LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 24
¿Te has fijado cómo se consume la vela? Da luz, disipa tinieblas, pero a costa de su propia existencia; se va consumiendo, deshaciendo, desapareciendo...
Cuando más luz da, menos le queda para ella. Y cuando ya no puede ser útil, deja de existir.
Así tenemos que ser nosotros: debemos dar luz a costa de nuestra muerte total.
Este ha de ser nuestro programa de vida: dar la felicidad a los otros, aunque ello suponga que nosotros nos deshacemos y desaparecemos.

Es hermoso llegar al final de la vida teniendo conciencia de que nos hemos consumido por el bien de los demás.
“Mediante una sola oblación Él ha perfeccionado para siempre a los que santifica” (Heb 10.14). Llegaremos a la perfección si nos entregamos a los demás, pero también es cierto que la mejor forma de disponernos para entregarnos a los demás es trabajar por nuestra perfección.
* P. Alfonso Milagro
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