domingo, 25 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 25 DE FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
25 de Febrero




Hay en ti algo así como un fondo de soberbia que en todo quiere aparecer y que se manifiesta aun en tus acciones espirituales y apostólicas.

¡Ser el primero!No importa a costa de qué, ni de quiénes; no importa el asunto o el lugar, basta que llegues a serlo. Esto no está conforme con las enseñanzas, ni con el espíritu de Jesús, quien siempre nos enseñó que debíamos humillarnos por amor a él.

¿Tratas de sobresalir o de pasar inadvertido? ¡Qué aparezca él, Jesús, y que tú no seas notado!


*P. Alfonso Milagro

II DOMINGO DE CUARESMA, 25 FEBRERO 2018



Hoy 25 de febrero 2018 es el segundo Domingo de Cuaresma
Redacción ACI Prensa
Segundo Domingo de Cuaresma



Este 25 de febrero la Iglesia celebra el segundo domingo de Cuaresma. El Evangelio del día corresponde a la lectura de Marcos 9:2-10, pasaje que narra el momento de la Transfiguración del Señor.

A continuación puede leer el Evangelio y la Homilía del Obispo de Santa María de los Ángeles (Chile), Felipe Bacarreza Rodríguez:

Evangelio del día (Marcos 9:2-10)

2 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos,
3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo.
4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús.
5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»;
6 - pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados -.
7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.»
8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos.
10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.»

Puede revisar las otras lecturas litúrgicas del día dando click AQUÍ

Homilía de Mons. Bacarreza:

El Evangelio de este Domingo II de Cuaresma nos presenta el acontecimiento de la Transfiguración de Jesús, a la que fueron invitados los apóstoles: Pedro, Santiago y Juan. “Jesús se transfiguró delante de ellos, y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo”. Ante esa visión, los apóstoles escucharon una voz del cielo que, refiriéndose a Jesús, declara: "Este es mi Hijo amado”. El Evangelio dice que esa voz salió de la nube que se formó, informándonos así sobre la identidad del que habla. Para los judíos, la nube era un signo claro de la presencia de Dios. El que habla es entonces el Dios de Israel, el Dios único que se reveló en la historia de Israel como el Creador de todo y el Salvador del hombre. Él declara que Jesús es su Hijo amado.

Para leer la homilía completa puede dar click AQUÍ

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 25 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Domingo 2º de Cuaresma - Ciclo B
Hoy, domingo, 25 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (22,1-2.9-13.15-18):

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán, llamándole: «¡Abrahán!»
Él respondió: «Aquí me tienes.»
Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio, en uno de los montes que yo te indicaré.»
Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. 
Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo «¡Abrahán, Abrahán!»
Él contestó: «Aquí me tienes.»
El ángel le ordenó: «No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.»
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo.
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: «Juro por mí mismo –oráculo del Señor–: Por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 115,10.15.16-17.18-19

R/. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida

Tenía fe, aun cuando dije: 
«¡Qué desgraciado soy!»
Mucho le cuesta al Señor 
la muerte de sus fieles. R/.

Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor. R/.

Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,31b-34):

Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros?

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,2-10):

En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. 
Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.»
Estaban asustados, y no sabía lo que decía.
Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: «Este es mi Hijo amado; escuchadlo.»
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: «No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de «resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio de hoy domingo, 25 de febrero de 2018
Fernando Torres cmf


Subir a la montaña

      Desde la cima de una montaña todo se ve mejor, lo de abajo y lo de arriba. Por eso, muchas ermitas están situadas en altozanos. Y también muchos templos de otras religiones. Allí parece que Dios está más cerca, alejados de los vaivenes y trabajos del mundo y somos más capaces de ver con claridad el conjunto de nuestra vida. Porque, cuando estamos abajo, los árboles no nos dejan ver el bosque. 

