-4):

Así dice el Señor: «Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis, el mensajero de la alianza que vosotros deseáis. Miradlo entrar –dice el Señor de los ejércitos–. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será un fuego de fundidor, una lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata, como a plata y a oro refinará a los hijos de Leví, y presentarán al Señor la ofrenda como es debido. Entonces agradará al Señor la ofrenda de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, como en los años antiguos.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23

R/. El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria? 
El Señor, héroe valeroso; 
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles, 
que se alcen las antiguas compuertas: 
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos.
Él es el Rey de la gloria. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (2,14-18):

Los hijos de una familia son todos de la misma carne y sangre, y de nuestra carne y sangre participó también Jesús; así, muriendo, aniquiló al que tenía el poder de la muerte, es decir, al diablo, y liberó a todos los que por miedo a la muerte pasaban la vida entera como esclavos. Notad que tiende una mano a los hijos de Abrahán, no a los ángeles. Por eso tenía que parecerse en todo a sus hermanos, para ser sumo sacerdote compasivo y fiel en lo que a Dios se refiere, y expiar así los pecados del pueblo. Como él ha pasado por la prueba del dolor, puede auxiliar a los que ahora pasan por ella.

Palabra de Dios

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,22-40):

Cuando llegó el tiempo de la purificación, según la ley de Moisés, los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: «Todo primogénito varón será consagrado al Señor», y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor: «un par de tórtolas o dos pichones.» Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu, fue al templo. 
Cuando entraban con el niño Jesús sus padres para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. 
Simeón los bendijo, diciendo a María, su madre: «Mira, éste está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida: así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te traspasará el alma.»
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana; de jovencita había vivido siete años casada, y luego viuda hasta los ochenta y cuatro; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Jerusalén. Y, cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios lo acompañaba. 

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 2 de febrero de 2019
 Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:

La fiesta de la Presentación del Señor viene a recordarnos la Navidad, unas semanas después del Bautismo del Señor. Fiesta de la luz, que viene a iluminar toda oscuridad.

En el relato del Evangelio, se da un encuentro entre los ancianos y los jóvenes. Algo que el Papa Francisco está recordando frecuentemente que siempre puede ser fructífero. La juventud extrema de Jesús, y de su madre María, contrasta con la ancianidad de Samuel y de Ana. Estos dos ancianos tienen la sabiduría que dan los años para reconocer la luz, para decir una palabra adecuada, para confiar y confiarse a Dios. Para agradecer de corazón. Para llevar a otros la Buena Noticia.

La ancianidad puede considerarse hoy en algunos lugares como una edad sin valor. Frente a la fuerza de los jóvenes y a la capacidad de trabajo de los adultos, los ancianos parecerían un estorbo, sin fuerza ni mucha capacidad de acción. Y sin embargo, la Palabra de Dios nos ofrece varios ejemplos de personas ancianas que abren camino a la Luz: Abraham y Sara, que confían en medio de la adversidad, y se ponen en camino; Job, que se mantienen fiel en la desgracia; Isabel, que concibe una nueva vida cuando ya tenía muchos años…

Para acoger el Reino y ser cauce de la luz de Cristo no hay límite de edad. Lo pueden ser los jóvenes, con su fuerza, y también los ancianos, con su experiencia.

Si eres mayor, puedes agradecer al Señor todo lo recibo, que te hacen tener una experiencia acumulada con la que acompañar y alentar a los más jóvenes.

Si eres joven, escucha a los mayores, respétales y aprende de su experiencia, a la vez que aportas tu fuerza y tu juventud.

En la fiesta de la Presentación del Señor, jóvenes y mayores tienen su lugar. Que también en nuestro mundo los más jóvenes y los más mayores podamos tener nuestro lugar y nuestra aportación a la vida.

Vuestro hermano en la fe:                
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

HOY ES LA FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR, 2 DE FEBRERO


Hoy es la fiesta de la Presentación del Señor
Redacción ACI Prensa





Cada 2 de febrero la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, donde se realiza el encuentro con Simeón y Ana, que se entiende como el encuentro del Señor con su pueblo, y además se realiza la purificación ritual de la Virgen María.

