lunes, 4 de enero de 2021

PENSAMIENTO DEL PAPA FRANCISCO - HOY CONMEMORAMOS EL DÍA MUNDIAL DE LUCHA CONTRA EL CÁNCER - 4 DE ENERO -

 



 Hoy conmemoramos el día mundial de lucha contra el #cáncer, nos unimos en oración por todas las personas que están en esta batalla, para que sus corazones permanezcan llenos de esperanza en el Señor.


#diamundialcontraelcancer




SALIR DE LAS TINIEBLAS



 Salir de las tinieblas

Solo faltan hombres y mujeres que saben ir contracorriente.

Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net



Cuando nos rodean las tinieblas, la luz queda oscurecida. El camino apenas se vislumbra. Aumenta el riesgo de perderse.

También hay tinieblas que aturden a las mentes y a los corazones: cuando la mentira se hace fuerte, cuando los ojos evitan la luz de las verdades, cuando los sentimientos secuestran a las personas y a los pueblos.

Salir de las tinieblas es posible cuando buscamos salir fuera de la zona de peligro, cuando nos acercamos a espacios abiertos y protegidos de las nubes bajas, cuando buscamos la luz que permite ver con claridad.

Salir del engaño, de las mentiras colectivas, es posible cuando nos unimos a buenos compañeros, cuando evaluamos serenamente lo que llega como "información" y puede ser algo falso, cuando pensamos de modo sereno y serio.

Causa maravilla ver cómo pueblos enteros y personas concretas quedan atrapados por tinieblas de sofismas y por presiones colectivas que impiden la claridad de mente y la perspicacia para denunciar las mentiras.

Pero incluso en situaciones de desorientación masiva, no faltan hombres y mujeres que saben ir contracorriente, que denuncian los sofismas repetidos mil veces, que tienen mentes y corazones abiertos a la verdad.

Quizá esos héroes de la luz sean declarados como seres peligrosos, como fanáticos tradicionalistas, como imprudentes progresistas, o con otras etiquetas que buscan neutralizar su osadía.

Por encima de las persecuciones y los esfuerzos por aislar a los amigos del saber bueno, su esfuerzo, tarde o temprano, ayudará a otros a salir de las tinieblas y a penetrar en el maravilloso mundo de la luz, la claridad y la honradez propia de inteligencias libres y rigurosas.

ORACIÓN PARA CELEBRAR EN FAMILIA LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

 



 Oración para celebrar en familia la Epifanía del Señor

Redacción ACI Prensa





En el marco de la Fiesta de la Epifanía del Señor que se celebra el 6 de enero en Roma y muchas diócesis del mundo, aquí una oración para rezar en familia, comunidad, grupo o de manera personal.

Todos alrededor del pesebre o nacimiento dicen: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.


Himno

Reyes que venís por ellas,

no busquéis estrellas ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.


Mirando sus luces bellas,

no sigáis la vuestra ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.


Aquí parad, que aquí está

quien luz a los cielos da:

Dios es el puerto más cierto,

y si habéis hallado puerto

no busquéis estrellas ya.


No busquéis la estrella ahora:

que su luz ha oscurecido

este Sol recién nacido

en esta Virgen Aurora.


Ya no hallaréis luz en ellas,

el Niño os alumbra ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas.


Aunque eclipsarse pretende,

no reparéis en su llanto,

porque nunca llueve tanto

como cuando el sol se enciende.


Aquellas lágrimas bellas

la estrella oscurecen ya,

porque donde el sol está

no tienen luz las estrellas. Amén.


Lectura Bíblica: Mt. 2, 1-12

“Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo».

Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías.

En Belén de Judea, –le respondieron–, porque así está escrito por el Profeta: "Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel"».

Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje».

Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría, y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino".

Si se desea, en este momento tres miembros de la familia colocan las imágenes de los reyes magos en el pesebre junto al Niño Jesús.


Reflexión de San Juan Pablo II

“En esta fiesta de la Epifanía del Señor, el evangelio de san Mateo habla de una misteriosa estrella, que guió a los Magos primero hasta Jerusalén y después hasta Belén, donde adoraron al Niño Jesús (cf. Mt 2, 2. 7. 9. 10).

La estrella que conduce a los Magos hacia Cristo evoca la rica simbología de la luz, muy presente en la Navidad. Dios es luz, y el Verbo hecho hombre es "luz del mundo" (Jn 8, 12), luz que guía el camino de las gentes”.


Oración

Señor Jesús: que a imitación de los Magos de Oriente

vayamos también nosotros frecuentemente

a adorarte en tu Casa que es el Templo

y no vayamos jamás con las manos vacías.