      En las lecturas de hoy tanto la primera lectura como el Evangelio acontecen en la cima de una montaña. En lo alto del monte Moria Abrahán se encuentra con el ángel del Señor, es decir, el Señor mismo. Le ha pedido la total disponibilidad ante su voluntad. No hay que dejarse llevar por la idea de cómo Dios podía pedir el sacrificio de su hijo. Es el estilo literario, la forma de hablar de la total disponibilidad de Abrahán que el escritor de aquella época eligió para que la gente de su tiempo entendiese el mensaje. Hoy lo habríamos expresado de otra forma. Por tanto, pasemos de la superficie al contenido central del mensaje: Abrahán está totalmente disponible a la voluntad de Dios, confía totalmente en él y, por eso, Dios le da su bendición. Para él, para sus descendientes y, a la larga, para todos los pueblos de la tierra. Y la bendición de Dios no puede significar más que la promesa de la vida. 

      También en lo alto de una montaña tiene lugar la transfiguración de Jesús ante sus apóstoles. Allí, lejos de las multitudes, quizá en un momento de encuentro y diálogo profundo, fue como los apóstoles fueron capaces de ver con toda claridad quién era Jesús y su relación con las tradiciones judías –de ahí la presencia de Elías y Moisés–. Y eso, cuando lo contaron años más tarde, lo explicaron diciendo que Jesús se había transfigurado ante ellos. Lo habían contemplado iluminado por Dios mismo y habían sentido-escuchado la voz de Dios que les dijo: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”. 

      La experiencia de subir a una montaña fue definitiva. Para Abrahán y para los tres apóstoles que subieron con Jesús. Quizá esta Cuaresma sea nuestra oportunidad para subir también a alguna montaña, para buscar algún momento en el que nos podamos alejar del tráfago diario de la vida. Allí encontraremos, ante todo, silencio. El silencio de Dios que terminará por llegar a nuestro corazón. Allí nos daremos cuenta, quizá, de que nuestra vida no va todo lo bien que debería ir. Allí encontraremos las fuerzas para intentar un cambio, porque contamos con la bendición y la gracia y la fuerza de Dios que no nos abandona nunca. Porque, como dice la segunda lectura, “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” 



Para la reflexión

¿Tendremos tiempo en esta Cuaresma para buscar un ratito de silencio todos los días o una vez a la semana? Quizá esa pueda ser nuestra montaña particular en la que nos encontremos con la bendición de Dios y comencemos a escucharle en nuestros caminos.

FELIZ DOMINGO





sábado, 24 de febrero de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 24 FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
24 de Febrero



Trata de comprender la ciencia del sacrificio: aceptar el sacrificio, cuando sin buscarlo se cruza en tu camino, el algo; buscarlo voluntariamente por el vivir como Cristo es más; gozarse de él, porque te asemeja a Jesús, será ya perfecto.


* P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 23 FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
23 de Febrero



Este es el ritmo pascual que Jesús siguió: por la Pasión llega a la Resurrección, y este es el ritmo que sus discípulos deben seguir si quieren llegar a participar de la Pascua del Señor, ya que este es el único camino de salvación.

Hay que saber beber a su tiempo el cáliz amargo de la Pasión: contradicciones, amarguras, tristezas, enfermedades, persecuciones o malas interpretaciones; esto es lo que purificará tu corazón y lo preparará para la gloria de la resurrección y la alegría del triunfo en unión con Jesús, Maestro y Señor.


* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY SÁBADO 24 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Sábado de la 1ª semana de Cuaresma
Hoy, sábado, 24 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (26,16-19):

MOISÉS habló al pueblo, diciendo:
«Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma.
Hoy has elegido al Señor para que él sea tu Dios y tú vayas por sus caminos, observes sus mandatos, preceptos y decretos, y escuches su voz. Y el Señor te ha elegido para que seas su propio pueblo, como te prometió, y observes todos sus preceptos.
Él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y serás el pueblo santo del Señor, tu Dios, como prometió».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 118,1-2.4-5.7-8

R/. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

V/. Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la ley del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R/.

V/. Tú promulgas tus mandatos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus decretos. R/.