En esa época cuando nacía el primogénito era llevado a los cuarenta días al Templo para su presentación, así como lo describe la Ley de Moisés, por eso desde el 25 de diciembre que se celebra el nacimiento del Verbo encarnado al 2 de febrero, José y María cumplieron con llevarlo a consagrar.


Al llegar al Templo, se encuentran con Simeón, a quien el Espíritu Santo prometió que no moriría sin antes ver al Salvador del mundo, y fue el mismo Espíritu quien le dijo al profeta que ese pequeño niño era el Redentor y Salvador de la humanidad.

También en este día se encontraba en el Templo la hija de Fanuel de la Tribu de Aser, de nombre Ana, de edad muy avanzada; Ana enviudó a los 7 años de haberse casado y permaneció así hasta los 84 años, y paraba día y noche en el Templo sirviendo a Dios y ofrecía ayunos y oraciones. Ana al ver al niño alababa a  Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén.

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La presentación del Señor




Aunque esta fiesta del 2 de febrero cae fuera del tiempo de navidad, es una parte integrante del relato de navidad. Es una chispa de fuego de navidad, es una epifanía del día cuadragésimo. Navidad, epifanía, presentación del Señor son tres paneles de un tríptico litúrgico.

Es una fiesta antiquísima de origen oriental. La Iglesia de Jerusalén la celebraba ya en el siglo IV. Se celebraba allí a los cuarenta días de la fiesta de la epifanía, el 14 de febrero. La peregrina Eteria, que cuenta esto en su famoso diario, añade el interesante comentario de que se "celebraba con el mayor gozo, como si fuera la pascua misma"'. Desde Jerusalén, la fiesta se propagó a otras iglesias de Oriente y de Occidente. En el siglo VII, si no antes, había sido introducida en Roma. Se asoció con esta fiesta una procesión de las candelas. La Iglesia romana celebraba la fiesta cuarenta días después de navidad.

Entre las iglesias orientales se conocía esta fiesta como "La fiesta del Encuentro" (en griego, Hypapante), nombre muy significativo y expresivo, que destaca un aspecto fundamental de la fiesta: el encuentro del Ungido de Dios con su pueblo. San Lucas narra el hecho en el capítulo 2 de su evangelio. Obedeciendo a la ley mosaica, los padres de Jesús llevaron a su hijo al templo cuarenta días después de su nacimiento para presentarlo al Señor y hacer una ofrenda por él 1.

Esta fiesta comenzó a ser conocida en Occidente, desde el siglo X, con el nombre de Purificación de la bienaventurada virgen María. Fue incluida entre las fiestas de Nuestra Señora. Pero esto no era del todo correcto, ya que la Iglesia celebra en este día, esencialmente, un misterio de nuestro Señor. En el calendario romano, revisado en 1969, se cambió el nombre por el de "La Presentación del Señor". Esta es una indicación más verdadera de la naturaleza y del objeto de la fiesta. Sin embargo, ello no quiere decir que infravaloremos el papel importantísimo de María en los acontecimientos que celebramos. Los misterios de Cristo y de su madre están estrechamente ligados, de manera que nos encontramos aquí con una especie de celebración dual, una fiesta de Cristo y de María.

La bendición de las candelas antes de la misa y la procesión con las velas encendidas son rasgos chocantes de la celebración actual. El misal romano ha mantenido estas costumbres, ofreciendo dos formas alternativas de procesión. Es adecuado que, en este día, al escuchar el cántico de Simeón en el evangelio (Lc 2,22-40), aclamemos a Cristo como "luz para iluminar a las naciones y para dar gloria a tu pueblo, Israel".

BUENOS DÍAS




viernes, 1 de febrero de 2019

HOY ES PRIMER VIERNES DEL MES DE FEBRERO: SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


Estas son las 12 promesas de Jesús a los devotos de su Sagrado Corazón
Redacción ACI Prensa




En sus revelaciones a Santa Margarita María de Alacoque, Jesucristo le dio a conocer 12 promesas para los devotos de su Sagrado Corazón.