Que te llevemos el oro de nuestras ofrendas,

el incienso de nuestra oración fervorosa,

y la mirra de los sacrificios que hacemos para permanecer fieles a Ti,

y que te encontremos siempre junto a tu Madre Santísima María,

a quien queremos honrar y venerar siempre

como Madre Tuya y Madre nuestra.

Amén.

Se pueden añadir también algunas peticiones y para concluir se reza un Padrenuestro, un Avemaría y tres veces el Gloria.

Todos concluyen diciendo: “En el Nombre del Padre y del Hijo Y del espíritu Santo. Amén”.

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 4 DE ENERO DEL 2021

 


 

Lecturas de hoy 4 de Enero. Feria de Navidad

Hoy, lunes, 4 de enero de 2021




Primera lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3,7-10):

Hijos míos, que nadie os engañe. Quien obra la justicia es justo, como él es justo. Quien comete el pecado es del diablo, pues el diablo peca desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo. Todo el que ha nacido de Dios no comete pecado, porque su germen permanece en él, y no puede pecar, porque ha nacido de Dios. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo el que no obra la justicia no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.


Palabra de Dios




Salmo

Sal 97


R/. Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios


Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas:

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R/.


Retumbe el mar y cuanto contiene,

la tierra y cuantos la habitan;

aplaudan los ríos, aclamen los montes. R/.


Al Señor, que llega para regir la tierra.

Regirá el orbe con justicia

y los pueblos con rectitud. R/.



Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Juan (1,35-42):

En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice: «Éste es el Cordero de Dios.»

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta: «¿Qué buscáis?»

Ellos le contestaron: «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»

Él les dijo: «Venid y lo veréis.»

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde. Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice: «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).»

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro).»


Palabra del Señor





«‘Maestro, ¿Dónde vives?’. Les respondió: ‘Venid y lo veréis’»


Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM

(Barcelona, España)

Hoy, el Evangelio nos recuerda las circunstancias de la vocación de los primeros discípulos de Jesús. Para prepararse ante la venida del Mesías, Juan y su compañero Andrés habían escuchado y seguido durante un tiempo al Bautista. Un buen día, éste señala a Jesús con el dedo, llamándolo Cordero de Dios. Inmediatamente, Juan y Andrés lo entienden: ¡el Mesías esperado es Él! Y, dejando al Bautista, empiezan a seguir a Jesús.

Jesús oye los pasos tras Él. Se gira y fija la mirada en los que le seguían. Las miradas se cruzan entre Jesús y aquellos hombres sencillos. Éstos quedan prendados. Esta mirada remueve sus corazones y sienten el deseo de estar con Él: «¿Dónde vives?» (Jn 1,38), le preguntan. «Venid y lo veréis» (Jn 1,39), les responde Jesús. Los invita a ir con Él y a mirar, contemplar.

Van, y lo contemplan escuchándolo. Y conviven con Él aquel atardecer, aquella noche. Es la hora de la intimidad y de las confidencias. La hora del amor compartido. Se quedan con Él hasta el día siguiente, cuando el sol se alza por encima del mundo.

Encendidos con la llama de aquel «Sol que viene del cielo, para iluminar a los que yacen en las tinieblas» (cf. Lc 1,78-79), marchan a irradiarlo. Enardecidos, sienten la necesidad de comunicar lo que han contemplado y vivido a los primeros que encuentran a su paso: «¡Hemos encontrado al Mesías!» (Jn 1,41). Los santos también lo han hecho así. San Francisco, herido de amor, iba por las calles y plazas, por las villas y bosques gritando: «El Amor no está siendo amado».

Lo esencial en la vida cristiana es dejarse mirar por Jesús, ir y ver dónde se aloja, estar con Él y compartir. Y, después, anunciarlo. Es el camino y el proceso que han seguido los discípulos y los santos. Es nuestro camino.

SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

 



Santísimo Nombre de Jesús

Redacción ACI Prensa




Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia”, decía San Bernardino de Siena.

El nombre “Jesús” es la forma latina del griego “Iesous”, que a su vez es la transliteración del hebreo “Jeshua” o “Joshua”, o también “Jehoshua”, que significa “Yahveh es salvación”.

La aparición de la veneración al Santísimo Nombre de Jesús se remite a las celebraciones litúrgicas del siglo XIV. San Bernardino de Siena, en el siglo XV, junto a sus discípulos propagaron el culto al Nombre de Jesús, y un siglo después, hacia 1530, el Papa Clemente VII concedió por primera vez a la Orden Franciscana la autorización para la celebración del Oficio del Santísimo Nombre de Jesús.