V/. Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus decretos exactamente,
tú no me abandones. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,43-48):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo’ y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy sábado, 24 de febrero de 2018
Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

Mirar como Dios mira es la invitación que nos hace Jesús para avanzar en nuestro itinerario cuaresmal: siendo compasivos, no juzgando ni condenando, dando y perdonando… Mirar así es difícil si antes no hay un deseo de ver otra cosa, de buscar con la mirada en las personas que ya tenemos “etiquetadas” o “clasificadas”, aquellas cualidades buenas, que las hacen grandes a los ojos de Dios, porque seguro las tienen aunque no estemos acostumbrados a verlas. No siempre estamos dispuestos a mirar a los más próximos, a los que conviven a nuestro lado de otra manera. Y así no puede haber compasión ni perdón, ni mucho menos amar como nos pide Jesús en el Evangelio de hoy.

Sin compasión ni perdón es prácticamente imposible sentir a Dios a mi lado porque no suele habitar en los corazones rencorosos. De nada valen entonces las prácticas cuaresmales, si no pasan por el entrenamiento o ejercitación de estas virtudes que el mismo Jesús nos propone hoy con toda claridad, sin necesidad de mayores interpretaciones.

Si somos honestos con nosotros mismos, nos daremos cuenta que la falta de amor siempre será una carencia en nuestra vida ¿Entonces qué podemos hacer? Tener la humildad de pedirle a Dios que nos conceda un corazón capaz de detectar su falta y la confianza de que poco a poco nuestro corazón puede moverse en esta dirección aunque no alcance en esta vida la cumbre ética de amar a los enemigos. Lo que ahora se nos propone es curar las parálisis que el paso de los años ha ido entorpeciendo e impidiendo que nuestro corazón sea joven, es decir ágil y decidido para el perdón.

Moisés lo dice bien claro hoy en el libro del Deuteronomio: “Hoy el Señor, tu Dios, te manda que cumplas estos mandatos y decretos. Acátalos y cúmplelos con todo tu corazón y con toda tu alma”.

Hoy sábado miramos a Virgen María; ella fue capaz de un amor así, sin límites, confiado, que supo esperar y decir sí a la propuesta de Dios. Madre Dios ruega por nosotros en este itinerario cuaresmal.

Vuestro hermano en la fe:  
Juan Lozano, cmf.

FELIZ SÁBADO




miércoles, 21 de febrero de 2018

PERDONAR


Perdonar




Si comprendiéramos, no haría falta perdonar. Fuera de casos excepcionales, nadie actúa con mala intención. ¿No estarás tú atribuyendo a esa persona intenciones perversas que ella nunca las tuvo? El parece orgulloso; no es orgullo, es timidez. Parece un tipo obstinado; no es obstinación, es un mecanismo de autoafirmación. Estas reflexiones, el P. Larrañaga las completa con una oración liberadora y sanadora:

Jesucristo, poderoso y amoroso Señor, calma dentro de mí este tormento de hostilidad que siento contra esa persona. Yo quiero sentir por esa persona lo que tú sientes en este momento por ella, lo que tú sentías al morir en la cruz por ella. Perdónale tú dentro de mí. Y, con mis sentimientos, transformados en tus sentimientos perdónale y ámale dentro de mí, en vez de mí, conmigo; quiero perdonarle como tú le perdonas; quiero mirar a ese ser con tus ojos y abrazarlo con tus brazos. Yo lo quiero. Yo lo comprendo. Yo lo perdono. Yo lo amo, como tú, mi Señor.

El amor que pide Jesús debe llevarnos a evitar en la convivencia cotidiana las faltas de aceptación, incomprensiones, y malentendidos. El Señor nos quiere ver fraternos, bondadosos, pacíficos, cordiales… No es fácil, pero lo podrás, si lo pides cada día: “Señor, ayúdame a ser hoy comprensivo, compasivo y paciente con todos”. Que pases un día feliz de buena convivencia.



* Enviado por el P. Natalio

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 21 FEBRERO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
21 de Febrero




Jesús sintió compasión de la gente que tenía hambre: hambre de pan y hambre de justicia y de verdad.

Tú debes sentir compasión de todos y tu compasión no ha de ser sentimental, sino que ha de expresarse en los esfuerzos que hagas para dar el pan al pobre hambriento, pero también para presentar al rico los bienes espirituales de que carece.

Sé compasivo con todos los que tiene alguna necesidad de orden material o espiritual, personal o familiar y acude a socorrer todas las necesidades que estén a tu alcance, pero no te olvides de que el hambre de pan retuerce el estómago y el hambre de Dios retuerce el espíritu.