“Al Corazón de Jesús le agradan mucho los servicios de los pequeños y humildes de corazón, y paga con bendiciones sus trabajos”, decía la santa. 

Las 12 promesas del Sagrado Corazón de Jesús son:

1. A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.

2. Daré la paz a las familias.

3. Las consolaré en todas sus aflicciones.

4. Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.

5. Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.

6. Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.

7. Las almas tibias se harán fervorosas.

8. Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.

9. Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.

10. Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.

11. Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.

12. A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.



Condiciones para obtener las gracias prometidas por el Sagrado Corazón de Jesús:

1. Recibir sin interrupción la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes consecutivos.

2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.

3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.



Oración al Sagrado Corazón de Jesús

Oh Dios, que en el corazón de tu Hijo,
herido por nuestros pecados,
has depositado infinitos tesoros de caridad;
te pedimos que, al rendirle el homenaje de nuestro amor,
le ofrezcamos una cumplida reparación.
Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!




Oración a Santa Margarita de Alacoque


¡Oh Bienaventurada Margarita María! depositaria venturosa del tesoro de los cielos, el Corazón Divino de Jesús, permite que, considerándote mi hermana, en este incomparable amor, te ruegue me des con generosidad, la parte que me corresponde en esa mansión de infinita caridad. Confidente de Jesús, acércame tú al Sagrario de su pecho herido; Esposa de predilección, enséñame a sufrir por la dilatación de aquel reinado cuya causa te confió el Maestro. Apóstol del Sagrado Corazón, consígueme que se realicen conmigo las promesas que en beneficio de su gloria, te hizo ochenta y siete veces el Amado; Discípula regalada del Divino Corazón, enséñame la ciencia de conocerlo como lo conociste tú, en el perfecto olvido de mí mismo y de la tierra. Víctima del Corazón de Jesús Sacramentado, toma el mío, y ocúltalo en la llaga donde tú viviste, compartiendo ahí las agonías del Cautivo del amor, de Jesús-Eucaristía. El, te dijo, hermana muy amada, que dispusieras en la eternidad del cielo, de este otro cielo, el de su Corazón Sacramentado; ¡Oh Margarita María! entrégamelo, pues, para consumirme en ese incendio, dámelo para llevarlo como vida redentora a los pobres pecadores y como glorificación de ese mismo Corazón Divino a las almas de los justos. ¡Ah, sí! compartamos, hermana mía el mismo sacrificio, el mismo apostolado, el mismo paraíso del Corazón Divino de Jesús: venga a nos su reino.

Amén

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 1 DE FEBRERO 2019


Lecturas de hoy Viernes de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
 Hoy, viernes, 1 de febrero de 2019



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (10,32-39):

HERMANOS:
Recordad aquellos días primeros, en los que, recién iluminados, soportasteis múltiples combates y sufrimientos: unos, expuestos públicamente a oprobios y malos tratos; otros, solidarios de los que eran tratados así. Compartisteis el sufrimiento de los encarcelados, aceptasteis con alegría que os confiscaran los bienes, sabiendo que teníais bienes mejores y permanentes.
No renunciéis, pues, a vuestra valentía, que tendrá una gran recompensa.
Os hace falta paciencia para cumplir la voluntad de Dios y alcanzar la promesa.
«Un poquito de tiempo todavía
y el que viene llegará sin retraso;
mi justo vivirá por la fe,
pero si se arredra le retiraré mi favor».
Pero nosotros no somos gente que se arredra para su perdición, sino hombres de fe para salvar el alma.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 36,3-4.5-6.23-24.39-40

R/. El Señor es quien salva a los justos

V/. Confía en el Señor y haz el bien:
habitarás tu tierra y reposarás en ella en fidelidad;
sea el Señor tu delicia,
y él te dará lo que pide tu corazón. R/.

V/. Encomienda tu camino al Señor,
confía en él, y él actuará:
hará tu justicia como el amanecer,
tu derecho como el mediodía. R/.

V/. El Señor asegura los pasos del hombre,
se complace en sus caminos;
si tropieza, no caerá,
porque el Señor lo tiene de la mano. R/.

