Lecturas de hoy Jueves de la 33ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, jueves, 22 de noviembre de 2018
Primera lectura
Lectura del libro del Apocalipsis (5,1-10):
Yo, Juan, vi en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, y sellado con siete sellos. Y vi a un ángel poderoso, que pregonaba en alta voz:
«¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?».
Y nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro ni mirarlo. Yo lloraba mucho, porque no se había encontrado a nadie digno de abrir el libro y de mirarlo. Pero uno de los ancianos me dijo:
«Deja de llorar; pues ha vencido el león de la tribu de Judá, el retoño de David, y es capaz de abrir el libro y sus siete sellos».
Y vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, a un Cordero de pie, como degollado; tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra. Se acercó para recibir el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono.
Cuando recibió el libro, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron ante el Cordero; tenían cítaras y copas de oro llenas de perfume, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cántico nuevo:
«Eres digno de recibir el libro
y de abrir sus sellos,
porque fuiste degollado, y con tu sangre
has adquirido para Dios
hombres de toda tribu,
lengua, pueblo y nación;
y has hecho de ellos para nuestro Dios
un reino de sacerdotes,
y reinarán sobre la tierra».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 149,1-2.3-4.5-6a.9b
R/.
R/ Has hecho de nosotros para nuestro Dios un reino de sacerdotes.
O bien:
Aleluya
V/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey. R/.
V/. Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes. R/.
V/. Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca;
es un honor para todos sus fieles. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (19,41-44):
En aquel tiempo, aquel tiempo, al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, lloró sobre ella, mientras decía:
«Si reconocieras tú también en este día lo que conduce a la paz! Pero ahora está escondido a tus ojos.
Pues vendrán días sobre ti en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco de todos lados, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el tiempo de tu visita».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy jueves, 22 de noviembre de 2018
CR
Si al menos comprendieras lo que conduce a la paz...
Una inquietud del corazón de muchas personas es la paz. ¡Hay tanta violencia, conflictos y guerras que se dan en nuestro pequeño planeta azul! Para unos es un tema electoral; para otros, ocasión de poder y para muchos, preocupación honda mezclada con cierto sentimiento de impotencia. Si supiéramos lo que conduce a la paz…
Un viejo proverbio africano dice: los tambores de guerra son tambores de hambre.
Cuántos nos vamos acostumbrado a ver con naturalidad imágenes de hambre! Realmente es dramático contemplar la inhumana vida de tantas personas que sufren hambre. Clama desde lo el centro de la tierra lo injusto de su vida y de su muerte.
El camino que conduce a la paz ¿no habría de pasar necesariamente por poner nuestra creatividad, inteligencia y esfuerzo en encontrar caminos de justicia y de reconciliación?
Muchos son los que en su lamento se preguntan ¿quién podrá abrir y desvelar este misterio de muerte y transformarlo en vida y salvación?
Como enviados de Jesús no podemos permitir que nuestra torpeza para perdonar edifique trincheras para con nuestros enemigos, que nuestra forma de vida sea cómplice de tantas muertes….
Estamos llamados a continuar el camino del cordero degollado y decirle a los abatidos una palabra de aliento. Estamos llamados a construir de verdad el Reino.
“Paz a los hombres de buena voluntad
Para construir esta paz es inútil
tomar las armas.
Aprendamos a amar al otro
con todo nuestro corazón.
Para amar al otro,
aprendamos a comprenderlo
Para comprender al otro,
aprendamos a conocerle
Conocer, comprender y amar al otro
son las únicas armas a utilizar
Para conducirnos a la paz,
una paz como esta,
no tiene más que un solo precio:
El equilibrio del mundo”
(Poema de una congolesa)