* P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 21 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Miércoles de la 1ª semana de Cuaresma
 Hoy, miércoles, 21 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):

EL Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla. Jonás empezó a recorrer la ciudad el primer día, proclamando:
«Dentro de cuarenta días, Nínive será arrasada».
Los ninivitas creyeron en Dios, proclamaron un ayuno y se vistieron con rudo sayal, desde el más importante al menor.
La noticia llegó a oídos del rey de Nínive, que se levantó de su trono, se despojó del manto real, se cubrió con rudo sayal y se sentó sobre el polvo. Después ordenó proclamar en Nínive este anuncio de parte del rey y de sus ministros:
«Que hombres y animales, ganado mayor y menor no coman nada; que no pasten ni beban agua. Que hombres y animales se cubran con rudo sayal e invoquen a Dios con ardor. Que cada cual se convierta de su mal camino y abandone la violencia. ¡Quién sabe si Dios cambiará y se compadecerá, se arrepentirá de su violenta ira y no nos destruirá!».
Vio Dios su comportamiento, cómo habían abandonado el mal camino, y se arrepintió de la desgracia que había determinado enviarles. Así que no la ejecutó.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 50,3-4.12-13.18-19

R/. Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias

V/. Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.

V/. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.

V/. Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
El sacrificio agradable a Dios
es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú, oh, Dios, tú no lo desprecias. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (11,29-32):

EN aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús,
y él se puso a decirles:
«Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación.
La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón.
Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 21 de febrero de 2018
 Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

La Cuaresma es el tiempo de una vuelta decidida a Dios, o sea, a sus enseñanzas, a sus caminos, los que nos va mostrando cada día en su Palabra. Palabra que hay que acoger en su totalidad, sin seleccionar sólo aquello que nos gusta, porque todos tenemos partes del Evangelio que nos resultan áridas y a las que nos cuesta convertirnos, como los habitantes de Nínive a los que Jonás insistió una y otra vez hasta que lo consiguió.

Cuaresma es tiempo de obras, de cambio de vida. Nosotros escuchamos con frecuencia la Palabra de Dios. Cada día nos miramos a su espejo para ver si nos vamos configurando con lo que Dios nos pide. Cada día volvemos a la escuela, en la que el Maestro nos va ayudando. Es una de las consignas de la Cuaresma: poner más atención a esa Palabra para contrarrestar otras muchas palabras que luego escuchamos en este mundo, y que generalmente no coinciden con lo que nos ha dicho Dios.

En esto consiste la conversión, mucho más profundo e integrador que las actitudes piadosas que se conforman con exteriorizar lo que toca hacer. Convertirse es aceptar aquella Palabra de Dios que todavía no hemos hecho nuestra. Ese es el signo de que estamos en el camino. Muy distinto al signo que piden a Jesús en el Evangelio de hoy, porque el signo que le piden es exterior y superficial; quieren espectáculo y Jesús se niega. El signo que Jesús quiere es interno, real, que se ve sólo en sus efectos a largo plazo.

Hoy es un buen día para preguntarse:  ¿Señor qué Palabra tuya todavía no he hecho mía? Ayúdame a descubrir mis resistencias, mis frenos, mi negativa a llevar la vida aquellas Palabras del Evangelio que me cuesta creer y vivir. Quiero hacerlas mías, amarlas porque vienen de ti y por ello son para mi “palabras” de vida plena, de vida eterna. Esta es la actitud, este es el signo, esta es la conversión.

Vuestro hermano en la fe
Juan Lozano, cmf

FELIZ MIÉRCOLES






martes, 20 de febrero de 2018

PAPA FRANCISCO VISITARÁ UNA NUEVA PARROQUIA DE LA DIÓCESIS DE ROMA


El Papa Francisco visitará una nueva parroquia de la Diócesis de Roma
Redacción ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa




Desde el comienzo de su Pontificado, el Papa Francisco ha querido que su misión pastoral como cabeza de la Iglesia Católica no fuera en detrimento de su misión como Obispo de Roma.