V/. El Señor es quien salva a los justos,
él es su alcázar en el peligro;
el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados
y los salva porque se acogen a él. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,26-34):

EN aquel tiempo, Jesús decía al gentío:
«El reino de Dios se parece a un hombre que echa semilla en la tierra. Él duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo. La tierra va produciendo fruto sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega».
Dijo también:
«¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después de sembrada crece, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros del cielo pueden anidar a su sombra».
Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy viernes, 1 de febrero de 2019
 Luis Manuel Suarez, cmf
Queridos amigos:

Estamos acostumbrados, pero no deja de ser un milagro. Que una semilla enterrada, si tiene buena tierra y recibe agua, vaya creciendo, desarrollándose… Que crezca de noche y de día. La ciencia nos podrá explicar cómo. Pero no deja de ser algo asombroso. El milagro de la vida.

Así es el Reino de Dios, nos dice Jesús. El milagro de la Vida de Dios en el mundo, una Vida que quiere hacerse presente en cada rincón y en cada corazón, y que será plena al final de la historia. Una fuerza silenciosa que de día y de noche quiere hacer del mundo la casa de Dios. Un Espíritu que alienta en tantas personas palabras y obras que construyen, edifican, ensanchan la vida.

Estamos acostumbrados, pero no deja de ser una maravilla. Que de una de las semillas más pequeñas llegue a salir un árbol, que sirve de cobijo a los pájaros del cielo. De lo pequeño surge lo grande. Como el ser humano, originado a partir de dos pequeñas células que al unirse y crecer, forman nuestra vida.

Así es el Reino de Dios, nos dice Jesús. Algo pequeño, que quiere crecer para dar cobijo y vida. Algo discreto que quiere hacerse presente. Sin imponer, sino proponiendo.

Venga a nosotros tu Reino, Señor.
Un Reino que es regalo.
Como la semilla que, día y noche, crece.
Como el grano que se hace árbol.
Venga tu Reino, y que comience por conquistar nuestros corazones,
a veces tan vacíos y secos, a veces tan llenos y autosuficientes.
Venga, Señor, tu Reino,
Y que lo acojamos con la ingenuidad de un niño
y con la responsabilidad de un adulto.
Venga a nosotros tu Reino, Señor.

Vuestro hermano en la fe:                
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

BUENOS DÍAS




jueves, 31 de enero de 2019

UN RATITO CON SAN JOSÉ: RELACIONARNOS BIEN CON DIOS


UN RATITO CON SAN JOSÉ
Relacionarnos bien con Dios




Todos estamos llamados a imitar la vida de San José. Él a lo largo de su vida, forjó una amistad sólida con Dios. Por eso, sería bueno que nos preguntemos en este momento: mi relación con Dios ¿es correcta?

San José no aparece como un hombre convenido que busca a Dios solo cuando necesita algo. Tampoco se muestra como un hombre que le tiene miedo a Dios. Más bien, este santo varón se relacionó con Dios entregándose totalmente a Él mediante la fe, la esperanza y el amor. Por eso  es el "varón justo"


P. Carlos Rosell De Almeida

UN RATITO CON SAN JOSÉ: JOSÉ, VARÓN JUSTO


UN RATITO CON SAN JOSÉ
José, varón justo



Un comunista llamado Lenin le dice a otro:"Camarada, compremos una vaca y apliquemos en ella el comunismo, te encargo que la alimentes, luego hablamos". Pasaron unos meses y solo Lenin se aprovechaba de la leche. Ante ello, el otro reclamó. Pero Lenin le dijo: "camarada, de qué te quejas, te dije que íbamos a aplicar el comunismo con la vaquita. Hemos partido la vaca en dos, a ti te tocade la boca a la mitad del estomago. Por tanto, tú debes de darle de comer. Y a mí me toca de la mitada del estómago de la vaca hasta la cola, por tanto, yo recojo la leche". 