En su tiempo, San Bernardino solía llevar una tablilla que mostraba la Eucaristía con rayos saliendo de ella en la que se podía ver el monograma “IHS”, abreviación del Nombre de Jesús en griego (ιησουσ). Más adelante, la tradición devocional le añade un nuevo sentido a dicho monograma, convirtiéndolo en un “cristograma”: "I" por “Iesus” (Jesús); "H" por Hominum (de los hombres); "S" por “Salvator" (Salvador). Es decir IHS quiere decir “Jesús, Salvador de los hombres”. Nuevos sentidos se añadirán posteriormente.

San Ignacio de Loyola y los jesuitas hicieron de este monograma el emblema de la Compañía de Jesús.


El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: "En mi nombre agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien" (Mc. 16,17-18). En el Nombre de Jesús, los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hch. 3,6; 9,34) y vida a los muertos (Hch. 9,40).

Da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el "padre del hijo pródigo" y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.

Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.

En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: "lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre." (Jn. 16,23). Por lo tanto, la Iglesia concluye todas sus oraciones con las palabras: "Por Jesucristo Nuestro Señor", etc. Así se cumple la palabra de San Pablo: "Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos." (Flp. 2,10).

FELIZ SEMANA!!!

  





viernes, 1 de enero de 2021

¿CUÁNDO FESTEJAMOS A MARÍA, MADRE DE DIOS?


 

¿Cuándo festejamos a María, Madre de Dios?

¿Existe la festividad de María, Madre de Dios? ¿Por qué se celebra?

Por: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net

El primero de enero celebramos a María como Madre de Dios.



María fue la elegida para ser Madre de Cristo y aceptó esta misión al decir “sí” a Dios. Festejamos el tener una Madre en el cielo que nos ayuda y auxilia en nuestras necesidades y nos ama.


Historia

Todo año que se inicia es “Año del Señor”. Sólo con Él se construye el puente que nos conduce del tiempo a la eternidad. Este día, como todos los demás días, debemos rezar a Dios con infinita confianza. Nuestra vida espiritual debe crecer cada año que pasa. Por esto hoy, que es el primer día del año, le pedimos a María Santísima que nos ayude a lograrlo.

Este día es día de precepto, hay que ir a misa. La misa está dedicada a honrar a María, Madre de Dios y de la Iglesia.

María Madre de Dios. María era una joven Israelita que vivía en Nazaret de Galilea y, como todos los Israelitas, esperaba que se cumpliera la promesa de Dios de mandar un Salvador al mundo. María no era una mujer como todas, pues desde siempre Dios había pensado en ella y había nacido sin pecado original.

El Papa Juan Pablo II a lo largo de su Pontificado nos ha recordado constantemente la grandeza de María. Nos recuerda que estamos bajo la protección de María que es Madre de Dios y Madre Nuestra. Gracias al “sí” de María, Dios se hizo hombre.

Con su respuesta, María cambió el rumbo de la historia. Dijo “sí” aceptando con alegría la voluntad de Dios, entregándose a sí misma como colaboradora de Dios y de su plan de salvación.

María fue la elegida para ser la Madre de Dios y ella respondió al llamado “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.

La Virgen María nos ayuda a vencer la tentación, conservar el estado de gracia y la amistad con Dios para poder llegar al Cielo.

Si elegimos vivir como hijos de María debemos adoptar varias actitudes:

Abrir nuestro corazón a su amor:

Es dejarnos querer, abandonarnos a su cuidado con total confianza. Ella no se desanima a pesar de nuestros caprichos y debilidades.

Mirarla como nuestra Madre:

Hablarle de nuestras alegrías y penas, contarle nuestros problemas y pedirle ayuda para superarlos.

Demostrarle nuestro cariño:

Hacer lo que a Ella le gustaría que hicieras, que es lo que Dios quiere de nosotros. Acudir a Ella a lo largo del día nos puede ayudar grandemente.

Confiar plenamente en ella:

Todas las gracias que Jesús nos da pasan por las manos de María, y ella mejor que nadie intercede ante su Hijo por nuestras necesidades.

Imitar sus virtudes:

Es la mejor manera de demostrarle nuestro amor.

Debemos aprovechar esta fiesta para ofrecerle a la Virgen el año que comienza, para pedirle su ayuda de Madre para vencer las dificultades y agradecerle su presencia y cuidado maternal en cada momento de nuestras vidas. Al acudir a la Eucaristía, donde está Dios vivo, pedirle que nos ayude a permanecer cerca de María todo el año, porque fue Él quien nos la dio como madre desde el pie de la cruz.

Algunas personas dirán que María no es especial, que eso de que fue Virgen es cuento. Recuerda que fue Jesús mismo quien nos la dejó como Madre (Jn 19, 25-27).