Dentro del marco de ese objetivo, el Santo Padre visitará el 25 de febrero una nueva parroquia de la Diócesis de Roma. Se trata de la parroquia romana de San Gelasio I Papa en la Vía Fermo Corni, situada en el barrio de Ponte Mammolo.

En la parroquia le acogerán el Arzobispo Vicario Mons. Angelo de Donatis; el Obispo Auxiliar para sector Norte, Mons. Guerino di Tora; el párroco don Giuseppe Raciti; el Vicepárroco don Alfio Carbonaro; y el colaborador parroquial don Miguel Porres Prieto.

Francisco se encontrará en la parroquia con niños y jóvenes de los grupos de catecismo, con los jóvenes del oratorio y con las familias. Después, visitará a los enfermos, ancianos y pobres de la parroquia, así como a los trabajadores del centro de Cáritas parroquial.

A continuación, mantendrá un coloquio con dos jóvenes de 18 y 25 años provenientes de la República de Gambia, acogidos por la parroquia. Luego confesará a algunos miembros de la comunidad parroquial.

Sobre las 18,00, hora romana, el Papa presidirá la celebración de la Misa, concelebrada por otros párrocos pertenecientes a la XI Prefectura de la Diócesis, párrocos eméritos y algunos sacerdotes de la comunidad. En este sentido, la proclamación de la Segunda Lectura de la liturgia la realizará un parroquiano invidente.

En declaraciones difundidas por el Vicariato de Roma en un comunicado de prensa el párroco don Giuseppe Raciti afirma que “no puedo describir la emoción que experimenté en el momento en que me comunicaron que el Papa vendría a visitarnos. La comunidad se está preparando con la oración y duro trabajo para acogerlo lo mejor posible”.

La parroquia de San Gelasio I Papa se instituyó en el año 1972. La frecuentan de forma asidua cientos de fieles, entre ellos, muchos jóvenes que acuden diariamente para participar en la actividad del oratorio propuesta por los animadores pastorales de la parroquia.

La parroquia ayuda a alrededor de 250 pobres, entre los cuales se distribuye, cada jueves, ropa y comida. También los jueves se celebra un desayuno y comida para 50 personas en situación de necesidad, muchas de las cuales viven en refugios o en la calle.

El segundo domingo de cada mes se dedica a las familias, las cuales se reúnen al finalizar la misa de 10,00 de la mañana para debatir sobre diferentes asuntos. 

SAN FRANCISCO Y SANTA JACINTA MARTO, NIÑOS VIDENTES DE FÁTIMA, 20 FEBRERO


Hoy 20 de febrero la Iglesia celebra a San Francisco y Santa Jacinta Marto, videntes de la Virgen de Fátima
Redacción ACI Prensa





"Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, pues muchas almas van al infierno porque no hay quien se sacrifique y pida por ellas", les pidió la Virgen de Fátima a Francisco, Jacinta y Lucía.

Francisco nació en 1908 y Jacinta, dos años después. Desde pequeños aprendieron a cuidarse de las malas compañías y por eso preferían estar con su prima Lucía, quien solía hablarles de Jesús. Los tres cuidaban las ovejas, jugaban y rezaban juntos.

Del 13 de mayo al 13 de octubre de 1917 la Virgen se les apareció en varias ocasiones en Cova de Iría (Potugal). Durante estos sucesos, soportaron con valentía las calumnias, injurias, malas interpretaciones, persecuciones y la prisión. Ellos decían: “Si nos matan, no importa; vamos al cielo”.

Luego de las apariciones, Jacinta y Francisco siguieron su vida normal. Lucía fue a la escuela, tal como se lo pidió la Virgen, y era acompañada por Jacinta y Francisco. De camino pasaban por la Iglesia y saludaban a Jesús Eucaristía.

Francisco, sabiendo que no viviría mucho tiempo, le decía a Lucía: “Vayan ustedes al colegio, yo me quedaré aquí con Jesús Escondido”. A la salida del colegio, las chicas lo encontraban lo más cerca posible del Tabernáculo y en recogimiento.

El pequeño Francisco era el más contemplativo y quería consolar a Dios, tan ofendido por los pecados de la humanidad. En una ocasión Lucía le preguntó: "Francisco, ¿qué prefieres más, consolar al Señor o convertir a los pecadores?" Él respondió: "Yo prefiero consolar al Señor”.