El comunismo no trajo justicia, solo ocasión violencia y odio de clases. Pero tampoco el capitalismo es la solución pues no se personas con deberes y derechos sino solo medios para obtener abundante dinero. El refrán del capitalismo liberal es: "con la plata baila el mono". En cambio la verdadera justicia viene de Dios.

El justo

Cuando nosotros leemos la Biblia podemos percibir que el calificativo "justo" se aplica a quien tiene una relación correcta con Dios. Así, por ejemplo, son considerados justos varios personajes del Antiguo Testamento como Noé, Abraham, Job, entre otros.

Al justo se le aplican estas palabras del Salmo 1: "!Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta, mas se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!" (Sal 1,1-2).

Y en el Nuevo Testamento, destaca la figura de San José como el "varón justo" (Mt 1,19). Con esta denominación, ya tenemos una idea sobre la vida de San José. En efecto, este santo varón llevó una vida honesta pues su relación con Dios era correcta y, por eso, es llamado justo.


P. Carlos Rosell De Almeida

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 31 ENERO 2019



Lecturas de hoy Jueves de la 3ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 31 de enero de 2019



Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (10,19-25):

Teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa; fijémonos los unos en los otros, para estimularnos a la caridad y a las buenas obras. No desertéis de las asambleas, como algunos tienen por costumbre, sino animaos tanto más cuanto más cercano veis el Día. 

Palabra de Dios


Salmo
Sal 23,1-2.3-4ab.5-6

R/. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, 
el orbe y todos sus habitantes: 
él la fundó sobre los mares, 
él la afianzó sobre los ríos. R/. 

¿Quién puede subir al monte del Señor? 
¿Quién puede estar en el recinto sacro? 
El hombre de manos inocentes y puro corazón, 
que no confía en los ídolos. R/. 

Ése recibirá la bendición del Señor, 
le hará justicia el Dios de salvación. 
Éste es el grupo que busca al Señor, 
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,21-25):

En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: «¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo, es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír, que oiga.» 
Les dijo también: «Atención a lo que estáis oyendo: la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy jueves, 31 de enero de 2019
Luis Manuel Suarez, cmf


Queridos amigos:

La luz es para que ilumine. Las cosas buenas merecen ser conocidas. Lo que ayuda a la vida necesita hacerse accesible.

Así fue y así es la vida de Jesús. En su tiempo, se mostró a las personas. Recorriendo calles, aldeas y ciudades. Acercándose a los más necesitados. Hablando públicamente. Llamando a un grupo de seguidores, que continuaran dando voz a su palabra y encarnando sus gestos de amor. Aunque muchas veces se apartaba para rezar, escapando así del activismo sin raíces, su vida fue un mostrarse, un exponerse… hasta su último día. En la cruz, Jesús se muestra al mundo como amor entregado, supremo amor.

Por eso, la vida cristiana está llamada a mostrar a este Jesús, con las palabras y con la vida. Sin prepotencia. Pero sin complejos. Aunque una vez Jesús recomendó “que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha” para evitar todo afán de aparentar, otra vez nos dijo: “brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. El que es Luz (“yo soy la luz del mundo”) nos llama a ser luz (“vosotros sois la luz del mundo”). Brillar con una luz que no es propia, sino reflejo de la luz que recibimos. Como la luna, que refleja la luz del sol. Y a ello somos llamados como Iglesia, como cuando en la noche de Pascua la luz del Resucitado se va transmitiendo a todas las velas de la comunidad reunida. Y a ello somos llamados cada uno en nuestro bautismo, cuando nuestros padres y padrinos encienden una vela del cirio pascual.

Señor Jesús, gracias por ser luz.
Luz que ilumina oscuridades, que calienta frialdades.
Que ayuda a caminar.
Señor Jesús, gracias por llamarnos a ser luz.
Con la luz recibida de ti.
Sin deslumbrar, sino iluminando.
Te ofrezco mi luz, reflejo de tu luz.
Ayúdame a ser luz para otros, 
especialmente para quienes viven en mayor oscuridad.
AMÉN

Vuestro hermano en la fe:                
Luis Manuel Suárez CMF (@luismanuel_cmf)

BUENAS TARDES





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