Lecturas de hoy Viernes de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, viernes, 7 de febrero de 2020
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (47,2-13):
Como la grasa es lo mejor del sacrificio, así David es el mejor de Israel. Jugaba con leones como con cabritos, y con osos como con corderillos; siendo un muchacho, mató a un gigante, removiendo la afrenta del pueblo, cuando su mano hizo girar la honda, y derribó el orgullo de Goliat. Invocó al Dios Altísimo, quien hizo fuerte su diestra para eliminar al hombre aguerrido y restaurar el honor de su pueblo. Por eso le cantaban las mozas, alabándolo por sus diez mil. Ya coronado, peleó y derrotó a sus enemigos vecinos, derrotó a los filisteos hostiles, quebrantando su poder hasta hoy. De todas sus empresas daba gracias, alabando la gloria del Dios Altísimo; de todo corazón amó a su Creador, entonando salmos cada día; trajo instrumentos para servicio del altar y compuso música de acompañamiento; celebró solemnemente fiestas y ordenó el ciclo de las solemnidades; cuando alababa el nombre santo, de madrugada, resonaba el rito. El Señor perdonó su delito y exaltó su poder para siempre; le confirió el poder real y le dio un trono en Jerusalén.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 17,31.47.50.51
R/. Bendito sea mi Dios y Salvador
Perfecto es el camino de Dios,
acendrada es la promesa del Señor;
él es escudo para los que a él se acogen. R/.
Viva el Señor, bendita sea mi Roca,
sea ensalzado mi Dios y Salvador.
Por eso te daré gracias entre las naciones, Señor,
y tañeré en honor de tu nombre. R/.
Tú diste gran victoria a tu rey,
tuviste misericordia de tu Ungido,
de David y su linaje por siempre. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (6,14-29):
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: «Juan Bautista ha resucitado, y por eso los ángeles actúan en él.» Otros decían: «Es Elías.» Otros: «Es un profeta corno los antiguos.» Herodes, al oírlo, decía: «Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado.»
Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»
Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?»
La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»
Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.»
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy viernes, 7 de febrero de 2020
Carlos Latorre, cmf
Queridos amigos:
Por primera vez Jesús está solo y no es el protagonista de la narración. El tetrarca Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande, confunde a Jesús con Juan Bautista resucitado. Muchos dirigentes en el mundo siguen confundiendo a Jesús con un dios hecho a la medida de sus intereses.
La descripción del martirio de Juan muestra la crueldad a la que llegan los poderosos para hacer callar la conciencia crítica de los profetas de todos los tiempos. También esta macabra crueldad es un signo premonitorio de lo que les espera a Jesús, a los discípulos y a todos los que se tomen en serio la opción por la vida como base fundamental del reinado de Dios.
Jesús se ha vuelto un personaje famoso y cada cual da su opinión sobre él según sus expectativas.
Y esas opiniones llegan hasta el rey Herodes, que, como muchos, piensa que es Juan Bautista resucitado. La muerte violenta del pariente de Jesús se convierte en un aviso de lo que va a ocurrir con el mismo Jesús y sus discípulos. Su misión les acarreará la hostilidad, la persecución y la cárcel e incluso la muerte violenta.
El Papa Francisco hace referencia con frecuencia a los mártires cristianos de hoy día y afirma que son más numerosos que en los primeros siglos del cristianismo.
¿Por qué hay tanta intolerancia en el mundo? ¿A quién hacen daño los cristianos al practicar su fe rezando y siendo caritativos con los pobres?
Hay muchas clases de martirio, empezando por la incomprensión y crítica de quienes están más cerca de nosotros como son nuestros parientes, amigos y hasta los propios padres. Qué hacer ante quien nos critica o se burla de nosotros. Ciertamente no siempre el plantarles cara y empezar a discutir es lo mejor, pues todos queremos tener razón y saber más que el otro. Como ya nos advierte el mismo Jesús: “por sus frutos los conoceréis”.
Hemos de ser coherentes con lo que decimos, no hablar de una cosa y después hacer lo contrario. Ese es el primer paso que hay que dar. Evangelizar no quiere decir tener éxito, sino dar testimonio y sembrar. Algún día la verdad saldrá a flote y dará su fruto. El amor nunca es estéril. El día y la hora de recoger los frutos sólo Dios la sabe.
Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
carloslatorre@claretianos.es