“¿No viste qué triste estaba Nuestra Señora cuando nos dijo que los hombres no deben ofender más al Señor, que está ya tan ofendido? A mí me gustaría consolar al Señor y después, convertir a los pecadores para que ellos no ofendan más al Señor." Y siguió, "Pronto estaré en el cielo. Y cuando llegue, voy a consolar mucho a Nuestro Señor y a Nuestra Señora."

Jacinta participaba diariamente de la Santa Misa y tenía gran deseo de recibir la Comunión en reparación de los pobres pecadores. Le atraía mucho el estar con Jesús Sacramentado. "Cuánto amo el estar aquí, es tanto lo que le tengo que decir a Jesús", repetía.

Cierto día, poco después de la cuarta aparición, Jacinta encontró una cuerda y acordaron partirla en tres y ponérsela a la cintura, sobre la carne, como sacrificio. Esto los hacía sufrir mucho, contaría Lucía después. La Virgen les dijo que Jesús estaba muy contento con sus sacrificios, pero que no quería que durmieran con la cuerda. Así lo hicieron.

A Jacinta se le concedió la visión de ver los sufrimientos del Sumo Pontífice. "Yo lo he visto en una casa muy grande, arrodillado, con el rostro entre las manos, y lloraba. Afuera había mucha gente; algunos tiraban piedras, otros decían imprecaciones y palabrotas", contó ella.

Por esto y otros hechos, los niños tenían presente al Santo Padre y ofrecían tres Ave María por él después de cada Rosario. Asimismo, las familias acudían a ellos para que intercedieran por sus problemas.

En una ocasión, una madre le rogó a Jacinta que le pidiera por su hijo que se había ido como el hijo pródigo. Días después, el joven regresó a casa, pidió perdón y le contó a su familia que después de haber gastado todo lo que tenía, robado y estado en la cárcel, huyó a unos bosques desconocidos.

Cuando se halló completamente perdido, se arrodilló llorando, y rezó. En eso, vio a Jacinta que lo tomó de la mano y lo condujo hasta un camino. Así pudo regresar a casa. Luego interrogaron a Jacinta si se había encontrado con el muchacho y ella dijo que no, pero que sí había rogado mucho a la Virgen por él.

El 23 de diciembre de 1918, francisco y Jacinta enfermaron de una terrible epidemia de bronco-neumonía. Francisco se fue deteriorando poco a poco durante los meses posteriores. Pidió recibir la Primera Comunión  y para ello se confesó y guardó ayuno. La recibió con gran lucidez y piedad. Luego pidió perdón a todos.

“Yo me voy al Paraíso; pero desde allí pediré mucho a Jesús y a la Virgen para que os lleve también pronto allá arriba”, le dijo a Lucía y Jacinta. Al día siguiente, el 4 de abril de 1919, partió a la casa del Padre con una sonrisa angelical.

Jacinta sufrió mucho por la muerte de su hermano. Más adelante su enfermedad se complicó. Fue llevada al hospital de Vila Nova, pero regresó a casa con una llaga en el pecho. Luego le confiaría a su prima: "Sufro mucho; pero ofrezco todo por la conversión de los pecadores y para desagraviar al Corazón Inmaculado de María".

Antes de ser llevada al hospital de Lisboa le dijo a Lucía: “Ya falta poco para irme al cielo… Di a toda la gente que Dios nos concede las gracias por medio del Inmaculado Corazón de María. Que las pidan a Ella, que el Corazón de Jesús quiere que a su lado se venere el Inmaculado Corazón de María, que pidan la paz al Inmaculado Corazón, que Dios la confió a Ella”.

Operaron a Jacinta, le quitaron dos costillas del lado izquierdo y quedó una llaga ancha como de una mano. Los dolores eran espantosos, pero ella invocaba a la Virgen y ofrecía sus dolores por la conversión de los pecadores.

El 20 de febrero de 1920 pidió los últimos sacramentos, se confesó y rogó que le llevaran el Viático porque pronto moriría, pero poco después partió a la Casa del Padre con diez años de edad. Entre las cosas que le dictó a su madrina están:


Los pecados que llevan más almas al infierno son los de la carne

Las guerras son consecuencia del pecado del mundo. Es preciso hacer penitencias para que se detengan.