Además, honrar a la Madre es siempre dar gusto al Hijo. A Jesús pues, le agrada cuando decimos cosas bonitas de María, como el “Ave María” del Rosario.

¿PUEDE SER LA PAZ UNA REALIDAD EN 2021? EL PAPA FRANCISCO EXPLICA CÓMO SE PUEDE LOGRAR

 



 ¿Puede ser la paz una realidad en 2021? 

El Papa explica cómo se puede lograr

Redacción ACI Prensa

 Foto: Vatican Media



En el primer Ángelus del año 2021, que presidió este viernes 1 de enero desde el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco hizo un llamado a la paz mundial que suponga una disminución de los odios y las divisiones que afligen al mundo. Una paz que, aseguró, es posible si se asume “como responsabilidad dada por Dios”.

A pesar de la dolorosa ciática que padece, y que le impidió presidir las ceremonias Pontificias previstas para la noche del 31 de diciembre y la mañana del 1 de enero, el Pontífice dirigió el rezo del Ángelus e invitó a comenzar el nuevo año “poniéndonos bajo la mirada materna y amorosa de María Santísima, que la liturgia hoy celebra como Madre de Dios”.

En su comentario previo al Ángelus, el Papa señaló que la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra este primero de año, es un momento propicio para insistir en la cultura del cuidado como camino para la paz, una paz que, para lograrla, debe implorarse con “incesante oración”.

Sobre todo al inicio de un nuevo año con el recuerdo de “los dolorosos eventos que han marcado el camino de la humanidad el año pasado, especialmente la pandemia, nos enseñan lo necesario que es interesarse por los problemas de los otros y compartir sus preocupaciones”.

“Esta actitud”, insistió, “representa el camino que conduce a la paz, porque favorece la construcción de una sociedad fundada en las relaciones de fraternidad”.

Recordó que “Dios nos da la responsabilidad de ser trabajadores por la paz” y, como tales, “cada uno de nosotros, hombres y mujeres de este tiempo, está llamado a traer la paz cada día y en cada ambiente de vida, sosteniendo la mano al hermano que necesita una palabra de consuelo, un gesto de ternura, una ayuda solidaria. Esto para nosotros es una responsabilidad dada por Dios”.

“La paz se puede construir si empezamos a estar en paz con nosotros mismos y con quien tenemos cerca, quitando los obstáculos que nos impiden cuidar de quienes se encuentran en necesidad y en la indigencia”, dijo.

Invitó, para ello, a “desarrollar una mentalidad y una cultura del ‘cuidado’, para derrotar la indiferencia, el descarte y la rivalidad, que lamentablemente prevalecen”.


Explicó que “la paz no es solo ausencia de guerra, la paz nunca es aséptica, no existe la paz del quirófano. La paz es en la vida, no es solo ausencia de guerra, sino que es vida rica de sentido, configurada y vivida en la realización personal y en el compartir fraterno con los otros”.

También señaló que para lograr esa ansiada paz “las solas fuerzas humanas no bastan, porque la paz es, sobre todo, don, un don de Dios; debe ser implorada con incesante oración, sostenida con un diálogo paciente y respetuoso, construida con una colaboración abierta a la verdad y a la justicia y siempre atenta a las legítimas aspiraciones de las personas y de los pueblos”.

Por ello, el Papa Francisco aseguró que su deseo “es que reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias; en los lugares de trabajo y de ocio; en las comunidades y en las naciones. En las familias, en el trabajo y en las naciones: paz”.

“En el umbral de este comienzo, dirijo a todos mi cordial deseo de un feliz y sereno 2021. Que sea un año de fraterna solidaridad y de paz para todos; un año cargado de confiada espera y de esperanzas, que encomendamos a la celeste protección de María, madre de Dios y madre nuestra”, concluyó.

ORACIÓN PARA UN AÑO QUE EMPIEZA

 



 Oración para un año que empieza

Te pido Fe para mirarte en todo...

Por: Staff | Fuente: Catholic.net



¿Qué traerá el año que comienza?

¡Lo que Tú quieras; Señor!

Te pido Fe para mirarte en todo.

Esperanza para no desfallecer.

Caridad perfecta en todo lo que haga, piense y quiera.

Dame paciencia y humildad.

Dame desprendimiento y un olvido total de mi mismo.

Dame, Señor, lo que Tú sabes me conviene y yo no sé pedir.

¡Que pueda yo amarte cada vez más; y hacerte amar de los que me rodean!

¡Que sea yo grande en lo pequeño!

¡Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento, las manos y la mente activas, el pie dispuesto!

¡Derrama, Señor tus gracias sobre todos los que quiero. Mi amor abarca el mundo y aunque yo soy muy pequeño, sé que todo lo colmas con tu bondad inmensa!

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