No hablar mal de nadie y huir de quien habla mal.

Tener mucha paciencia porque la paciencia nos lleva al cielo.

Los cuerpos de Francisco y Jacinta fueron trasladados al Santuario de Fátima. Cuando abrieron el sepulcro de Francisco, vieron que el Rosario que le colocaron sobre su pecho estaba enredado entre los dedos de sus manos. Mientras que el cuerpo de Jacinta, 15 años después de su muerte, estaba incorrupto.

"Contemplar como Francisco y amar como Jacinta", fue el lema con el que estos dos videntes de la Virgen de Fátima fueron beatificados por San Juan Pablo II el 13 de mayo del año 2000.

El Papa Francisco los canonizó el 13 de mayo del 2017 en Fátima, dentro del marco de las celebraciones por el 100 aniversario de las Apariciones de la Virgen.

Más información AQUÍ

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 20 FEBRERO 2018


Lecturas de hoy Martes de la 1ª semana de Cuaresma
 Hoy, martes, 20 de febrero de 2018



Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (55,10-11):

ESTO dice el Señor:
«Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo,
y no vuelven allá sino después de empapar la tierra,
de fecundarla y hacerla germinar,
para que dé semilla al sembrador
y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca:
no volverá a mí vacía,
sino que cumplirá mi deseo
y llevará a cabo mi encargo».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 33,4-5.6-7.16-17.18-19

R/. El Señor libra de sus angustias a los justos

V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R/.

V/. Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invocó al Señor,
él lo escuchó y lo salvó de sus angustias. R/.

V/. Los ojos del Señor miran a los justos,
sus oídos escuchan sus gritos;
pero el Señor se enfrenta con los malhechores,
para borrar de la tierra su memoria. R/.

V/. Cuando uno grita, el Señor lo escucha
y lo libra de sus angustias;
el Señor está cerca de los atribulados,
salva a los abatidos. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (6,7-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros orad así:
“Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo,
danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal”.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará vuestro Padre celestial, pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 20 de febrero de 2018
 Juan Lozano, cmf
Querido amigo/a:

¡Qué mala es la apariencia! Sobre todo cuando uno se acostumbra a ella, pues te engaña a tí mismo antes que a los demás. No hay nada más falso que la apariencia ni nada que provoque más pena que ver a una persona esclavizada por este engaño de mostrar lo que no se es. ¡Cuidado! porque no estamos libres del todo. La tentación del quedar bien, de decir pero no hacer, siempre estará al acecho. Que duro sería si Jesús dijera de nosotros lo que critica hoy de los gentiles, que por hablar mucho…

Jesús nos llama a la autenticidad y a la sencillez en uno de los ejercicios esenciales en la vida cristiana y que en este tiempo somos llamados a intensificar: la oración. Para orar no son necesarias palabras bonitas ni muchas palabras; precisamente de lo que estamos necesitados en un mundo tan ruidoso y con tantos estímulos, es de silencio. Sobretodo del corazón, que es el más difícil de conseguir; acallar la cantidad de ruidos afectivos que nos impiden escuchar el susurro de Dios: rencores, afectos desordenados, heridas del pasado… Son los primeros fantasmas que acuden a la oración y que intentan desanimar nuestra práctica. Hay que dejarlos salir a escena, que fluyan, que se manifiesten aunque sean incómodos, porque aún siendo los primeros en aparecer cuando uno se pone a orar, no tienen la última palabra, y tras ellos surgen las mociones del Espíritu, la consolación de Dios.

Orar nunca ha sido fácil, pero es necesario. Para ello hay que sentarse y silenciar una y otra vez, las que hagan falta, sin desanimarse. “Velad y orar para no caer”, dice Jesús a sus discípulos la noche de Getsemaní. Sólo el ejercicio constante, paciente, abierto y sin ansiedad, nos lleva a saborear y gozar de la oración. Sin prisa, con paz, en confianza, diciendo: “Padre nuestro…”

Vuestro hermano en la fe:  
Juan Lozano, cmf.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...